JUSTICIA Y PAZ: 20 de junio, Día Mundial del Refugiado

Hay muchos signos de esperanza: Pongamos en el centro la realidad de los migrantes y refugiados

Madrid, 19 de mayo de 2019.- En el Día Mundial del Refugiado, la Red Migrantes con Derechos – integrada por la Comisión Episcopal de Migraciones, Cáritas, CONFER y Justicia y Paz— insta a los líderes españoles y mundiales a fortalecer el compromiso con la realidad de las personas refugiadas y migrantes, y a generar mecanismos de protección y de acogida desde la solidaridad y la hospitalidad.

En el mundo, hay más de 1.000 millones de personas que están en movimiento. De ellas, 70 millones han tenido que abandonar sus hogares debido a situaciones de violencia, guerras o desplazamiento. Muchas de ellas se incorporan a caravanas migrantes que cruzan fronteras a través de rutas que recorren miles de kilómetros en condiciones inseguras y de extrema vulnerabilidad, y se convierten en objetivo de las redes de tráfico y trata de personas.

Junto a estas situaciones de movilidad humana, asistimos en toda Europa, en un contexto de políticas migratorias cada vez más estrictas y de mayor represión contra la migración irregular, a una criminalización de los defensores de los derechos humanos y de aquellos ciudadanos particulares, comunidades y organizaciones que tienden su mano a estos refugiados y migrantes.

Mientras avanza este cierre de “puertas” y puertos, y se repite el bloqueo de barcos humanitarios, desde nuestras organizaciones somos testigos de la tendencia creciente a obstaculizar y estigmatizar la asistencia humanitaria que las redes de ayuda y los voluntarios brindan a los migrantes en peligro. Hay sobrados ejemplos de ello, que incluyen casos de procesamiento de miembros de organizaciones no gubernamentales por haber impulsado operaciones de búsqueda y rescate en las aguas del Mediterráneo.

Este ambiente hostil, al que no son ajenos determinados discursos políticos, genera un efecto paralizante en la solidaridad y alimenta aún más los relatos tóxicos y negativos sobre la migración. Más allá del impacto negativo directo que esto tiene en las vidas de los migrantes y refugiados, la criminalización de la solidaridad también es peligrosa para la democracia, ya que erosiona la cohesión social y amenaza a nuestra humanidad.

Recordamos el aliento del Papa Francisco que nos anima a tender puentes, a crear una cultura del encuentro y a abrir nuestra puerta a aquellas personas que están en el camino, que se encuentran en mayor vulnerabilidad, porque, como bien lo expresa en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, “la presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representan hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades”.

La Red Migrantes con Derechos –que integra a más de 400 instituciones, delegaciones y comunidades de todo el país, y moviliza a más de 90.000 personas, entre voluntarios y profesionales contratados– ha acompañado en este último año a cerca de 3 millones de personas en situación de vulnerabilidad social. Desde esta realidad, queremos poner en valor el compromiso solidario y fraterno que tantos ciudadanos y colectivos brindan a nuestra sociedad para construir entre todos un futuro en esperanza.

“Estoy intentando regalar lo que otras personas me han entregado”. Estas palabras de Dooa Sharif, una joven voluntaria siria de una de las instituciones de la Red Migrantes con Derechos que llegó a España como refugiada y presta apoyo ahora en un programa de acogida, son ejemplo del testimonio de muchas personas que construyen nuestras sociedades desde los valores de la solidaridad con sus convecinos y convecinas, especialmente con aquellas personas que se han visto forzadas a dejar sus hogares.

En este Día Mundial del Refugiado, la Red Migrantes con Derechos lanza un llamamiento a los responsables políticos y a la ciudadanía para que actúen contra toda criminalización del apoyo humanitario proporcionado a los migrantes y refugiados, defiendan los derechos de las personas migrantes y refugiadas, e impulsen sociedades acogedoras donde la solidaridad, el encuentro, la convivencia y el respeto estén en el centro de las políticas y de la agenda social. Hay muchos signos de esperanza y desde ellos queremos construir futuro.

 

Nota MigrantesConDerechos Día del Refugiado 19,06.2019

JUSTICIA Y PAZ: «Iglesia por el Trabajo Decente» comparte con la OIT la urgencia de un nuevo contrato social que priorice a las personas

Comienza hoy en Ginebra la asamblea del Centenario de la OIT, un «parlamento mundial sobre el trabajo» al que asisten 5.000 personas delegadas.

La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) –Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— comparten la necesidad de poner a las personas en el centro de todas las prioridades que se subraya en el informe “Trabajar para un futuro más prometedor” de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, que va a ser debatido en las sesiones de la asamblea del Centenario que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra en Ginebra del 10 al 21 de junio.

A esta reunión, que el director general de la OIT, Guy Ryder, define como un «parlamento mundial sobre el trabajo», asisten más de 5.000 delegados y delegadas de todo el mundo. En la delegación del Movimiento Mundial de Trabajadoras Cristianos participa Toni Santamaría, militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), una de las entidades que integran la ITD.

El informe proporciona un análisis en profundidad del futuro del trabajo, orientado a sentar las bases para alcanzar la justicia social en el siglo XXI. En este horizonte, el trabajo decente es esencial para las personas, para la paz y para el planeta, en el marco de un nuevo contrato social que priorice a la persona y preserve el trabajo

Para la ITD es importante la coincidencia entre las preocupaciones de la OIT, las reivindicaciones y propuestas del movimiento sindical internacional, los planteamientos de la Doctrina Social de la Iglesia y el magisterio del papa Francisco en torno a la urgente necesidad de ese nuevo contrato o pacto social que priorice a las personas, su dignidad y el valor de su trabajo.

