Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos: Reunión en España

Las organizaciones de inspiración católicas quieren contribuir a los debates promovidos por la ONU de cara a la agenda de desarrollo post- 2015 y defender el trabajo decente como una de las prioridades que debe asumir toda la comunidad internacional. El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos convocó a un grupo diverso de entidades católicas presentes en España, entre ellas la HOAC, para coordinar esfuerzos.
A la reunión celebrada el 19 de septiembre en la sede de la Comisión Permanente de la HOAC asistieron miembros del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, Cáritas España, Justicia y Paz, UNIAPAC, JEC, JOC y Acción Social Empresarial, con el objetivo del impulsar el debate sobre el trabajo decente en nuestro país y elevar las posibles conclusiones a las redes internacionales con las que trabaja cada organización. El delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España, Joaquín Nieto, asistió como invitado para conocer de primera mano el compromiso de estas organizaciones católicas con la promoción del trabajo decente.


Ya en julio de 2013 las organizaciones internacionales católicas elaboraron una declaración en la que reafirmaban su apoyo a los esfuerzos de la OIT “para incluir el programa de trabajo decente en el marco de desarrollo post-2015”. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio se habían fijado 2015 como fecha para evaluar los resultados de la comunidad internacional por reducir la pobreza extrema y mejorar la vida de millones de personas en el mundo. La discusión sobre cómo continuar a partir de esa fecha fue lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas en 2012.
La promoción del “trabajo decente” ha sido un objetivo asumido por la Iglesia y se ha incorporado tanto a su magisterio social como a su práctica pastoral y sus esfuerzos por la promoción del desarrollo humano. En el año 2000 el Papa Juan Pablo II expresó el apoyo al objetivo planteado por la OIT y la necesidad de la implicación de todos, también de las comunidades cristianas, en la lucha por el trabajo decente: «Todos debemos colaborar para que el sistema económico en el que vivimos no altere el orden fundamental de la prioridad del trabajo sobre el capital, del bien común sobre el privado (…) Es muy necesario constituir en el mundo una coalición en favor del trabajo digno» (Discurso al Mundo del Trabajo, 1º de Mayo de 2000).
En “Caritas in Veritate”, de Benedicto XVI, en el número 63, se define así el trabajo decente: “significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación”.
También el papa Francisco se ha dirigido a la propia OIT para apoyar sus esfuerzos por defender el “trabajo decente” y combatir el trabajo esclavo y la trata de personas.

Información extraída de: https://www.hoac.es/2014/09/22/la-hoac-en-la-agenda-post-2015/

JOC y HOAC: Comunicado 1º de Mayo

Ante un nuevo 1º de mayo, día internacional de los trabajadores  y las trabajadoras, fiesta del movimiento obrero mundial, la HOAC y la JOC, movimientos de Acción Católica especializada en el mundo obrero, queremos ofrecer nuestra reflexión.

Recordamos en este día a tantos trabajadores y trabajadoras que sufrieron y continúan sufriendo a lo largo de la historia condiciones precarias e inseguras de trabajo, lo que les ha llevado a perder la salud e incluso la vida. Trabajadores explotados por la usura de los empresarios, o de grupos multinacionales o financieros, que especulan y no dudan, en poner como centro de la actividad económica el beneficio y el dinero.

Así la persona y sus familias, son mercancía que se compra a cambio de un salario cada día menor. También recordamos a quienes, siendo un ejemplo de resistencia y lucha, han permitido que el colectivo obrero y la sociedad en general, avanzáramos hacia un mundo de justicia, igualdad, paz y desarrollo y nos implicáramos en la construcción de un mundo más fraterno.

Denunciamos que el Mundo obrero está sufriendo las consecuencias de una desigualdad cada vez mayor, entre países y dentro de cada país. El trabajo convertido en un factor más de la producción y al servicio del capital, está dejando de ser un elemento esencial para que las personas y las familias puedan vivir con dignidad. Un escenario nefasto para el desarrollo de la vida de tantas personas ¿Por qué no podemos vivir sin trabajo, y si trabajamos perdemos la vida? puede parecer exagerado… ¡pero no! Actualmente en España nos encontramos  con una escalofriante tasa de desempleo del 26% (5.896.300 de personas) [1],  del 56% si hablamos de jóvenes. Quienes encuentran trabajo, casi en su totalidad, obtienen empleos precarios e inestables [2] que también nos van quitando la vida, a veces incluso con salarios que no permiten salir de la pobreza.

Hay un ataque planificado y dirigido a redistribuir la riqueza desde la mayoría humilde obrera y trabajadora  hacia un grupo dominante minoritario, aplicando la despiadada ideología neoliberal en un mundo con fronteras para las personas, pero no para el dinero.

El reciente Informe Foessa “Precariedad y cohesión social”, presentado por Cáritas y cínicamente cuestionado por el gobierno, constata el empeoramiento de la situación laboral y social que se extiende a amplios sectores de la población.

