La esperanza cristiana es un regalo de Dios que llena de alegría nuestra vida.
Y hoy, la necesitamos tanto. ¡El mundo la necesita tanto!
Cuando no sabes si mañana vas a poder dar de comer a tus hijos, o si lo que estás estudiando te permitirá tener un trabajo digno, es fácil caer en el desánimo.
¿Dónde buscar la esperanza?
La esperanza es un ancla. Un ancla que vos la tirás con la cuerda y arraiga en la playa.
Y nosotros tenemos que estar aferrados a la cuerda de la esperanza. Bien agarraditos.
Ayudémonos unos a otros a descubrir este encuentro con Cristo que nos da la vida y pongámonos en camino como peregrinos de la esperanza para celebrar la vida y dentro de la vida entra también el próximo jubileo como una etapa.
Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan.
No se olviden: la esperanza no defrauda nunca.
Oremos para que el próximo Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana”.
Papa Francisco
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