La Declaración final que se adopte en esta reunión centenaria debe establecer un nuevo contrato social que, entre otras cuestiones, priorice el respeto a los derechos de los trabajadores y trabajadoras con una Garantía Laboral Universal que proteja los derechos de todos los trabajadores, un salario adecuado, la limitación de las horas de trabajo, la seguridad y salud en las relaciones laborales, la no discriminación, la libertad sindical y la negociación colectiva, la igualdad de género, la protección social universal, el aprendizaje permanente, la gestión humana de las nuevas tecnologías, la lucha contra la crisis ecológica y el diálogo social comprometido como fórmula para resolver los inaplazables retos.

Resultan inspiradoras, en ese sentido, la reclamación del papa Francisco de un «nuevo pacto social humano, un nuevo pacto social para el trabajo», esencial para la democracia y para las personas, que otorgue «dignidad, respeto, honor, libertad, derechos para todos» (No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. En distintos discurso y mensajes). Un pacto social y cultural que nos permita vivir juntos (Evangelii gaudium, 239).

La aportación de la Doctrina Social de la Iglesia

Recordando las palabras del Papa en Laudato si’, es urgente cuidar la casa común y la familia humana, con especial atención a los pobres y a la fragilidad del planeta, retos que están íntimamente vinculadas porque instan al cuidado de la vida para poder construir el mundo desde la fraternidad. Para ello, «es esencial cuidar el trabajo humano y su dignidad, en un mundo en que hacemos todo lo contrario». Y por eso, «el trabajo es una prioridad humana y, por tanto, una prioridad cristiana», subraya Francisco.

La Doctrina Social de la Iglesia recoge una cuestión clave: la prioridad del trabajo (personas) sobre el capital (cosas). Esto implica, decía san Juan Pablo II en Laborem exercens, que los derechos de la persona en el trabajo deben ser el criterio decisivo para organizar toda la economía y no, como ocurre ahora, dejar que la rentabilidad económica someta los derechos de trabajadores y trabajadoras.

Esta prioridad del trabajo es lo que reclama un nuevo contrato social que proteja efectivamente la dignidad de las personas y ponga las cosas en su lugar, lo que, al mismo tiempo, requiere impulsar un profundo cambio de modelo económico «fruto de una cultura de comunión, basado en la fraternidad y la equidad». Para avanzar hacia ese objetivo es prioritario promover la dignidad del trabajo, el trabajo decente y la protección de los derechos de todas las personas y familias trabajadoras.

La iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» surge en España en el año 2015 haciendo suyo el objetivo impulsado por la Santa Sede, la OIT y organizaciones de inspiración católica, de colocar explícitamente el «trabajo decente para todas las personas» entre los objetivos de desarrollo sostenible en la agenda post-2015.

Leer más: https://www.juspax-es.org/news/iglesia-por-el-trabajo-decente-comparte-con-la-oit-la-urgencia-de-un-nuevo-contrato-social-que-priorice-a-las-personas/

JUSTICIA Y PAZ: 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente

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«Enlázate por la Justicia» desvela la historia de sangre que se oculta detrás de nuestros teléfonos móviles

Denuncia los abusos sociales y medioambientales que se cometen tanto en el proceso de fabricación como en el uso diario de estos dispositivos

Madrid, 5 de junio de 2019.- ¿Te has preguntado alguna vez cuál es la realidad que se esconde detrás de un objeto de uso cotidiano como es tu smartphone? ¿Sabías que producir un kilo de coltán, un mineral indispensable para fabricar teléfonos móviles, le cuesta la vida a dos personas en la República Democrática del Congo?

Denunciar los abusos sociales y medioambientales que se cometen tanto en el proceso de fabricación como en el uso diario de nuestros móviles es el objetivo que las entidades que impulsan la campaña “Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza” y que promueven la iniciativa “Enlázate por la Justicia” –Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)— se proponen con motivo de la celebración, el 5 de junio, del Día Mundial del Medio Ambiente.

En la última década, los teléfonos móviles han pasado a dominar nuestra vida cotidiana. Su venta se ha incrementado exponencialmente en todo el mundo, sobre todo los denominados smartphones. Si en 2007, casi nadie tenía un teléfono inteligente, en 2019 están en todas partes. De hecho, a nivel mundial, casi dos de cada tres personas de entre 18 y 35 años poseen uno y, en sólo 10 años, se han producido más de 7.000 millones de estos dispositivos, aproximadamente el mismo número de habitantes que hay en el planeta.

Y aunque estos teléfonos de última generación pueden ser inteligentes, elegantes, pulcros, rápidos (que es la traducción del término inglés “smart”), dependen de elementos físicos sin los cuales no sería posible su fabricación ni su funcionamiento. Del mismo modo que en su producción son necesarios diversos materiales (plástico, cristal, cerámica) y materias primas (metales, como el aluminio y el hierro, y minerales, como las tierras raras), la “nube” donde se almacena la información digital no existiría sin los lugares del planeta donde se ubican los superordenadores que la mantienen.