En España la fractura social entre los más pobres y los más ricos se ha ensanchado un 45%. Cinco millones de personas se encuentran afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007, en su mayoría familias trabajadoras. Las diferencias son mucho más claras según la edad: los jóvenes menores de 29 años representan el 44% de las personas excluidas, y la exclusión social en la infancia se está convirtiendo en un problema de primer orden.

Es evidente el empobrecimiento acelerado del mundo obrero, que día a día encuentra más dificultades en el acceso a sus necesidades y derechos más básicos (alimentación, salud, vivienda, educación…) Esto contrasta con el creciente enriquecimiento de las élites económicas y financieras.

Ante la situación de insolidaridad estructural que se vive en todo el mundorespecto a los trabajadores, y más si cabe respecto a jóvenes que quieren y no pueden trabajar, observamos que las condiciones de vida que ofrece nuestra sociedad no son decentes porque humillan a grandes cantidades de personas abocándolas al desempleo o a trabajos precarios permanentes y mal remunerados que no garantizan una vida digna; a la pobreza que impide un mínimo proyecto de vida personal y familiar sostenible y duradero.

¿Tiene sentido seguir hablando de trabajo digno? ¿Cómo mirar desde una perspectiva cristiana la realidad del trabajo? ¿Puede ser hoy Buena Noticia nuestra manera de comprender el trabajo a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)?

Ofrecemos la reflexión de la DSI, que establece el trabajo como la clave de la cuestión social. El Papa Francisco se ha referido repetidamente a la importancia del trabajo para tener una vida digna: “Donde no hay trabajo, falta la dignidad. Y esto (…) es consecuencia de una elección mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia; un sistema económico que tiene en el centro un ídolo, que se llama dinero.” [3]

La persona  debe ser y estar en el centro de la actividad económica, de la política, de las relaciones laborales, del trabajo. La forma en que se está organizando el trabajo y la sociedad nos deshumaniza, nos impide el desarrollo personal, familiar, social y nos condena, a vivir para trabajar, dispuestos a aceptar cualquier condición laboral. Se supedita al ser humano y a la familia a esta lógica.

Reconocemos que a pesar de esta situación, amigos, vecinos y familiares, voluntarios anónimos, movimientos y entidades sociales, organizaciones obreras, colectivos de Iglesia como Cáritas o Manos Unidas y otros muchos están ofreciendo experiencias de apoyo mutuo, de resistencia pacífica, de alegría en el compartir lo que no sobra. Experiencias que rechazan el individualismo, que mantienen viva la esperanza en que el tiempo dará la razón a los que ahora son olvidados por las estructuras.

Proponemos la Buena Noticia de Jesús de Nazaret, que sigue teniendo una extraordinaria fuerza profética y revolucionaria, pues la escala de valores que nos propone subvierte de raíz el orden establecido. El Evangelio anuncia que la vida humana no tiene otro sentido que dar vida, gastarse en la tarea de hacer posible que otros tengan vida. Por eso hoy debemos “convertir en actores a los que sólo son espectadores”, como decía Guillermo Rovirosa, promotor de la HOAC, o recordar nuevamente que “un joven trabajador vale más que todo el oro del mundo” como afirmaba Cardjin, fundador de la JOC.

Nos sentimos llamados y llamadas a repensar la economía y la política desde el carácter humanizador que tiene el trabajo, y sabiendo que el empleo fijo y para toda la vida probablemente ya no volverá, mientras perdure este sistema capitalista. Hemos de trabajar por garantizar una renta básica para que todas las personas tengan los mínimos para vivir con dignidad, sin renunciar a la defensa de un trabajo digno. Debemos poner nuestra mirada en los que no pueden esperar, no podemos conformarnos con que nuestro modelo de vida se caracterice por la precariedad vital que la crisis ha generado.

Reivindicamos seguir luchando por la defensa y extensión de los derechos sociales y por la necesaria renovación y fortalecimiento del movimiento sindical. Es hora de seguir construyendo pequeñas alternativas en lo económico y en lo relacional, basadas en el incremento del compartir, a veces incluso lo que no sobra, a contracorriente y en contraposición de la cultura falsa e inhumana del “tener más para vivir mejor”. Pequeñas, pero imprescindibles experiencias para imaginar e ir viviendo desde ya un futuro mejor posible frente al “único” pretendido por los que nos han traído hasta la situación actual. Es imprescindible que los cristianos y cristianas trabajemos activamente, junto a nuestros hermanos de trabajo, en la radical “defensa del pueblo deshumanizado, empobrecido y crucificado” en palabras de Ignacio Ellacuría.

Animamos a seguir construyendo esa nueva sociedad, de relaciones humanas, sociales, laborales, que sean  camino de humanización, de fraternidad y vida de comunión.

