Adjuntamos, para su uso y disfrute, las interesantes y fecundas aportaciones que el pasado 22 de abril se leyeron y trabajaron en nuestra Jornada de Reflexión 2017. Nuevamente, agradecemos enormemente su participación.
Asociación de Caridad de San Vicente de Paúl
CEAAEC
CECO
CVX
Movimiento de los Focolares
Hermandades del Trabajo-1; Hermandades del Trabajo-2; Hermandades del Trabajo-3
JMV
Justicia y Paz
OFS
Regnum Christi
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JMV: En el adiós de Camino Cañón y Sonia Manzano
Como miembro de una Asociación que tiene como Nota distintiva la Nota Laical, ¿qué retos crees que tiene hoy el laicado español y qué carencias?
Como bien diría nuestro consiliario del Foro de Laicos, Don Antonio Cartagena, el laico no puede ser aquel que está “al laíco” del cura. Y desde este sentimiento de responsabilidad y corresponsabilidad eclesial considero que hay que entender la labor del laicado español así como sus retos y carencias. Estoy convencida que la clave está en entender el laicado como el compromiso por parte de todos los bautizados de transformar el mundo a la luz del Evangelio. Y ante esto considero que se nos plantean tres retos:
• El primero sería algo tan sencillo y tan difícil a la vez como dar testimonio de vida evangélica allá donde estemos, en nuestros lugares de estudio, de trabajo, con la familia y amigos. Hacer de nuestra vida una verdadera misión.
• El segundo es avanzar en corresponsabilidad junto al clero, demostrando que podemos trabajar juntos con compromiso y responsabilidad formando una verdadera Iglesia unida. Esta corresponsabilidad entendida por parte de todos como una convicción más que como una necesidad por la falta de vocaciones a la vida consagrada.
• El tercer reto es seguir promoviendo la participación en la vida pública. Algunas asociaciones y movimientos parece que se trabaja casi en exclusiva a nivel interno con actividades y formaciones propias de la asociación o movimiento y nos olvidamos de compartir con otras realidades eclesiales y sociales. Para dar testimonio de nuestra vida de fe veo necesario utilizar todas las herramientas útiles que tenemos hoy en día a nuestro alrededor como las redes sociales (Facebook, twitter, Instagram, etc), plataformas sociales y civiles (Consejo de la Juventud de España y autonómicos) y plataformas eclesiales (Foro de Laicos, Delegación de Apostolado Seglar, etc). Entre las carencias destaco la formación de los laicos, no sólo a nivel litúrgico y bíblico sino también a nivel de laicado español. Son numerosas las formaciones que se realizan a nivel de diócesis y a nivel de distintos movimientos, pero en muchas ocasiones los laicos estamos sumidos en tantas actividades y servicios que se nos olvida que no se puede dar sin recibir. He de reconocer que yo misma, antes de entrar a formar parte de la Comisión Permanente del Foro de Laicos, documentos como CLIM (Cristianos laicos, Iglesia en el Mundo) era un gran desconocido para mí.
¿Qué te ha sido más satisfactorio en tu servicio prestado al Foro de Laicos?
Sin duda lo más satisfactorio en el servicio ha sido observar durante este tiempo la riqueza que aporta al Foro cada asociación y movimiento que lo formamos. Creo que en ese sentido el Foro ha avanzado mucho. Hemos aprendido que cada movimiento y asociación, desde su carisma, tiene mucho que aportar a la sociedad y a construir el Reino de Dios. Hemos aprendido que cada uno, desde su singularidad, somos parte de un todo, que todos vamos en la misma barca mirando a una misma dirección que es Cristo.
¿Crees que funciona la Comisión Permanente del Foro como organismo colegiado y plural? ¿qué destacarías de esta Comisión?