Costes sociales y ambientales

Además de un precio económico, los móviles tienen importantes costes sociales y medioambientales. Un móvil estándar contiene entre 500 y 1.000 componentes distintos. La extracción y procesamiento de estos componentes generan unos 75 kg de desperdicios por teléfono. Algunos de estos elementos son recursos caros y escasos, y están relacionados con abusos sociales y medioambientales. El impacto ambiental de la producción de smartphones es tan alto que para compensar las emisiones de gases efecto invernadero tendríamos que usar cada dispositivo entre 33 y 89 años. Sin embargo, en Europa se renueva cada año alrededor del 40% del parque de móviles existentes, lo que suponen unos 18 millones de móviles sólo en España.

Si bien la vida útil de un aparato es de unos 10 años, batería aparte, el tiempo medio de utilización se sitúa entre el año y medio y los dos años y medio. Poco parecen preocuparnos los impactos a largo plazo de la eliminación de esta basura tecnológica, un problema global que se hace patente en las exportaciones de aparatos electrónicos usados a terceros países, especialmente de Asia y África, que no están preparados para la gestión de estos desechos.

Brecha digital

“Enlázate por la Justicia” pone el acento, también, en la brecha digital que conlleva el uso del smartphone, al convertirse en un indicador más de la diferenciación social. El problema moral más serio causado por las nuevas tecnologías de la comunicación es el acceso desigual a la información que existe actualmente y que estimula el surgimiento de una nueva clase, la de los ricos en información, capaces de acceder sin limitaciones geográficas o económicas a las redes móviles de internet.

La conocida como brecha digital se da principalmente en los países africanos, donde aunque se posean teléfonos móviles, se está lejos todavía de procurar un acceso mayoritario a la red a través de los mismos. En la actualidad (marzo de 2019) tan solo el 35,9% de los ciudadanos africanos cuentan con acceso a internet, frente al 86,6% si hablamos de los europeos y un 89,1% si se trata de residentes norteamericanos. A menos que se haga algo al respecto, la creciente brecha entre los países subconectados y los hiperdigitalizados se ensanchará, lo que agravará las desigualdades que ya existen.

El nivel de digitalización puede incluso influir en la capacidad de los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y enfrentar desafíos como el hambre, las enfermedades y el cambio climático. Por eso, es necesario un mayor esfuerzo para apoyar a los países en sus intentos de integrarse a la economía digital.

Junto a la introducción constante de nuevas funciones que facilitan y agilizan nuestra vida diaria, lo que refuerza nuestra dependencia de esa tecnología, cabe subrayar la exposición a la presión publicitaria, modas y cambios estéticos a las que nos somete. Cada vez surgen más accesorios para estos teléfonos, lo que fomenta una dinámica de extractivismo de materias primas necesarias para la producción de los mismos y que tienen componentes minerales, extraídos de zonas ricas en recursos naturales. Esta demanda excesiva provoca la merma de las condiciones laborales y de seguridad de los lugares de procedencia, y el deterioro ambiental de los mismos.

Otro problema es el creado por el cambio de las relaciones personales y el auge de las adicciones provocadas por su utilización. De hecho, el uso de internet y teléfonos móviles de forma compulsiva, repetitiva y prolongada actualmente es considerado como una adicción, ya que supone una incapacidad para controlar o interrumpir su consumo, con serias consecuencias sobre la salud, la vida social, familiar, escolar o laboral. Añadamos a ello el poder que otorgamos con nuestro consumo diario a grandes empresas tecnológicas como Apple, Amazon, Google, Microsoft, Samsung, Huawei, Tencent, Taobao, etc.

Los casos de Congo, Ghana y la Amazonía

Los efectos sociales y medioambientales de la producción de tecnología digital vinculada a los smartphones tienen nombres y apellidos. “Enlázate por la Justicia” pone el foco en tres puntos geográficos concretos: la República Democrática del Congo, Ghana y la Amazonía.

La comunidad de Manguredjipa, en el territorio de Lubero de la provincia de Kivu Norte, de la R.D. Congo, un país muy rico en recursos naturales, está en el “ojo del huracán” al ser una región productora de cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán. La explotación y el contrabando de este último se debe a la enorme demanda internacional de productos electrónicos, especialmente de la tecnología móvil, en la que es imprescindible el tantalio, que se extrae del ya citado coltán. El 80% de las reservas mundiales de este mineral se encuentran en el este del Congo y su explotación está ligada a la violación de derechos humanos, la destrucción del medioambiente y la financiación de los conflictos existentes en la región. Se estima que la extracción de cada kilo de coltán le cuesta la vida a dos personas en Congo.

Agbogbloshie es un barrio de Accra, la capital de Ghana, donde viven unas 40 mil personas bajo condiciones de extrema pobreza. Desde hace una década, esa zona urbana es también uno de los cementerios de basura electrónica procedente de Europa y Norteamérica más grandes del mundo. Este lugar se considera uno de los lugares más contaminado del continente africano, principalmente por metales como plomo, berilio, cadmio o mercurio. Un estudio de la ONU en el 2014 reflejó que en Agbogbloshie la concentración de plomo en el suelo llega a superar mil veces el nivel máximo de tolerancia. Familias enteras, incluidos niños y niñas, trabajan 12 horas al día en este vertedero, un oficio en el que ganan más de dos euros al día, que duplica el salario mínimo en el país. Naciones Unidas ha incluido a Agbogbloshie en la lista de los sitios más peligrosos del mundo para vivir.

La Amazonía es otro de los escenarios donde se sufren los efectos medioambientales de la extracción minera relacionada con las nuevas tecnologías. Esta actividad ha supuesto enormes perjuicios a la población indígena y destrucción ambiental tanto en Brasil como Venezuela, sobre todo en la región de los ríos Orinoco, Mucajai, Parima y Catrimani.