Anunciamos que las tristezas y las angustias de los trabajadores y trabajadoras, sobre todo de quienes más sufren, son también las  tristezas y angustias de quienes seguimos al Cristo obrero, al carpintero de Nazaret, que proclamó el Reino de Dios y su justicia. Continuamos celebrando la lucha obrera y mientras, tenemos el reto de seguir mostrando el amor al mundo obrero  y la fuerza solidaria  que tiene Jesucristo.

1 de mayo de 2014

[1] Datos de la EPA (1Trim. 2014)

[2] El 92,3% de los contratos registrados durante 2013 fueron de carácter temporal según el informe Foessa “Precariedad y cohesión social”.

[3] Discurso del Papa en su encuentro con el mundo del trabajo en Cagliari, 22-9-2013
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Comunicado de la JOC y la HOAC en el Día de la Mujer Trabajadora

En 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una jornada de reivindicación que nació a favor del derecho al voto, al trabajo, a la no discriminación laboral, familiar y social.

En este 8 de marzo queremos tener presente a todas las mujeres trabajadoras, especialmente a las que día a día luchan contra la incertidumbre económica y vital a la que llamamos crisis, y que viene sirviendo de excusa para precarizar nuestras condiciones de vida y de trabajo, mientras se prioriza dedicar los recursos económicos a la rentabilidad económica de unos pocos creando más pobreza y más desigualdad (INFORME FOESSA 2013 Cáritas, una sociedad fracturada a causa del aumento severo de la desigualdad).

Nosotras, mujeres y hombres de la HOAC y la JOC, vemos como el actual modelo social, político y económico, patriarcal y capitalista, nos sigue sometiendo a las personas, y especialmente a las mujeres:

  •  A nivel mundial, la crisis incrementó la disparidad entre las tasas de desempleo de hombres y mujeres y destruyó 13 millones de empleos para las mujeres en todo el mundo, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
  • Además, las mujeres representamos las dos terceras partes de la población mundial en situación de pobreza, sufriendo una mayor desventaja en el acceso a la tierra, a la educación, al empleo, a la vivienda, a la cuantía de las pensiones y muriendo más por enfermedades curables. Las mujeres sufrimos el hambre en el mundo de manera más sangrante.
  • El 2013, España cerró el año con una tasa de paro femenino del 26,9% (EPA), siendo uno de los países de Europa con más desempleo entre las mujeres. Pero los datos son más espeluznantes entre los grupos de edad más jóvenes: la cifra de paro alcanza el 75,6% en las mujeres entre 16 y 19 años, y es del 50,5% en las mujeres entre 20 y 24 años.

Las mujeres trabajadoras sufrimos doblemente las consecuencias de esta situación, por la propia situación que afecta al conjunto del mundo obrero y del trabajo, y por nuestra condición de mujer. Las mujeres con poca cualificación, pertenecientes a familias de barrios obreros, muchos de exclusión social, con empleos poco remunerados y sin derechos, con importantes responsabilidades familiares, muchas de ellas inmigrantes, son el eslabón más débil y que soporta mayor discriminación y mayor explotación por ser mujeres trabajadoras y trabajadoras pobres. Además nuestra sociedad todavía no ha dado respuesta al rechazo de la maternidad o paternidad al que hoy día asistimos, ni a la contradicción entre el sistema productivo y la estructura familiar.

La liberación de la mujer de toda forma de abuso y de dominio tiene un mensaje de perenne actualidad, el cual brota de la actitud misma de Cristo hacia las mujeres. ¿Y qué dice la Iglesia ante estas situaciones?

  • Ante los recortes que ya han dejado a unas 136.000 personas sin la posibilidad de cotizar a la seguridad social por cuidar un familiar, y de las cuales la gran mayoría son mujeres. El Papa Francisco recuerda que: “entre las mujeres encontramos constantemente los más admirables gestos de heroísmo cotidiano en la defensa y el cuidado de la fragilidad de sus familias”(Evangelii Gaudium, (EG) 212).
  • Ante la menor representación en los órganos de decisión sociales y eclesiales, nos dice que «el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral» y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales(EG, 103).
  • Ante los asesinatos sufridos por razón de nuestro sexo. “Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos”(EG, 212).

Hoy persisten muchas formas de discriminación que ofenden la dignidad y vocación de la mujer en la esfera del trabajo, por lo que hemos de seguir luchando en pro de la igualdad y la justicia, desde nuestra fe, recordando a todas las mujeres, muchas anónimas, que entregaron su vida para que la situación de la mujer y de la sociedad avanzara, liberándonos de muchas de nuestras esclavitudes. “Mujeres, que han sido y son todavía olvidadas en sus anhelos, marginadas frecuentemente e incluso reducidas a esclavitud” (Compendio DSI, 236). Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres nos plantean, a la Iglesia y a la sociedad, profundas preguntas que nos desafían y que no se pueden eludir superficialmente.