La verdad es que sí. La comisión, al estar compuesta por miembros elegidos por distintos movimientos y asociaciones da una riqueza a la marcha de la misma. En estos años he podido observar cómo en decisiones importantes todos hemos estado a una, pues nos hemos sentido una verdadera iglesia. Y ante otras decisiones, a pesar de las discrepancias siempre ha habido un clima de respeto por las opiniones de los demás y de aceptación ante las decisiones de la mayoría. Como parte de la comisión destacaría la grandeza humana de cada uno de sus miembros. Más allá de ser una comisión de trabajo que debíamos sacar adelante jornadas de reflexión, asambleas y comunicados de prensa, hemos sido una pequeña familia por la que nos hemos preocupado a nivel personal, profesional y familiar. Quiero agradecer desde aquí a Camino Cañón, que ha sido quien siempre desde la humildad y sencillez ha ido guiando a la Comisión.
¿Qué balance haces de tus años como Vocal de la Comisión Permanente del Foro de Laicos? ¿Qué te ha aportado a ti y qué crees que JMV ha aportado al Foro?
El balance de estos 5 años como Vocal de la Comisión Permanente ha sido tremendamente positivo. Han sido años de un compartir espiritual inmenso, de consensos y de compartir desde la fe. He de reconocer que los comienzos no fueron fáciles para mí. Al principio me sentía muy desubicada en la Comisión Permanente, pues los temas de los que se hablaban eran muy lejanos a mí. Se hablaba de documentos que desconocía y yo no hacía más que apuntar en mi libreta toda la nueva información que me llegaba (nombres de los nuevos obispos nombrados, nuevas modificaciones a nivel eclesial y un largo etc) que luego reunión tras reunión repasaba. Tenía la sensación de que podía aportar poco a la comisión. A pesar de esto, sabía que si Dios me había llamado a estar ahí por algo sería. Después de cada reunión mensual de los martes me iba a casa pensando… “Siervos inútiles somos, hemos hecho lo que debíamos hacer” (Lc 17,10). Supe ser paciente y pronto, poco a poco, fui encontrando mi lugar. He aprendido en estos años a poner los dones que Dios me ha dado al servicio del Foro y de la comisión en todo aquello que me han encomendado y a ser la voz de los jóvenes en la Iglesia. Para mí, estos años han sido un verdadero regalo de Dios, un enriquecimiento no sólo a nivel espiritual sino también a nivel personal. Como JMV hemos podido aportar nuestro carisma vicenciano a la comisión y al Foro, a través de las comunicaciones que hemos ofrecido en cada asamblea o jornadas de reflexión. Hemos tenido además la suerte y el regalo de participar en la comisión de jóvenes para preparar un panel para la Asamblea del Foro de Laicos Europeo del 2014 en Roma titulada “Futuro para los jóvenes en una perspectiva cristiana” a la que además pudo asistir Yancarlos Carrasco, actual Presidente internacional de JMV. Por otro lado, hemos puesto nuestro granito de arena en el avance que ha tenido el Foro a nivel de comunicación en redes sociales y a través de la nueva página web llevada a cabo junto con las secretarias técnicas, así como creando vídeos, folletos o todas aquellas herramientas más técnicas que la comisión nos ha solicitado. Por último también tuve la fortuna de representar a JMV en la XVI jornada diocesana de apostolado seglar el pasado 20 de febrero del 2016 en el panel de experiencias “Presencias evangelizadoras significativas en los diversos ambientes”, otra nueva experiencia que afianzó todavía más mi sentimiento de comunidad eclesial con otros movimientos y otras realidades eclesiales. Tan sólo me queda dar las gracias a Dios por este regalo que me ha dado durante estos años. Podéis contar con mi oración para la buena marcha de JMV así como de la nueva comisión del Foro de Laicos.
Información extraída de: La Revista JMV/DICIEMBRE 2016
JMV: Convocatoria del Encuentro Nacional de Jóvenes y Escuela Benagalbón.
Les adjuntamos la Convocatoria del Encuentro Nacional de Jóvenes y Escuela Benagalbón que nos ha llegado desde Juventudes Marianas Vicencianas:
2016 FOLLETO ESCUELA BENAGALBÓN
DIPTICO ESCUELA BENAGALBON 2016
DIPTICO ENCUENTRO BENAGALBON 2016
INSCRIPCIÓN ESCUELA BENAGALBÓN 2016_rellenable
Carta Benagalbón
Catequesis Previa Benagalbón
JMV: Carta del P. Gregory Gay con motivo de la fiesta de San Vicente de Paul.