En la época de auge de explotación de oro, que también está presente en los teléfonos móviles, cerca del 20% de la población Yanomami murió a causa de enfermedades, hambre, violencia y otros impactos generados por la minería ilegal. Debido a la falta de control de esta actividad, los territorios indígenas enfrentan graves peligros de destrucción, contaminación de agua, acumulación de residuos sólidos no biodegradables, afectando no solo a la naturaleza y a los hábitats de diversos animales sino a la forma de vida de estas comunidades indígenas.

Signos de esperanza

La entrada en vigor en toda la Unión Europea, en enero de 2021, del Reglamento sobre los minerales en zonas de conflicto abre una ventana a la esperanza, ya que se marca como objetivo el contribuir al control del comercio de los metales estaño, tantalio, tungsteno y oro (3TG). Con ello, se pretende garantizar que los importadores europeos de 3TG cumplan las normas internacionales responsables de abastecimiento establecidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y que las fundiciones y refinerías de 3TG de todo el mundo se abastezcan con responsabilidad; contribuir a romper el vínculo entre conflicto y explotación ilegal de minerales; y ayudar a acabar con la explotación y los abusos contra las comunidades locales, incluidas las personas que trabajan en las minas, y fomentar el desarrollo local. Sería deseable que este Reglamento obligatorio se fuese ampliando a otras materias primas y a toda la cadena de suministro.

El marco de referencia inicial es la Guía de Diligencia debida de la OCDE (2011), que establece una serie de recomendaciones para que las empresas se comprometan a hacer un autodiagnóstico voluntario sobre el origen de los minerales que utilizan y a publicar esa información en sus informes anuales o sitios web.

Actuar en clave personal y comunitaria

Junto a ello, las entidades Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario) invitan en el Día Mundial del Medio Ambiente a actuar en clave personal y comunitaria para impulsar medidas transformadoras, que pasan por hacer un uso austero, racional y sostenible de estos dispositivos.

Un buen comienzo pasa por observar el principio “Superarás el paradigma tecnocrático” del Decálogo Verde lanzado dentro de la campaña “Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza”. Y por escuchar las palabras de Francisco en Laudato Si´: “Es posible volver a ampliar la mirada, y la libertad humana es capaz de limitar la técnica, orientarla y colocarla al servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral”.

 

Más información en https://www.enlazateporlajusticia.org/

 Leer la nota de prensa

JUSTICIA Y PAZ: Vigilia por el Cuidado de la Creación

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Como viene siendo habitual, en este tiempo de Pascua Enlázate por la Justicia celebra su Vigilia de Oración en Madrid y también en otras ciudades como Granada, Palencia, Salamanca, Sevilla o Vigo (aunque en algunas se celebra en otro momento del año). Lo hacemos de nuevo dentro del marco de la campaña “Si cuidas el planeta, combates la pobreza”.

Como sabéis, el papa Francisco ha convocado un Sínodo para las Iglesias de Amazonía que tendrá lugar en Roma en octubre de este año. Este Sínodo y estas iglesias de los pueblos amazónicos son de vital importancia para la defensa de nuestra Casa Común.

Queremos celebrar esta Vigilia como signo de solidaridad y comunión con la Iglesia y pueblos de Amazonía, de quienes tenemos tanto que aprender.

Os enviamos la invitación de la Vigilia que celebraremos en Madrid el día 30 de mayo, a las 20.00 horas en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe (C/ Puerto Rico, 1).

Podéis consultar las fechas y lugares de otras localidades en el siguiente enlace

JUSTICIA Y PAZ: Condolencia de la red Migrantes Con Derechos ante el repentino fallecimiento de monseñor José Antonio Menéndez

Condolencia de la red Migrantes Con Derechos ante el repentino fallecimiento del presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones.

Las personas, colectivos e instituciones que formamos parte en España de la red Migrantes con Derechos –Comisión Episcopal de Migraciones, Cáritas, CONFER y Justicia y Paz), vivimos conmovidos el fallecimiento ayer por la tarde en Astorga de monseñor Juan Antonio Menéndez, a la edad de 62 años.

Desde marzo de 2017 presidía, en la Conferencia Episcopal Española, la Comisión de Migraciones y, desde septiembre del año pasado, era presidente también de la Comisión para la renovación de los protocolos sobre abusos a menores. Fue el primer obispo español nombrado por el papa Francisco y se convirtió en el 137 obispo de la Diócesis de Astorga, una de las más antiguas de España, mientras que, en el momento de su nombramiento, era obispo auxiliar de Oviedo.

Agradecemos su sencillez y cercanía con las personas migrantes más vulnerables. Un compromiso que se ha hecho más patente desde su incorporación, en 2014, a la Comisión Episcopal de Migraciones.

Don Juan Antonio ha sido un verdadero pastor de los descartados. Vivía la migración, por su propia experiencia de acompañamiento a comunidades migrantes, como una realidad que enriquece a nuestras sociedades y a la misma Iglesia, “rejuveneciendo y revitalizando muchas parroquias y comunidades”. No dudó en manifestar algo que como red Migrantes con Derechos nos duele y que se expresa como queja, pues “…se silencia la aportación positiva que la inmensa mayoría de los migrantes hace al país que los acoge en todos los planos: el económico, el cultural y también el religioso”.