La HOAC y la JOC, como cristianos y cristianas, sensibles a las condiciones de vida y de trabajo opuestas al Proyecto de Dios y que atentan contra la dignidad de toda mujer y de toda persona, hacemos una llamada a la reflexión, la acción, el compromiso y a la denuncia profética. Y lo hacemos desde la capacidad que las personas tenemos para organizar la vida social desde la igualdad y desde el respeto a la diversidad de cada hombre y mujer.

Queremos vivir todas estas situaciones con ilusión y esperanza, desde la corresponsabilidad en esta tarea. Así, la JOC y la HOAC queremos seguir dando pasos para cumplir nuestra misión de acercar más Iglesia y Mundo Obrero. Jesús siempre estuvo atento a las personas, en especial a quienes menos contaban, desde el amor y la cercanía, buscando devolver a cada persona su dignidad negada.

MESA REDONDA Y HORARIO DEL 47 CONSEJO GENERAL DE LA JOC

Mesa redonda 47ºConsejoJOC

VIERNES 6 DE DICIEMBRE.

LUGAR:

Salón de Actos  de la Universidad ETEA (Córdoba)
Calle del Escritor Castilla Aguayo, 4

A las 16:30 h.: ACTO DE APERTURA
A las 18:30 h.: MESA REDONDA

Modera:
José Luis Palacios (Periodista de Noticias Obreras – HOAC).

Intervienen:
Ernesto Morales (Presidente de la Juventud Obrera Cristiana).
JOC, ser esperanza en el momento que vivimos.

Ricardo Ibarra (Presidente del Consejo de la Juventud de España).
Importancia de la participación y el asociacionismo juvenil.

Silvia Melero (Periodista de Revista “21”).
Medios de comunicación como medio de transformación social.

José Chamizo (Defensor del Pueblo Andaluz 1996 – mayo 2013).
Esperanza desde y entre los últimos.”

Comunicado de movimientos de Acción Católica especializada ante la convocatoria de huelga general educativa del 24 de octubre.

La jornada de movilización del jueves será la segunda huelga general de la comunidad educativa en menos de un año. Estudiantes, profesores, padres y madres y organizaciones sociales y sindicales han acordado convocar una jornada de protesta en todas las etapas del sistema educativo, desde infantil a la Universidad, en contra de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, aprobada recientemente.

Ante este hecho, como militantes cristianos, los jóvenes, hombres y mujeres que formamos parte de movimientos de la Acción Católica especializada, estamos convencidos de la importancia de la educación para el desarrollo integral de las personas, así como para la construcción de una sociedad integradora y compensadora de las desigualdades sociales, económicas y culturales, acorde con los principios universales del Evangelio. Como creyentes y seguidores de Jesús de Nazaret no podemos hacer oídos sordos al clamor de los débiles. (Éx. 3,7-10).

Creemos que una educación pública que permita el acceso de todas y todos, y especialmente de los más necesitados, a todos y cada uno de sus niveles y recursos, es la única garantía que la sociedad ofrece de que todos sus habitantes van a poder desarrollarse y disfrutar de las mismas oportunidades, independientemente de sus capacidades y de sus propios recursos sociales, económicos y culturales.
pegatina1 15SLa nueva ley, ya desde su introducción, define la educación como “el motor que promueve la economía”. Antepone, de esta manera, los intereses de los mercados al desarrollo personal y social del alumnado, que es lo que una ley de educación debe promover. Realmente, ¿queremos que la educación sea esto?
Porque las cosas se pueden plantear de forma bien distinta. La Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis plantea así el sentido de la escuela: «La escuela no puede renunciar a su condición de ser un lugar señalado para la formación integral de la persona»; Juan Pablo II afirmaba que: «La educación consiste en ser la persona cada vez más persona; en que pueda ser más y no solamente que pueda tener más”.
Según la perspectiva que se tome, los acentos y la orientación de la educación que resultan son muy distintos: economicismo o humanismo.
En el contexto social en el que nos encontramos, con una población en situación de exclusión social que crece cada día, necesitamos más que nunca una ley educativa que promueva la justicia social y que asegure en las aulas la igualdad que en las calles está cada vez más lejana.
Como movimientos de Acción Católica especializada apostamos por una educación:
En valores: que nos hagan ser críticos con la manera de vivir imperante. Que nos hagan pensar por nosotros mismos y buscar nuestro lugar en la sociedad que nos merecemos. No en el ser más que los demás, el querer trepar a toda costa, el querer destacar sin importar por qué…
En nuevas formas de vivir: más solidarias, respetuosas con nuestros semejantes, con la naturaleza, con las generaciones que aún no han nacido… No en modelos que fomentan las desigualdades, el egoísmo y el pensar que las cosas son así y yo no puedo cambiarlas.
En el desarrollo de la persona: que fomente la vocación, el desarrollo de ideas, la originalidad… no sólo que nos prepare para ser un eslabón más de la cadena de producción.
En la autonomía: que nos haga protagonistas de nuestras vidas, que nos dé herramientas para la toma de decisiones, que nos ayude a encontrar nuestra vocación, nuestro lugar en el mundo. Modelos educativos que posibiliten una participación real y activa en la vida social y pública.
Tampoco nos podemos olvidar del contexto económico y social en el que se produce esta nueva reforma educativa. Llevamos años de aplicación de políticas de recortes de derechos y prestaciones sociales que afectan fundamentalmente a las capas más desfavorecidas de nuestra sociedad, y a las que antes no lo eran y ahora lo van siendo por causa de la situación y del efecto de esas mismas medidas.
Hay un retroceso claro en los derechos laborales y sociales de personas y familias, mientras que los causantes de la crisis no están pagando la enorme deuda que tienen con la sociedad y continúan enriqueciéndose mientras los pobres lo son cada vez más. Estos procesos están llevando a una sociedad cada vez más desigual y el sistema educativo no está quedando, ni mucho menos, al margen de eso.
La educación pública es una conquista histórica de las trabajadores y trabajadoras y pensamos que los recortes en profesorado, becas, libros, comedores, los incrementos de ratios, la disminución de recursos para la atención a la diversidad, para la integración de los inmigrantes, para la Formación Profesional, los aumentos de tasas universitarias y tantas cosas más, van encaminadas a un mismo objetivo: acabar con la igualdad de oportunidades, sobre todo para quienes más la necesitan.
Tristemente se siguen tomando medidas sin la participación de todos los agentes implicados en el proceso educativo. Por todo lo expuesto, queremos manifestar nuestro desacuerdo con el proceso de elaboración y aprobación de la LOMCE y expresar que creemos justa esta convocatoria de huelga.
Sólo desde el diálogo social que necesita tiempo, condiciones y voluntad se podrán responder a estas cuestiones y se podrán poner en marcha medidas legislativas que pongan en el centro y como objetivo a la persona humana, su desarrollo y promoción integral, su crecimiento en humanidad, sin anteponer otro tipo de intereses.
Hacemos un llamamiento a la reflexión de la ciudadanía en general y de nuestras comunidades cristianas en particular, en torno a la educación y lo que ésta debería ser.

