CONSTRUYENDO IGUALDAD
¡Una lucha de todas las personas!
Es urgente que apostemos por otra economía que tenga como centro a la persona, el bien común y el cuidado de la naturaleza, que abandone este modelo depredador que genera desigualdad, pobreza y muerte…, y que establezca una relación de equilibrio tanto con el planeta como con las personas, especialmente las más empobrecidas, y entre ellas una mayoría de mujeres violentadas y cosificadas a causa de la explotación indiscriminada de recursos naturales, conflictos bélicos y los intereses del capital.
Exigimos un incremento de las políticas públicas destinadas a combatir los estereotipos de género, que animan a las mujeres a elegir los estudios que más se asocian a las tareas reproductivas y de cuidados, dejando para los hombres las carreras relacionadas con lo productivo, representación y la toma de decisiones.
Necesitamos desfeminizar los cuidados, porque el cuidado es responsabilidad de la humanidad, por lo que no es exclusividad de las mujeres. Para ello necesitamos un planteamiento nuevo de políticas sociales, de género y educativas, comenzar a desaprender cánones establecidos por este sistema capitalista y patriarcal y dar pie a formas nuevas de relacionarnos, asumir responsabilidades que son de todas las personas, así como nuevos roles necesarios que tiene que asumir la sociedad para posibilitar una igualdad real.
Necesitamos otra forma de organizar el empleo donde se ponga en el centro de toda actividad el valor de la persona y su dignidad posibilitándole desarrollarse en su integridad e igualdad de oportunidades.
Además, hacemos una llamada para avanzar hacia la igualdad real en el seno de nuestra Iglesia, donde se reconozca el papel y el protagonismo de las mujeres dentro de la comunidad eclesial y en la tarea de anunciar el Evangelio. Una Iglesia que en sus estructuras aplique los principios y valores del Evangelio y sea capaz de reconocer la dignidad y el valor de las mujeres en plano de igualdad con los hombres como lo hizo Jesús de Nazaret.
Jesús eligió a las mujeres para ser las primeras en anunciar que había resucitado, mujeres valientes, que confiaron, permanecieron fieles hasta el final y que no tuvieron miedo a salir corriendo y anunciar que Jesús estaba vivo.
manifiesto 8 marzo 2019
Notaprensa_HOACJOC_8M2019