Con humildad, pero también con convicción, nos animaba a dar cuenta del trabajo de acompañamiento que la Iglesia en España realiza con comunidades y familias migrantes, especialmente en la acogida de las personas en mayor necesidad. Una acogida y hospitalidad que brota de nuestra propia experiencia de cristianos, enraizada en la Biblia, como hijos e hijas de un Peregrino. “La hospitalidad es una virtud cristiana que nace del mandamiento del amor fraterno y de la promesa del Señor: Fui forastero y me acogisteis”.

En estos momentos, desde la red y en medio del dolor por su pérdida, desde la red Migrantes con Derechos, sentimos un profundo agradecimiento por la vida de Don Juan Antonio. Pero, a la vez, animados e impulsados a seguir el legado que nos deja, especialmente desde la acogida, promoción, protección e integración de las comunidades migrantes.

Leer más: https://www.juspax-es.org/news/monsenor-juan-antonio-menendez-un-verdadero-pastor-de-los-descartados/

JUSTICIA Y PAZ: Iglesia por el Trabajo Decente urge priorizar a las personas para descartar la indecente precariedad

Iglesia por el Trabajo Decente urge priorizar a las personas para descartar la indecente precariedad

Madrid, 23 de abril de 2019

 

Denuncia el impacto que la precariedad tiene en la juventud abocada a unas condiciones de pobreza crónica, en las familias que no pueden garantizar sus necesidades básicas y en los mayores que perciben unas pensiones indignas.

Ante la celebración del 1º de Mayo, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) –Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— unen sus voces, por segundo año consecutivo, para “celebrar el sentido creador del trabajo” y reclamar la erradicación de “la lacra de la precariedad laboral que caracteriza el actual sistema de relaciones labores y que lesiona los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias”.

En el manifiesto Priorizando a las personas, descartamos la indecente precariedad elaborado con motivo de esta fiesta de los trabajadores y de san José Obrero, recuerdan que “el trabajo decente, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es un elemento imprescindible para la justicia social y la cohesión de toda la humanidad”.

Efectos en jóvenes, familias y mayores

Las entidades de la Iglesia denuncian los graves efectos que la precariedad laboral está teniendo en “la juventud hundida en una pobreza crónica que les imposibilita un proyecto de vida”, en las “familias cuyas necesidades básicas quedan sin asegurar o sin cubrir, como son el techo, luz, comida, ropa o medicamentos” y en las “personas mayores que sufren una vejez sin calidad a causa de unas pensiones indignas”.

Además de subrayar que “el trabajo es esencial para la vida de las personas porque ayuda a construir nuestra humanidad”, las organizaciones exigen “a políticos, gobernantes y poderes económicos unos derechos que son básicos para la construcción de una sociedad cuyo sentido y función sirvan al bien común”. Para ello proponen, recogiendo uno de los focos señalados por la Organización Internacional del Trabajo con motivo de la celebración del centenario, “un programa centrado en las personas y basado en la inversión en las capacidades de los individuos, las instituciones laborales y en el trabajo decente y sostenible”.

El manifiesto incluye el testimonio de César, un joven de Zaragoza, quien sufre en carne propia los efectos de la precariedad laboral y que explica cómo “la mayoría de trabajos que me ofrecen las empresas son precarios, horas sueltas, sustituciones puntuales… No dan para vivir de forma digna, ni mucho menos. Este tipo de trabajo me genera mucho estrés y tengo miedo del día de mañana. Por eso, este 1º de Mayo acudiré a la calle para junto a otros intentar conseguir un trabajo digno”.

Indecente precariedad

Una situación de indecente precariedad reflejada en los índices de:

■ Desempleo. 3.304.300 personas paradas y sin posibilidad de trabajar (EPA 2018).

■ Calidad del empleo. La tasa de temporalidad es del 26,86% (EPA 2018). El trabajo a tiempo parcial involuntario es del 58%; 58,2% en hombres; 68,5% en mujeres (EPA 2017).

■ Pobreza laboral. Un total de 12.338.187 personas, el 26,6 % de la población está en riesgo de pobreza y/o exclusión social. El 14,1% de las personas ocupadas son personas trabajadoras pobres. (Informe AROPE, EAPN, 2018)

 Horas extras. Se realizan 7 millones de horas extras a la semana, de las que 3 millones no se cobran. 364.400 trabajadores trabajan horas de más sin cobrarlas y otros 415.400 los que las hacen cobrando. (CCOO, EPA 2018)

■ Redes de protección. La tasa de cobertura de personas sin trabajo y con prestaciones es del 61%. 1,39 millones de personas carecen de trabajo y de prestación social carece de prestación (SPEE, 02/04/2019). 2.835.000 pensionistas (el 29,6%) tienen una pensión por debajo del umbral de pobreza (609€/mes). Más de 1,5 millones de pensionistas (15 %) tienen un importe mensual de entre 609 € y 650 €. (Informe AROPE, EAPN, 2018)

■ Salarios. El salario medio anual de las mujeres fue de 20.131,41 euros, mientras que el de los hombres fue de 25.924,43 euros en 2016. El sueldo más frecuente se situó en torno a 16.497,40 euros (INE 2018).

■ Seguridad y salud laboral. El número de accidentes de trabajo con baja en 2018 fue 47.435. De los accidentes en jornada con baja, se produjeron 297 accidentes graves y 37 accidentes mortales. El número total de accidentes de trabajo con baja in itinere fue 6.135, de los cuales el 44% (2.729) afectaron a varones, mientras que el 56% restante (3.406) afectaron a mujeres. Por gravedad, 73 fueron accidentes in itinere graves y 7 accidentes in itinere mortales. (MITRAMISS, avance 2019)

■ Participación de los trabajadores. El 51,3% de los asalariados no tiene representante sindical en la empresa (Encuesta de Condiciones de Trabajo. 6ª EWCS, 2015. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo).