Queridos miembros de la Familia vicenciana,
Con motivo de la fiesta de San Vicente de Paul, en nombre de la Familia vicenciana y de los responsables de nuestras diferentes ramas, les escribo para informarles que hemos decidido consagrar el próximo año a la “nueva evangelización”. Lo celebraremos como Familia vicenciana centrando nuestra atención en tres puntos claves de fidelidad en el seguimiento de Jesucristo, evangelizador y servidor de los pobres:
· La necesidad de una conversión personal y comunitaria;
· La necesidad de ir más allá de nosotros mismos, escuchando el grito de los pobres, sobre todo de aquellos que viven en la periferia de nuestras ciudades y
al margen de la sociedad actual;
· La necesidad de evangelizar y ofrecer nuevas formas de llevar a cabo la pastoral de la familia.
Del 5 al 19 de octubre de 2014, el Papa Francisco reunirá un Sínodo de Obispos para examinar “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Es un tema importante propuesto por nuestro Santo Padre para el bien de la Iglesia, como lo mostrará este Sínodo.
Al comienzo de su pontificado, el Papa San Juan Pablo II lanzó la llamada a “una nueva evangelización” para estimular a un nuevo fervor y buscar medios innovadores para encontrar a Jesús, ahondar en nuestra relación con Cristo y crecer en nuestra vida de fe. Esta llamada de Juan Pablo II llegó en un momento de malestar general entre los cristianos, en particular en los países del mundo desarrollado. Juan Pablo II pensaba que los cristianos estaban siendo menos fervientes en la vivencia de su fe, y por eso hizo una llamada a la conversión y a una nueva evangelización. Sus dos sucesores: el Papa emérito Benedicto XVI y el Papa Francisco, continúan y favorecen estas dinámicas en favor de una renovación.
Redescubrir y encontrar de nuevo a Jesús con amor en nuestros corazones, profundizando en nuestra relación con El para crecer como discípulos, es un aspecto esencial de esta nueva iniciativa. Se trata de una profundización personal de nuestra fe en el Dios de Jesucristo, un fruto del Espíritu Santo. Este amor nos guía en el camino de devoción a Dios y de entrega a los demás, sobre todo a los pobres. Como cristianos verdaderamente comprometidos y como discípulos de Jesús, compartimos la Buena Noticia del amor de Dios, que se encuentra en las Sagradas Escrituras y en los sacramentos. La misión de todo fiel católico bautizado es la de dar a conocer a Jesús a todos.
Para realizarlo, la Iglesia nos llama a la conversión, a una nueva manera de encontrar a Dios y de creer en El, y de compartir la Buena Noticia con los demás. Para vivir esta experiencia de conversión y seguir un nuevo camino para encontrar a Dios, debemos dejar nuestra propia comodidad y escuchar al Señor cuando nos habla en lo profundo de nuestro corazón. Como miembros de la Familia vicenciana, ¿cómo podemos responder a esta llamada a la conversión y a
la nueva evangelización? El carisma que san Vicente de Paúl compartía con santa Luisa de Marillac, que continuó con el beato Federico Ozanam, y con otros muchos en la tradición vicenciana, consistía en cuidar de los pobres y desfavorecidos. Pero también comprendía el “cuidado de las almas”, aspecto esencial de la misión. En la vocación vicenciana, la misión y la caridad son inseparables. Las obras de misericordia corporales y espirituales y el servicio van siempre unidos. Estas consignas dirigidas a las Hijas de la Caridad en su servicio de los pobres nos hablan de “la preocupación primordial de darles a conocer a Dios, de anunciar el Evangelio y hacer presente el Reino” (Constituciones de las Hijas de la Caridad, 10 a). El beato Federico Ozanam subrayó que, en la Sociedad, la ayuda material no era el único aspecto del servicio de los pobres. Más bien recordaba a los miembros de las Conferencias que su espiritualidad y su testimonio cristiano, lleno de la ternura del amor de Dios, ayudaban a muchos alejados a volver a la fe, y eran un medio de evangelización de numerosos no cristianos. Hacer más sólida y profunda nuestra relación con Dios y ayudar a los otros a encontrar a Cristo, es una virtud esencial de nuestra espiritualidad vicenciana. Es la fe en actos.
