ACG: Coordinadoras sectoriales, Galapagar 4 y 5 de noviembre de 2017

‘El camino del discípulo misionero’

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90 niños, jóvenes y adultos representantes de las diócesis españolas nos hemos juntado en Galapagar los días 4 y 5 de noviembre. Oramos al Padre para que desde nuestro trabajo y nuestra presencia evangelizadora podamos construir cada día la civilización del Amor.
El Papa Francisco nos dijo en el II Congreso del FIAC (abril 2017) que la tarea de la Acción Católica es formar discípulos misioneros. Nos hemos puesto a ello  reflexionado sobre ‘El camino del discípulo misionero’ con textos de Evangelii Gaudium, para ayudar a suscitar una conversión personal y pastoral. Realizamos entre todos un decálogo del discípulo misionero:
1.      Tener a Jesús como el centro de la vida, enamorado de Él, y desde la experiencia de este amor vivir con responsabilidad el compromiso de vida que me propone y que he elegido vivir.
2.     Mirar sin prejuicios, con respeto y tolerancia, amando a todos como respuesta al amor de Dios; escuchando y abiertos a que ellos también nos evangelicen.
3.     Vivir desde la Alegría del Evangelio, siendo portadores de gozo y esperanza.
4.     Buscar permanentemente la fuerza en el Señor: en la Eucaristía, la oración y la meditación de la Palabra.
5.     Abiertos a la llamada que Dios pueda hacernos y a la acción del Espíritu Santo en nosotros.
6.     Vivir la fe en Equipos de vida, desde donde ser acompañados y aprender a acompañar a otros.
7.     Evangelizar desde el testimonio personal, cultivando una mirada cercana y acogedores con todos los que nos encontramos.
8.     Vivir con confianza y fidelidad en el mensaje que el Señor nos pide transmitir, siendo capaces del anuncio explícito, sin miedo, del Evangelio.
9.     Disponibilidad hacia las personas de mi entorno y disponibilidad social, sin discriminar ni excluir, con una mirada limpia de prejuicios.
10.             Personas, libres, con actitud transformadora, y coherentes con el Evangelio, entendiendo la vocación como una llamada a vivir en clave de salida, llegando a todos y contando con todos.
Además, concretamos medios de los objetivos para el cuatrienio 2017-2021 definidos en la III Asamblea General que celebramos el pasado verano.
Con Manos Unidas compartimos que solo con el amor a los hermanos podemos transformar el mundo. Manos Unidas puede aportar a las parroquias: conocimiento de la realidad de la pobreza, experiencia de trabajo en equipo, dimensión eclesial y compromiso creyente con los empobrecidos. Nos pide a la Acción Católica General generar procesos de trabajo en común, en las diócesis, en las parroquias con paciencia y acción.
Dando gracias al Padre y en manos de la Virgen finalizamos este interesante fin de semana.

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