JOC: Nuevo Secretariado General

Reproducimos el siguiente mensaje de la JOC  (Juventud Obrera Católica), además de agradecer el servicio prestado por los anteriores componentes y dar nuestra más sincera bienvenida a los nuevos, encomendado especialmente su labor.

Tenemos el placer de presentaros al nuevo Secretariado General de la JOC. Este curso renovamos al responsable de Organización y a la responsable de iniciación y extensión. Despedimos a Laura e Igor (foto de la derecha), y damos la bienvenida a Bernar y a María (foto de la izquierda) que nos acompañarán los 3 próximos cursos, y les damos las gracias por su disponibilidad y servicio para trabajar por la JOC y la construcción del Reino de Dios, especialmente en tiempos difíciles, de precariedad, de recorte de derechos… donde el Evangelio y su mensaje de justicia han de ser luz para los jóvenes del mundo obrero. ¡Un abrazo!

HOAC y JOC: Rechazo a la LOMCE

“Profesores Cristianos por la Enseñanza Pública” han promovido un manifiesto contra la LOMCE entre cuyos firmantes aparecen dos movimientos del Foro de Laicos: Hermandad Obrera de Acción Católica y  Juventud Obrera Cristiana. Denuncian, entre otras criticas al proyecto de ley del ministro Wert, que se mantenga la asignatura de Religión Confesional como materia optativa con carácter evaluable para la obtención de títulos y becas, y proponen como alternativa la incorporación de una asignatura sobre el Hecho Religioso, con un currículo no confesional de rigor académico, plural, respetuoso y no vinculado a ninguna confesionalidad ni autoridad religiosa, sino académica.

El documento, que según los firmantes se “integra en la amplia corriente social que se ha levantado en todo el país para oponerse a la Ley Wert”, será presentado hoy  jueves día 4, a las 18.00 hrs, en el centro parroquial San Carlos Borromeo de Entrevías.

Reproducimos el manifiesto:

Iglesia que dice NO a la LOMCE

Como colectivos cristianos estamos convencidos de la importancia de la educación para el desarrollo integral de las personas, así como para la construcción de una sociedad integradora y compensadora de las desigualdades sociales, económicas y culturales, acorde con los principios universales del Evangelio.

Creemos, al igual que gran parte de la sociedad española, que una educación pública de calidad que permita el acceso de los más necesitados a todos y cada uno de sus niveles y recursos, es la única garantía que una sociedad tiene de que todos sus habitantes van a poder desarrollarse y disfrutar de las mismas oportunidades, independientemente de sus capacidades y de sus recursos sociales, económicos y culturales.