En nuestra vida diaria tenemos que hacer frente a numerosos desafíos. Pero ahora es el momento favorable para anunciar la Buena Noticia de la salvación en Jesucristo. Aunque vivamos en un entorno a menudo indiferente a la religión, la gente todavía tiene verdadera sed de valores transcendentes. Hay hambre de Dios en el mismo pueblo de Dios, sobre todo cuando éste aspira a una nueva manera de vivir que difiere de las normas dominantes de la sociedad. Podríamos adoptar la manera de vivir de la gente en este entorno de indiferencia religiosa, y habituarnos a aceptar la poca importancia que se concede a las cuestiones esenciales de la fe y del sentido de la vida en este mundo.
Pero, ¿somos conscientes de la realidad de lo que ocurre cuando la gente olvida a Dios? Muy a menudo es revelador de una verdadera pobreza espiritual y material. San Vicente estuvo profundamente impresionado por la situación en la que se encontraban las personas de su tiempo: las que vivían en la miseria y en la ignorancia y que no sabían nada de Dios, ni de su amor. Por esto, san Vicente dijo con fuerza y convicción: “Es cierto que yo he sido enviado, no sólo para amar a Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo”. (SV, Conferencia del 30 de mayo de 1659, Coste XI-4, p. 552).
Si tuviésemos tan solo un poco de este amor, ¿apartaríamos los ojos y nos quedaríamos con los brazos cruzados? ¡Nunca! La caridad no puede estar ociosa. La caridad nos impulsa a hacer todo lo que podamos para aportar consuelo y salvación a los que sufren. Nuestra vocación de vicencianos consiste en enardecer el corazón de los demás: hacer lo que el mismo Hijo de Dios hizo. Vino a traer el fuego al mundo, a encenderlo con su amor. ¡Qué otra cosa podemos esperar para nosotros mismos, sino solo arder de amor por el Señor y ser consumidos por este amor!
Como miembros de la Familia vicenciana, estamos llamados a ser agentes de la evangelización ofreciendo un servicio lleno de amor. La caridad es el valor principal de la vida, y el desafío de la comunidad cristiana consiste en hacerla activa en el mundo actual. Nunca debemos separar ni oponer la relación intrínseca entre la fe y la caridad. Somos discípulos de Jesús cuando extendemos el amor de Dios, y cuando nos comprometemos a participar plenamente en la vida y en la misión de la Iglesia. ¡El amor de Cristo nos ha conquistado! Por consiguiente, bajo el poder de este amor, estamos totalmente abiertos para amar concretamente a nuestro prójimo. Aquí podemos recordar la divisa de las Hijas de la Caridad cuyas palabras provienen de la Escritura: “El amor de Cristo crucificado nos apremia” (cf. 2ª Co 5, 14).
La fe nos permite reconocer los dones que nuestro Dios, bueno y generoso, nos ha confiado. La caridad los hace fecundos. Por la fe, entramos en amistad con el Señor. Por la virtud de la caridad, esta amistad es cultivada y puesta en práctica. La relación entre la fe y la caridad es ensalzada en esta unión intima entre ellas. Esto es lo que significa hacer efectivo el Evangelio en la vida de la gente. La encíclica Lumen Fidei habla de las repercusiones de la fe en el mundo, diciéndonos que “la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz” (LF, 2013, 51). La Exhortación apostólica Evangelii Gaudium habla del servicio de la caridad como un elemento constitutivo de la misión de la Iglesia, que refleja la esencia de quiénes somos como Iglesia.
Como la Iglesia es misionera por naturaleza, también está unida de modo indisoluble a la virtud de la caridad, principalmente prodigando una caridad efectiva a nuestro prójimo. Cuando aceptamos el desafío de la misión impregnada de la caridad de Cristo, podemos identificarnos con las personas que viven en la pobreza y servirlas. Nuestros corazones vicencianos aceptan con gozo la llamada de Evangelii Gaudium, a ser instrumentos de Dios para la liberación y la promoción de los pobres, para permitirles alcanzar una promoción integral en la sociedad (EG, 2013, 182).
