El pasado fin de semana varios miles de cursillistas de toda España ( y un buen grupo de Portugal y otros paises) se han congregado en Santiago de Compostela para conmemorar el sesenta aniversario de la Peregrinación que en 1948 organizaron los jóvenes de Acción Católica y a la que respondieron 70.000 jóvenes bajo el lema “A Santiago santos”. Dicha peregrinación estuvo en el origen del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, el cual se fue gestando en la preparación de la misma y desarrollándose a impulsos apostólicos de aquél gran evento. Sesenta años después hemos podido constatar que el Movimiento de Cursillos está lleno de vitalidad en muchas de las diócesis españolas. Cursillistas procedentes de 43 Diócesis nos hemos dado cita ante la tumba del apóstol Santiago con el propósito de renovar nuestro amor a Dios y a los hermanos, sabiendo que solo desde estas coordenadas de conversión podremos ofrecer este instrumento de evangelización que en la época actual se hace más necesario que nunca. Con la ayuda del apóstol le hemos vuelto a decir al Señor “cuenta con nosotros” para anunciar tu Reino en todos los rincones de nuestro país.
Un grupo de estos cursillistas hicieron la peregrinación a pie, durante diez días, desde Oviedo. En el Monte del Gozo nos unimos el resto para terminar juntos en la Catedral donde compartimos la misa del peregrino, presidida por D.Angel Rubio Castro, Obispo de la Diócesis de Segovia y Consiliario Nacional de Cursillos. Durante la tarde del Sábado 11 y la mañana del Domingo 12 de Octubre se celebró la 7ª Ultreya Nacional de Cursillos de España . En la tarde del sábado, tras la Oración inicial, a cargo de D. Manuel Hinojosa Petit, Viceconsiliario Nacional, y la charla inicial a cargo de Dª Lourdes Fernandez de Bulnes, Presidenta del Consejo de Laicos de Madrid, tuvo lugar una vigilia de oración, muy profunda, dirigida por el Viceconsiliario Nacional D. José Valiente, tras los pasos del apóstol Pablo, patrón de Cursillos, cuyo Año Paulino celebramos. El Domingo se celebró propiamente la Ultreya, en la cual hubo momentos de oración, de meditación , de compartir vida y fe. La charla central fue desarrollada por la Presidenta Nacional Mª Dolores Negrillo que nos hizo volver a descubrir la gran dicha y la gran responsabilidad que supone para nosotros haber sido llamados a colaborar con Jesús, desde nuestra pequeñez, pero en un momento histórico que ha cambiado, nos guste o no, y donde Cursillos tiene una misión más candente que nunca, hasta el punto que si Cursillos no existiera “habría que inventarlo”, pues el hombre y la mujer de hoy necesitan con urgencia escuchar y sentir de alguna manera el inmenso amor de Dios. Tras ella, hermanos de distintas diócesis, nos ofrecieron diversos testimonios que dejaron irradiar la acción el Espíritu en distintos campos de evangelización: la familia, la prisión de Herrera de la Mancha, el proyecto Guinea ( de acompañamiento y asistencia a Cursillos de ese país), la juventud, los distintos ambientes… Particularmente emotivo fue el testimonio de un cursillista, Fernando Jiménez, que asistió a la peregrinación de 1948 y tres años después sintió la llamada al sacerdocio. Tras muchos años de misión volvió a España y actualmente trabaja en la acción misionera de Cursillos de Cristiandad, como Consiliario del Movimiento en la diócesis de Málaga. Además de él había tres cursillistas más de aquella gran peregrinación de 1948.
Al final de la Eucaristía, presidida por D. Carlos Osoro, D. Ángel Rubio leyó un mensaje especial del Papa Benedicto XVI para esta Ultreya, remitido a través del Nuncio de su Santidad en España D. Manuel Monteiro quien por un motivo de última hora no pudo asistir: “…para llevar a cabo esta tarea el Santo Padre les exhorta a considerar que, a la base de un apostolado eficaz , se halla la conversión constante del corazón en la escucha atenta del Maestro, el cual a todos invita a beber el Cáliz. Solo en la participación de la Cruz que implica el seguimiento fiel de Jesucristo puede experimentarse el Amor que transforma los corazones y da sentido y verdadera vida al mundo. De esta forma, haciendo experiencia festiva del amor de Dios este querido Movimiento podrá seguir ofreciendo a la Iglesia renovados frutos de santidad y fecundo apostolado…”
Asistieron a la Ultreya , además del Obispo Consiliario de Cursillos y del Arzobispo de Oviedo , D. Carlos Osoro , el de Valladolid, D. Braulio Rodríguez, así como los Obispos de las diócesis de Tarrasa, D. José Ángel Saiz Meneses (que ofreció una de las meditaciones centrada en la espiritualidad del peregrino), de Tuy-Vigo, D. José Dieguez , de Orense, D. Luis Quinteiro, y de Cartagena, D. Juan Antonio Reig. Otros muchos Obispos, que por diversas circunstancias no pudieron asistir, mandaron cartas de adhesión. Particularmente emotiva fue la que envió D. Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago y Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, y la carta enviada por Mon. Rylco, Presidente del Pontificio Consejo de Laicos. También estuvo presente el Presidente del Foro de Laicos, Juan José Rodríguez, perteneciente al Movimiento de Cursillos desde su juventud, el Superior General de los Clérigos Regulares, D. Valentín Arteaga y numerosos consiliarios y sacerdotes colaboradores de todas las diócesis, así como todos los responsables interdiocesanos y diocesanos del Movimiento.
Sin duda, este importante acontecimiento en la vida de Cursillos de Cristiandad ( la primera Ultreya nacional del siglo XXI) va a suponer un antes y un después, una renovación profunda de los cursillistas de toda España que durante muchos meses estuvimos “viviendo” esta peregrinación con el único deseo de poder ofrecer de una manera más auténtica y coherente el mensaje vivo del Evangelio, aquél que ha cambiado nuestra vida y nos ha hecho descubrir los colores de la vida al lado de Cristo. Al despedirse miles de cursillistas dejaban Santiago cantando la canción DE COLORES que identifica al movimiento en todo el mundo.