Con estas premisas queremos manifestar nuestro desacuerdo con la LOMCE desde los referentes que para nosotros marcan nuestra preocupación fundamental, las personas implicadas en el hecho educativo, a saber:

El alumnado:

• Que es ignorado por la ley en la etapa más temprana de escolarización y la que supone el pilar fundamental sobre el que se construye su éxito educativo posterior, la etapa infantil.
• Que se vería sometido a un sistema de reválidas que abre las posibilidades a la segregación y exclusión de aquellos con más necesidades y dificulta la promoción y titulación del alumnado en general.
• Al que se le exige una toma de decisiones prematura acerca de su futuro académico y profesional, sin haber alcanzado una necesaria madurez personal y en pleno desarrollo adolescente.

El profesorado:

• Del que se pone en duda su capacidad para valorar el progreso educativo al establecerse la necesidad de superar las revalidas para la obtención de títulos académicos, evaluaciones éstas que serían realizadas por agentes externos a la comunidad educativa.

• Cuya formación inicial para el ejercicio de su profesión , así como el permanente y continuo reciclaje, no es objeto de atención en una ley de supuesta calidad del sistema educativo, cuando está comprobado que esta formación es una de las piezas claves, necesarias para esa mejora.

• Que como claustro ve disminuida su capacidad de toma de decisiones en lo que compete a la organización del centro, ya que su representación en el consejo escolar se reduce a un mero elemento consultivo.

• De los que como miembros de equipos directivos no se fomenta su capacidad para tomar decisiones desde un liderazgo compartido, sino que se le atribuirían a la figura del director todas las competencias de un gestor empresarial con poder absoluto para la toma de
decisiones.

Las familias

• Que verían cómo se pone en peligro su posibilidad para acceder a un sistema educativo público, gratuito y de calidad como eje vertebrador de la educación del país, ya que se abren las puertas a la paulatina privatización del sector, delegando responsabilidades de escolarización total en determinadas etapas, tal y como venimos experimentando en algunas comunidades autónomas.

• Que serían tratadas como clientela a la que prestar un servicio sometido a las leyes del mercado y no como ciudadanía a la que se le debe asegurar un derecho fundamental y que sufrirían las consecuencias de una cada vez mayor desigualdad social, entre familias con posibilidades económicas y aquellas más desfavorecidas, en esta ocasión en relación con la educación de sus hijos e hijas.

• Cuya participación en la toma de decisiones de la vida del centro como parte implicada de una comunidad educativa, queda relegada a una mera representación consultiva en los consejos escolares.

Pensamos que hay numerosos aspectos del currículo y la estructura del sistema que se proponen en esta ley, que favorecen las situaciones antes mencionadas y que además ponen de manifiesto el carácter fuertemente ideológico de la ley como son:

1. Retirada del currículo de ciertas asignaturas como Educación para la ciudadanía o Ciencias del mundo contemporáneo, necesarias para el fortalecimiento de valores de participación ciudadana con espíritu crítico en sociedades democráticas y desarrolladas

2. Mantenimiento de la asignatura de Religión Confesional como materia optativa con carácter evaluable para la obtención de títulos y becas. Proponemos la incorporación de una asignatura sobre el Hecho Religioso con un currículo no confesional de rigor académico, plural, respetuoso y no vinculado a ninguna confesionalidad ni autoridad religiosa, sino académica.

3. Facilidad para la posibilidad de conciertos educativos con instituciones privadas, sin manifestación expresa alguna de una apuesta por el fortalecimiento de la escuela de titularidad pública, por lo que nos tememos el incremento de la primera, incluyendo aquí los centros que tienen como criterio la segregación por sexos, en detrimento de la segunda.

Es por todo esto que como ciudadanos requerimos la retirada de la LOMCE del trámite parlamentario que se desarrolla para su posible implantación. Y como cristianos, miembros de la Iglesia, pedimos a nuestros máximos servidores y representantes que en sus manifestaciones públicas sobre la cuestión educativa tengan en cuenta el interés por el bien común de la sociedad y la diversidad de opiniones y opciones que en relación con el tema educativo conviven en el seno de la Asamblea Universal de cristianos y cristianas.

Comunicado de la HOAC y JOC ante el 1º de Mayo: Construir un futuro nuevo

El 1º de mayo ha sido históricamente un símbolo de la lucha del movimiento obrero por afirmar la dignidad de la persona en el trabajo. Las reivindicaciones del 1º de mayo se plantean en España, en un escenario con datos tan sangrantes como una cifra que supera los 6 millones de personas desempleadas, y una tasa de paro que entre los jóvenes se sitúa en torno al 55%. Más de 1,8 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro, la edad de jubilación se ha prolongado más allá de los 65 años, se está produciendo una media de 115 desahucios al día, personas jubiladas estafadas por las preferentes…

Este 1º de mayo está muy marcado por la última Reforma laboral aprobada en febrero de 2012. La mercantilización del trabajo y las políticas que se vienen practicando, están quebrando el Estado de Bienestar, devaluando el Sector Público y recortando en servicios y prestaciones Están profundizando la desigualdad estructural que sufre el mundo obrero y del trabajo, continúan debilitando las relaciones laborales sin garantizar la seguridad de una vida digna para las personas, y están aumentando la vulnerabilidad que sufren las mujeres y los hombres del trabajo, especialmente sus sectores más débiles.