Debemos ser dóciles, estar atentos, escuchar el clamor de los pobres, dispuestos a correr en su ayuda. Lo hacemos dejando nuestra propia comodidad, yendo a la periferia y a los márgenes para encontrar a las personas que viven en la pobreza.
Salimos de nosotros mismos para ir hacia los pobres a toda prisa, animados por el amor de Dios. En el cuarto capítulo de Evangelii Gaudium, encontramos numerosas ideas que están en consonancia con nuestro carisma. Las palabras de este capítulo parecen describir la vida y las acciones de san Vicente y de santa Luisa, y de todos los santos y beatos. Veamos un ejemplo de lo que nos dice este capítulo cuarto: los pobres son los preferidos de Dios; los pobres ocupan un lugar
privilegiado en la Iglesia; y los pobres son nuestros evangelizadores. ¡Si estas ideas que provienen de Evangelii Gaudium les parecen familiares, no es nada extraño! La nueva evangelización es una iniciativa para ayudarnos a reconocer la fuerza salvífica que las personas que viven en la pobreza, poseen en Cristo, y a situarlas en el centro de la Iglesia.Descubrimos a Cristo en los pobres; defendemos sus causas; somos sus servidores; los escuchamos; y nos invitan a meditar en la sabiduría misteriosa de Dios, que a menudo se revela a nosotros por sus mismas vidas.
En el contexto de los sufrimientos y de las luchas que las familias soportan hoy, la nueva evangelización puede responder a una necesidad urgente, como lo muestra el documento preparatorio sobre la pastoral familiar publicado para la tercera asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos. La doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio debe presentarse de manera clara y comprensible para que llegue al corazón de muchos y transforme sus vidas, según la voluntad de Dios manifestada en Jesucristo. Otros documentos de la Iglesia evocan las necesidades pastorales de la familia como una dimensión esencial de la evangelización. Es una llamada a renovar nuestra comprensión del sacramento del matrimonio y de la vocación cristiana de las personas casadas y a consolidar la familia para el bien de la Iglesia y de la sociedad. Como miembros de la Familia vicenciana, deberíamos preguntarnos lo que podríamos hacer para evangelizar a las familias a las que servimos y a aquellas con las que entraremos en contacto. Me refiero a las familias que encontramos en nuestras parroquias, escuelas, servicios sociales y en numerosos otras actividades en las que colaboramos como Familia vicenciana, para servir a las personas que viven en la pobreza. La familia constituye, sin ninguna duda, un campo inmenso para la misión. Numerosas familias a las que servimos hoy, necesitan protección y sufren muchas calamidades. A menudo están amenazadas, incluso a veces de muerte. Como Familia vicenciana, podemos y debemos progresar para establecer unas “Líneas de acción” que den impulso al trabajo pastoral con las familias, y principalmente, con aquellas que viven en la pobreza.
Con toda la Familia vicenciana, roguemos, para que la Iglesia busque métodos pastorales que ayuden a las familias a hacer frente a sus realidades a la luz de la fe, y con la fuerza que viene del Evangelio. Cuando celebramos la fiesta de san Vicente de Paul nos proponemos dedicar este año a la nueva evangelización. Necesitamos respuestas creativas para poner de relieve los desafíos que representan la nueva evangelización y una conversión personal y comunitaria para responder a las necesidades pastorales de la familia, sobre todo de las personas que viven en la periferia de nuestra sociedad.