■ Descanso. El 22,4% de los ocupados trabaja más de 40 horas a la semana. El 33% trabaja en domingo, una o más veces al mes. El 24,6% tiene un horario que no se adapta a sus compromisos familiares y personales (Ibidem).

Situar a las personas en centro

Con objeto de transformar estas condiciones de quiebra de derechos y de dignidad, Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, JEC y JOC plantean estas reclamaciones:

■ Que se sitúe a la persona en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo, a fin de abordar la indecente precariedad que descarta a millones de personas al acceso a un trabajo decente, y de facilitar el diálogo social entre los gobiernos y las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, empresariado y agentes sociales.

■ Que los poderes públicos hagan efectivo el derecho a un trabajo digno para todas las personas, ya que el trabajo es expresión de la propia dignidad

■ Que se reconozca social y jurídicamente el trabajo de cuidados, basado en un planteamiento nuevo de políticas sociales, de género y educativas que facilite una prestación de los cuidados compartida por hombres y mujeres.

■ Que se promuevan unas condiciones laborales que garanticen la integridad física y psíquica de la persona, y su protección social, para que no haya ni una persona muerta más por accidente de trabajo.

En el marco del 1º de Mayo, las entidades que lideran la ITD han convocado en todo el país una apretada agenda de actividades de movilización pública para exigir, de la mano de las organizaciones sindicales, un trabajo decente acorde con la dignidad de todas las personas. Manifiesto

Contactos para medios de comunicación
(HOAC) Abraham Canales: 609.45.98.03 – (Cáritas) Ángel Arriví: 619.04.53.81

Leer más: https://www.juspax-es.org/products/iglesia-por-el-trabajo-decente-urge-priorizar-a-las-personas-para-descartar-la-indecente-precariedad/

JUSTICIA Y PAZ: Jornada 2019 de la Comisión General de Justicia y Paz en Madrid

 

Las comisiones de Justicia y Paz en España nos hemos reunido en Madrid los días 6 y 7 de abril para celebrar nuestras jornadas anuales en las que se ha reflexionado sobre “Europa, hacia el bien común y la paz” en el contexto de las elecciones al Parlamento europeo que tendrán lugar el próximo 26 de mayo.

 

En nuestro encuentro hemos contado con la presencia y el apoyo del obispo acompañante de Justicia y Paz, Mons. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca; así como con la de José Luis Segovia, vicario de Pastoral Social e Innovación de la Archidiócesis de Madrid; Fernando Fuentes, director del Secretariado de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española y Luis Okulik, representante del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa. Nos han acompañado también diversos delegados de Caritas España, institución hermana con la que compartimos un gran trabajo en común.

 

Durante estos días han participado diversas personas expertas que desde la economía, el derecho y la experiencia política nos han ayudado a elevar nuestra mirada en medio de la complejidad e incertidumbre del momento que vive Europa y el mundo entero.

 

Un punto de referencia ha sido el trabajo realizado en la reciente declaración de Justicia y Paz de Europa, en el marco de nuestra acción concertada anual europea. En ella se insta a Europa para que avance en el establecimiento de una verdadera economía social de mercado, concretada en diversas propuestas en torno a la distribución justa de la riqueza y las oportunidades, la protección del medioambiente natural y la promoción de la paz y los derechos humanos.

 

Nuestra reflexión ha partido de la memoria de los orígenes del proyecto europeo, fundado a partir de las ruinas y el dolor generado a consecuencia de las guerras mundiales y los totalitarismos que asolaron el continente en la primera mitad del siglo XX. Se trató de un plan audaz dirigido a garantizar la paz, el respeto entre los pueblos, la democracia, la cooperación, la protección de la dignidad de la persona y los derechos humanos y el desarrollo. Ese proyecto, que cristalizó en lo que hoy son la Unión Europea y el Consejo de Europa, puede decirse que ha dado enormes frutos. En este tiempo Europa ha sido capaz no sólo de asegurar setenta años de paz, el periodo más duradero sin guerra de su historia, sino también de crear el mayor espacio de justicia social del mundo.

 

Ahora bien, Europa es un bello edificio en construcción. La Unión Europea ha sabido promover el crecimiento económico, pero ha sido incapaz de impulsar políticas sociales eficaces frente al desafío de la cohesión social y la solidaridad interna. Tampoco ha promovido el desarrollo humano a escala mundial, que se encuentra en un contexto de grave y creciente desigualdad. Recientemente ha mostrado también su incapacidad para establecer mecanismos apropiados que protejan, acojan e integren a las  personas migrantes y refugiadas que tratan de vivir en nuestro continente, favoreciendo la exclusión social y permitiendo las grandes tragedias que suceden a diario  en sus mares y fronteras.

 

El proyecto europeo ha mostrado fuertes limitaciones, contradicciones y enormes tensiones internas. Se constata una gran desafección y desconfianza entre la ciudadanía respecto a las instituciones de la Unión Europea, así como un clima de desilusión y desorientación en cuanto al proyecto común. La gestión de la última crisis económica y el enorme reto de la inmigración han puesto sobre la mesa múltiples obstáculos en la construcción de Europa, desencadenando potentes fuerzas de disgregación evidenciadas sobre todo con el brexit y que incluso amenazan su misma continuidad.