Estas duras realidades están ocasionando terribles costes humanos: Miles de familias que viven con ansiedad e incertidumbre, afectadas en sus relaciones por situaciones de tensión, angustia, estrés, depresión.

Una juventud que se siente sin futuro, y que está emigrando fuera del país afectada por el desempleo de larga duración y por la incapacidad de lograr independencia económica debido a la inestabilidad laboral y los bajos salarios. Familias a las que les son arrebatadas sus viviendas porque ya no pueden pagar las hipotecas. Trabajadores de otros lugares que deben volver a sus países de origen por falta de salidas laborales y perspectiva de futuro…

Así lo constatamos desde las situaciones vitales de precariedad de nuestros militantes y las personas con las que entramos en contacto a través de nuestro trabajo y compromisos.

Cada día es más evidente que todo esto que nos está sucediendo es algo mucho más profundo que una crisis económica. Es todo el entramado institucional el que ha perdido toda credibilidad. Todo ha quedado como barrido por un tsunami de inmoralidad, por una profunda quiebra moral y ética, a la que no se ha prestado mucha atención hasta que mayorita-riamente nos ha tocado el bolsillo, lo que es significativo para evaluar el problema que tenemos.

Nos enfrentamos a una crisis de humanidad, que afecta a la persona y a las relaciones sociales e institucionales, y que se materializa en las respuestas mercantilistas y no humanas que estamos dando a los grandes problemas que tenemos.

La sola recuperación de la economía no será suficiente para hacer efectivo el derecho al trabajo; más bien, lo que se está produciendo es una recuperación económica contra el trabajo, un empobrecimiento de la sociedad, el desarrollo de procesos de bajo costo en las relaciones de producción y consumo. El trabajo como derecho, en los términos y formas en que lo hemos conocido, no volverá, aun en el caso de que se produzca una recuperación económica.

Ya Juan Pablo II nos advertía en “Laborem Exercens” de la necesidad de la defensa de la dignidad del trabajo y su centralidad. Hoy este mensaje tiene una vigencia plena: “El trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social”. “Los pobres (…) aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo –es decir por la plaga del desempleo–, bien porque se desprecia el trabajo y los derechos que fluyen del mismo».

Se ha construido la economía de espaldas al trabajo y a las necesidades de las personas. Con los actuales niveles de desempleo, las personas nos vemos presionadas a trabajar bajo condiciones precarias, inseguras y con salarios indecentes. Y de la precariedad a la exclusión hay un margen muy pequeño.

Como movimientos cristianos en el mundo obrero y del trabajo, consideramos que a pesar de la situación caótica en la que nos encontramos, también se desarrolla el Plan de Dios. El Reino de Dios ya está en nosotros y entre nosotros: tenemos que vivir el Reino. O dicho de otro modo: para salir de la crisis en que nos encontramos, el camino consiste en vivir como ciudadanos del Reino de Dios.
Esto conlleva establecer relaciones de Comunión guiadas por la vivencia del Mandamiento Nuevo: un amor al prójimo que se fundamenta en el Amor de Dios (podemos amar porque Él nos amó primero). Vivir la comunión es la expresión del Reino de Dios en nuestras actividades cotidianas: Empresas, familias, Bancos, políticos y políticas, sindicatos, iniciativas de todo tipo…, que busquen comunión y que la construyan.

La comunión nos exige una transformación radical de nuestros modos de sentir, pensar y actuar. Esto es lo que necesi-tamos personalmente, como movimientos, en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad.

Y para construir una sociedad humana es ineludible luchar por el derecho al trabajo y un trabajo decente, tal y como lo ha definido Benedicto XVI en Caritas in veritate.

La crisis nos llama no a salir de ella para volver a lo que teníamos, sino a construir un futuro nuevo, un mundo más justo y fraterno, un mundo que nos permita vivir como ciudadanos y ciudadanas del Reino de Dios.

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HOAC y JOC: Dia de la mujer trabajadora 2013