Su hermano en san Vicente
G. Gregory Gay, C.M.
Superior general
La revista de JMV llega a los 100 números
Haciendo especial el número de diciembre de 2013, JMV celebra la andadura de 21 años de su revista con abundantes participaciones y colaboraciones de hombres y mujeres que han tenido un importante lugar no sólo en el desarrollo de la revista, sino del movimiento de las Juventudes Marianas Vicencianas en general. Recomendamos especialmente este número en el que, como en la carta del director se explicita: “Queremos transmitir ideas, simbolismo y mensaje. La idea de que es necesario celebrar, el mensaje de que nuestra historia se ve cristalizada en las páginas que contienen esfuerzos, ilusiones, aunque el paso del tiempo les haya dejado el color sepia; y el simbolismo de que los signos pueden ser sacramentos cuando metemos en ella nuestra vida”
¡Enhorabuena a todos”
Juventudes Marianas Vicencianas – Testimonio
Francisco Javier Cremades Fernández, Presidente provincial de Juventudes Marianas Vicencianas en Madrid, habla en “Testimonio”, programa de TVE, del carisma de las Hijas de la Caridad y de su trabajo pastoral con jóvenes, en el contexto de la “nueva evangelización” en el que está embarcado toda la Iglesia.
Pueden verlo aquí.
JMV presenta su Plan Pastoral 2012-2013
Daniel Malmierca, el presidente nacional de JMV nos lo presenta con estas palabras:
“Este curso, la afirmación de Cristo que recoge el Evangelista Juan, ha sido elegida como lema que centrará nuestras actividades y nuestra pastoral en JMV. Porque descubrimos en Él la VIDA que se entregó por todos para que descubriésemos al Padre que lo había enviado y así tuviésemos vida en abundancia.
Nuestra vida ha de ser entendida desde esa misma entrega de Cristo en los pobres; porque “no basta que yo ame a Dios si mi prójimo no lo ama”, decía San Vicente de Paúl. Nuestro ser vicenciano debe llevarnos a entregar nuestra vida por los más pobres de nuestra sociedad, para que estos descubran al mismo Cristo en nosotros.
En este curso, Año de la fe proclamado por el Papa Benedicto XVI, tenemos una nueva oportunidad para vivir con fuerza el don de la fe, un don recibido en nuestro bautismo, un don para compartirlo con todos los que nos rodean haciendo, con nuestra vida, que puedan descubrir a Dios Padre que hace maravillas en nosotros.
¡Feliz curso!”
Pueden encontrar más información a través de este enlace: https://www.jmve.org/index.php/component/content/article?id=100
JMV: Entrevista a Germán Sánchez en “Últimas preguntas”
En el programa “Últimas Preguntas”, que se emite los domingos en la 2, quieren darnos a conocer la labor de los misioneros laicos vicencianos con los niños de la calle en Bolivia con una entrevista a Germán Sánchez. Pueden acceder al programa en el enlace superior.
Iniciativas de JMV
Queremos presentarles dos iniciativas que JMV está llevando a cabo:
En primer lugar, organizan una escuela de formación para jóvenes mayores de 18 años en Benagalbón, Málaga, del 22 al 29 de julio del 2012. El plan total comprende cuatro años, los dos primeros comunes y luego dos cursos de especialización dentro de tres modalidades: catequesis, acción social y voluntariado y educación en el tiempo libre. Pueden encontrar más información en la web www.jmve.org o consultar más datos aquí: Benagalbon 2012.
Por otro lado, ha publicado un excepcional video promocional de su movimiento que da a conocer las líneas principales de su trabajo e invitan a unirse a ellos. Pueden verlo aquí: [youtube=https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=gYVFmq75AKU]
CONCIERTO ORACIÓN SOLIDARIO
Les invitamos a un concierto oración solidario a favor de la “Fundación Amanecer” de las Hijas de la Caridad de Bolivia, fundación que trabaja a favor de los niños de la calle de Cochabamba (Bolivia).
Será el próximo sábado 9 de junio a las 21,30 en la Basílica Virgen Milagrosa (C/García de Paredes, 45). Pueden ver el cartel en el adjunto.
En este concierto oración dará su testimonio Germán Sánchez, Misionero laico vicenciano, que en este momento coordina la fundación, representando a las Hijas de la Caridad, y participarán con su música el Sacerdote Toño Casado y otros cantautores cristianos.
Estáis invitados a participar en este Concierto-oración y si alguno queréis colaborar en este proyecto podéis hacer un donativo en la cuenta del Banco Popular: 0075 0001 89 0606886830 indicando como destinatario “Fundación Amanecer”.