 

El papa Francisco ha señalado que esta crisis puede ser vivida como una llamada “a un tiempo de discernimiento, que nos invita a valorar lo esencial y a construir sobre ello; es por tanto un tiempo de desafíos y oportunidades”. En este sentido, el Papa apunta como pilares fundamentales que sostienen la construcción europea y que son caminos de esperanza: la centralidad de la persona y de los pueblos atendiendo las diferentes sensibilidades; la solidaridad eficaz, antídoto para los populismos que son fruto del egoísmo; la apertura al mundo dejando de enfocar el fenómeno migratorio desde el miedo y como si fuera un problema de seguridad; la búsqueda de la paz y el desarrollo universal, no solo desde el punto de vista productivo sino del desarrollo humano integral; y el abrirse al futuro, con una atención especial a la juventud, a la educación y a las familias.

 

Justicia y Paz quiere unirse a esta visión esperanzada. No hay otro camino que el de fortalecer los vínculos, la colaboración y la solidaridad entre los pueblos de Europa, en el contexto de la común familia humana y en el horizonte de la construcción de una civilización del amor. Desde nuestro ser cristiano, reafirmamos el compromiso de contribuir a este gran reto, tratando de diseminar, en el mundo y sus heridas, el agua fresca del Evangelio para que traiga la esperanza y la paz.

 

Madrid, 7 de abril de 2019

Leer más: https://www.juspax-es.org/news/europa-hacia-el-bien-comun-y-la-paz/

JUSTICIA Y PAZ: Abrir un grifo y obtener agua potable, un gesto imposible para 2.100 millones de personas

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“Enlázate por la Justicia” denuncia que la escasez de agua afecta a unos 2.800 millones de personas en todo el mundo.

La celebración del Día Mundial del Agua es una ocasión óptima para tomar conciencia de cómo el sencillo gesto cotidiano de abrir un grifo y que de él salga agua potable no es posible para 2.100 millones de personas en todo el mundo.

 En esta jornada, las entidades que impulsan la campaña “Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza” y que promueven la iniciativa “Enlázate por la Justicia” –Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES (Red de Entidades para el Desarrollo Solidario)— ponen el acento en los problemas a los que se enfrentan comunidades humanas de todo el mundo a consecuencia de las graves restricciones de acceso al agua. Se estima, por ejemplo, que la escasez de agua, afecta a unos 2.800 millones de personas en todos los continentes del mundo durante al menos un mes cada año.

PRINCIPALES PROBLEMAS

A la falta de sistemas de distribución de agua, que sufren con mayor intensidad las comunidades rurales que quedan lejos del alcance de los sistemas de distribución de agua y que les obliga a desplazarse grandes distancias cada día para obtener agua segura, se añade el problema de la contaminación a causa de la acción humana.

Se calcula que el 80% del total de las aguas residuales industriales y urbanas se liberan en el medioambiente sin ningún tratamiento previo. Además, la producción agropecuaria de carácter intensivo necesita fertilizantes y fitosanitarios que contaminan con pesticidas los recursos hídricos disponibles. Esta pérdida de la calidad del agua tiene impactos perjudiciales en la salud humana y los ecosistemas. Continúa

JUSTICIA Y PAZ: Boletín nº 47 La buena política está al servicio de la paz

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Queridos amigos, queridas amigas,

Comenzamos 2019 lleno de citas electorales por lo que es más pertinente que nunca el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz del papa Francisco. «Cada renovación de las funciones electivas, cada cita electoral, cada etapa de la vida pública es una oportunidad para volver a la fuente y a los puntos de referencia que inspiran la justicia y el derecho. Estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud».

“Ajustar Europa al bien común” es el llamamiento de Justicia y Paz de Europa en su Acción Concertada anual ante las elecciones al Parlamento europeo de mayo. Justicia y Paz Europa ha identificado cuatro problemas, que visibilizan aspectos donde el mercado único no funciona correctamente si consideramos los valores que construyen la Unión Europea, así como los que promueve la Doctrina social de la Iglesia. Desigualdad, desperdicio de alimentos, exportación de armas y multinacionales que vulneran derechos son los temas elegidos porque ilustran violaciones de los principios de justicia social, naturaleza sana, paz global y respeto de los derechos humanos.

Recogemos algunas iniciativas que se están llevando a cabo en ciudades de nuestro país para acoger e integrar a personas migrantes y refugiadas. Con ellas mostramos diferentes propuestas que, independientemente de su novedad, alcanzan su máximo sentido cuando se realizan desde el calor familiar de la acogida y el compartir los bienes y recursos. Es de agradecer que tanto las diócesis como la sociedad civil no permanezcan ajenas ante este fenómeno de movilidad forzada de personas e impulsen la acción de las administraciones públicas.

En la contraportada se recogen actividades en las que la  Comisión General ha participado durante los últimos meses. Representan el trabajo en equipo junto a distintas organizaciones: en el Grupo Eclesial contra la Trata, Enlázate por la Justicia, la Campaña Internacional por la Abolición de las Armas Nucleares y la Iglesia en Europa, entre otras.

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal del 27 de febrero nombró nuevos representantes para la Comisión General de Justicia y Paz por tres años. Fco. Javier Alonso, de Madrid, es el nuevo presidente; Eudald Vendrell, de Barcelona, es el vicepresidente, y yo continúo como secretaria general.

