Periódicamente los medios de comunicación nos ofrecen imágenes impactantes de migrantes y desplazados, así como de pateras llenas a rebosar intentando arribar a las costas del sur de Europa, pero parece que nos hemos insensibilizado de tanto ver imágenes parecidas, así como de saber de muertos y desaparecidos en un Mediterráneo que se ha convertido en su tumba. De tanto leer estadísticas, se nos ha olvidado que detrás de números asépticos hay rostros concretos y sueños abruptamente frustrados.
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