Celebramos nuevamente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En esta fecha recordamos a tantas mujeres anónimas que han construido nuestra historia, muchas veces con sangre y sacrificio. Mujeres que han entregado su vida para que la situación de la mujer y de la sociedad avanzara en pro de la justicia, la igualdad, la paz y el desarrollo. Su lucha no fue en vano y hoy podemos ver sus frutos y sentimos «admiración hacia esas mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condición femenina mediante la conquista de fundamentales derechos sociales, económicos y políticos, y han tomado esta valiente iniciativa en tiempos en que este compromiso suyo era considerado un acto de transgresión, un signo de falta de femineidad, una manifestación de exhibicionismo, y tal vez un pecado» (Carta a las mujeres, 2 Juan Pablo II 1995).
A pesar de ello observamos cómo el patriarcado y el capitalismo siguen sometiendo a la mujer de diferentes formas: convirtiendo su vida en mercancía, dando menos oportunidades por razón de su sexo, con trabajos precarios y mal pagados, asignándole un papel de cuidadora y de sumisión por «naturaleza». Además en nuestra sociedad mercantilizada, el trabajo oculto del hogar y de los cuidados realizado tradicionalmente por las mujeres, necesario para sostener la propia vida y realizado desde la gratuidad, no es valorado ni considerado trabajo. Solo se reconoce cuando se le pone precio, cuando se convierte en empleo y es sometido a la lógica del mercado. Por ello, es necesario apreciar el trabajo del hogar y de los cuidados realizado por hombres y por mujeres.
A pesar de lo mucho que se ha avanzado en materia de igualdad entre hombres y mujeres en el plano normativo, constatamos que las mujeres siguen sin estar adecuadamente representadas en muchos ámbitos sociales, laborales, políticos y eclesiales. Por lo que son aún necesarios avances en la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y la representación democrática, en la eliminación de estereotipos o en la erradicación de esa lacra que es la violencia de género.

Al recordar esta fecha nos duele ver cómo se van degradando los derechos sociales. Estamos en un momento muy delicado para el presente y el futuro de esos derechos, porque en el actual modelo económico los recursos necesarios para atenderlos se dedican al nuevo ídolo de la rentabilidad económica y al pago de la deuda.
Sin el reconocimiento justo de estos derechos se trastorna la justicia social y la democracia se rompe. Pero es más, ese reconocimiento es camino de humanización y libertad, de realización personal y desarrollo de la propia identidad. En el caso de las mujeres, por ejemplo, a ser madres. La realidad de muchas mujeres del mundo obrero es que no tienen capacidad de vivir esa dimensión de su vida desde la libertad porque la manera de concebir el trabajo y la economía se la roba.
Las políticas emprendidas en los últimos años (recortes sociales, reformas laborales, supresión de las ayudas a la dependencia…) han generado una precarización y flexibilización del trabajo, especialmente en las mujeres, que nos hace retroceder hasta épocas que pensábamos superadas, sobre todo en la economía sumergida. El paro no cesa de aumentar; España finalizó el año 2012 con la tasa de desempleo femenina más elevada de Europa, el 26,55% (EPA). Así mismo la tasa de desempleo juvenil, es alarmante, supera el 50% y más de la mitad se da entre las mujeres. Ante esta situación, entendemos que la educación es una de las principales claves para la erradicación a largo plazo de las desigualdades todavía existentes entre mujeres y hombres.
Por otra parte, no avanzaremos en justicia global si no hay personas que nos planteemos la vida teniendo presente, cada día, el empobrecimiento y la falta de protección social que sufren miles de millones de hermanos y hermanas nuestras, sobre todo las mujeres, que representan más del 70% de la población mundial en situación de pobreza. Y es precisamente en los países del Sur donde más sufren las mujeres esta falta de justicia social global.
El hambre y sed de justicia de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret se traduce en hambre de una vida liberada e íntegra, libre de cualquier forma de dominación, liberada para amar, gozar y crear más vida. Solo el reconocimiento de la igual dignidad del hombre y la mujer nos permitirá construir un mundo más justo y el pleno desarrollo de todos y todas. Como militantes de la HOAC y de la JOC, como miembros de la Iglesia, queremos seguir abriendo cauces a la corresponsabilidad de las mujeres en la sociedad y en la Iglesia y mostrando el rostro materno de Dios.
Madrid, 8 Marzo de 2013
HOAC y JOC

JOC: Educación En qué? Pa´qué? Pa´quién?

Hoy queremos presentarles la campaña sobre la educación que está llevando a cabo la JOC, Juventud Obrera Cristiana. Consideran que esta campaña sobre la educación es necesaria para que:

  • Los/as jóvenes tomen conciencia de lo que debería ser la educación y se impliquen en sus ambientes para intentar transformarla y ponerla al servicio de la persona, no de la economía.
  • Los/as jóvenes se conciencien de la necesidad de una educación pública de calidad y para tod@s como parte fundamental de una sociedad justa e igualitaria.
  • Los/as jóvenes se cuestionen el sistema educativo del que forman parte y vean si de verdad les está ayudando a crecer y a formarse como personas.
  • Los/as jóvenes que no están estudiando valoren la necesidad de la auto-formación, de no conformarse con lo que ya saben, de seguir conociendo y aprendiendo para no quedarse atrás.

La campaña tiene su propia página web (https://joc.es/educacion/) donde pueden encontrar sus objetivos, la fundamentación del proyecto, materiales… Queremos destacar especialmente su banda sonora, una canción con su correspondiente videoclip que pueden ver aquí:

[youtube=https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=T_sKyN6rqk0]