Del 5 al 7 de abril celebramos la Jornada anual de Justicia y Paz en Madrid con el título «Europa hacia el bien común y la paz». Nos gustaría contar con vuestra presencia y participación. Más información e inscripciones en www.juspax-es.org hasta el día 26 de marzo. Os esperamos. Saludos cordiales,

Isabel Cuenca Anaya
Secretaria General

Descargar el boletín

Bulletin #47 Good politics is at the service of peace

JUSTICIA Y PAZ: Europa hacia el bien común y la paz


 

Jornada anual de Justicia y Paz en Madrid

Del 5 al 7 de abril de 2019

 
Lugar: Salón de grados de la Fundación Pablo VI
 
Manteniendo esta dirección y haciendo que sus amplios significados no se separen de la tierra ni del horizonte, debemos continuar caminando en un mundo diverso, interdependiente, a través de propuestas universalizables y condiciones socio-ambientales que faciliten la vida de las comunidades y los ecosistemas. Es necesario un destino universal no excluyente: “el bien común y la paz”, pero también es necesario caminar cada día sin desviarse mucho de él: “caminante, son tus huellas el camino”. ¿Dejamos huellas visibles en ese horizonte?
 
Todo grupo social debe tener en cuenta las necesidades y las legítimas aspiraciones de los demás grupos; más aún, debe tener muy en cuenta el bien común de toda la familia humana (GS, 28).
Las diferencias económicas, sociales y culturales demasiado grandes entre los pueblos provocan tensiones y discordias y ponen la paz en peligro (PP, 76).
 
Los pasos irán cambiando la realidad si trabajamos por lo que nos une, dialogando, tendiendo puentes para satisfacer las necesidades vitales básicas, que son las mismas y derriban toda frontera.
 

Programa

Viernes, 5 de abril

 
18.00 h. Inauguración
 
“El compromiso por el bien común, cuando está inspirado por la caridad, tiene una valencia superior al compromiso meramente secular y político”. Es un programa con el que estarán de acuerdo las personas dedicadas a la política de “cualquier procedencia cultural o religiosa que deseen trabajar […] por el bien de la familia humana, practicando aquellas virtudes humanas que son la base de una buena acción política: la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”. Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2019

  • D. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca y obispo acompañante de Justicia y Paz desde la CEPS.
  • D. José Luis Segovia, vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación.
  • D. Fco. Javier Alonso, presidente de la Comisión General Justicia y Paz.

 
18.30 h. Soñar Europa. Afectos y desafectos sobre un proyecto posible
 
Recuperar la capacidad de soñar otra Europa. Una Unión Europea política, social, económica distinta porque durante los últimos años ha conocido lo que cabe esperar de una unión estrictamente monetaria.
 

  • D. Emilio José Gómez Ciriano, responsable de derechos humanos de Justicia y Paz. Profesor de derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).

 
19.30 h. Coloquio. Modera
 

  •  Dª. Isabel Cuenca, secretaria general CG Justicia y Paz.

Sábado, 6 de abril

 
10.00 h. ¿Es posible una economía social  y solidaria en Europa?
 
Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos (LS, 54).
Para que siga siendo posible dar empleo, es imperioso promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial. (LS 129).
 

  • D. Raúl González Fabre, jesuita y profesor de la Universidad Comillas en el área de Ética y Economía.
  • D. Pedro José Gómez Serrano, profesor de economía de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

 
12.00 h. Pausa café
 
12.30 h. Ajustar Europa al bien común
 
“La  Unión  se  fundamenta  en  los  valores  de  respeto  de  la  dignidad  humana,  libertad,  democracia,  igualdad,   Estado   de   Derecho   y   respeto   de   los   derechos   humanos,   incluidos   los   derechos   de   las   personas   pertenecientes   a   minorías.   Estos   valores   son   comunes   a   los   Estados   miembros   en   una   sociedad  caracterizada  por  el  pluralismo,  la  no  discriminación,  la  tolerancia,  la  justicia,  la  solidaridad  y  la  igualdad  entre  mujeres  y  hombres” (art. 2 del Tratado de la UE).
 

  • D. Ramón Jaúregui, europarlamentario del Partido Socialista Obrero Español.
  • Dª. María Cruz Arcos Vargas, profesora de Derecho Internacional Público de la Universidad de Sevilla.

 
16.00 h. Paz a esta casa
 
“Dar la paz está en el centro de la misión de los discípulos de Cristo. Y este ofrecimiento está dirigido a todos los hombres y mujeres que esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia de la historia humana. La “casa” mencionada por Jesús es cada familia, cada comunidad, cada país, cada continente, con sus características propias y con su historia; es sobre todo cada persona, sin distinción ni discriminación. También es nuestra “casa común”: el planeta en el que Dios nos ha colocado para vivir y al que estamos llamados a cuidar con interés”.
 

  • D. Luis Okulik, secretario del Departamento de Pastoral Social del Consejo Episcopal de Europa.
  • D. Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca y obispo acompañante de Justicia y Paz desde la CEPS.

 
18.00 h. Paseo por Madrid.

Domingo, 7 de abril

 
10.00 h. Eucaristía
 
11.30 h. Pleno de la Comisión General de Justicia y Paz
 

Lugares de las jornadas


Conferencias: Sala de grados de la Fundación Pablo VI. Paseo de Juan XXIII, 3, 28040 Madrid.
Alojamiento y desayuno: Religiosas de la Asunción. Calle Olivos, 23, 28003 Madrid. Precios:
Manutención: Cafetería Fundación Pablo VI. Paseo de Juan XXIII, 3, 28040 Madrid.

Inscripción

Hasta el 28 de marzo

Jornada anual Justicia y Paz 2019
Leer más: https://www.juspax-es.org/products/europa-hacia-el-bien-comun-y-la-paz/