Justicia y Paz de Europa: Acción Concertada 2017
El proyecto por una Europa pacífica y unida se encuentra en una encrucijada. Lo hemos visto claramente, entre otros acontecimientos, en el referéndum del Brexit convocado por el Reino Unido en junio de 2016, que ha abierto un periodo de duda e incertidumbre. Lo podemos interpretar como un signo alarmante de descontento y malestar que exige respuestas convincentes. Si se quiere reactivar el proyecto europeo, se necesita tener una visión nítida de sus fortalezas y combinarlas con un discurso público a escala europea que aborde tanto su identidad y futuro como los valores que representa. Sobre la base de esta premisa la Conferencia de Comisiones de Justicia y Paz de Europa (Justicia y Paz de Europa) hace las siguientes diez propuestas políticas:
1. Para mantener el derecho universal de asilo, el sistema común de asilo europeo necesita ser reformado urgentemente. Para Justicia y Paz se deben respetar los siguientes principios: un derecho sin restricciones para solicitar asilo; el derecho soberano y la obligación de los Estados, que se inscribieron en el acuerdo Schengen, de supervisar colectivamente su frontera externa común; solidaridad en el reparto de costes administrativos; y un esfuerzo humano en la acogida a personas que solicitan asilo. Además, la UE y sus Estados miembros necesitan acordar una nueva política para la migración legal.
2. La liberalización del mercado dentro del mercado común no es en sí mismo un objetivo. Por eso, apoyamos totalmente la propuesta de la Comisión Europea para desarrollar un pilar europeo de derechos sociales, que debería servir de referencia para toda la ciudadanía.
3. La Comisión Europea negocia actualmente varios acuerdos de libre comercio. Comprendemos la razón de establecer reglas comerciales bilaterales cuando no se pueden asegurar acuerdos vinculantes dentro del marco multilateral de la Organización Mundial de Comercio. Sin embargo, sorprende que una parte significativa de la ciudadanía europea tema que la disminución del comercio amenace sus puestos de trabajo y favorezca injustamente a empresas que producen sus bienes en países donde los derechos de los trabajadores, la seguridad y las normas medioambientales son muy laxos o inexistentes. Por lo tanto sugerimos que la Comisión Europea insista hasta obtener una garantía completa de sus socios de negociación sobre el respeto de derechos, normas y transparencia en los trámites legales para recuperar la confianza en un régimen comercial basado en reglas.
4. En un futuro próximo la economía de mercado europea se transformará por la llamada revolución digital. Además, la perspectiva de la digitalización y la robotización industrial generan muchos interrogantes con respecto al futuro del trabajo. Justicia y Paz por lo tanto propone que la Comisión Europea y los agentes sociales europeos – sindicatos y empresas – organicen una Conferencia Laboral Europea para examinar las ideas relacionadas con subsidios y seguros laborales y con la creación de empleo.
5. En principio, existe un acuerdo sobre la supervisión europea de las políticas económicas y fiscales y sobre la necesidad de alguna forma de Tesoro y Presupuesto de la zona euro. Dado que es difícil lograr los cambios requeridos en el Tratado de la Unión Europea, una manera de actuar podría ser la negociación de un acuerdo intergubernamental entre los países de la Eurozona en el esquema de un Euro 2.0 que incluiría un criterio firme en términos de política económica y fiscal para ser respetado antes de entrar en vigor. Un proceso similar se sugirió en el Informe de Cinco Presidentes publicado en junio de 2015.
6. Un aspecto negativo de la globalización es la tributación de las multinacionales y las personas muy ricas. [1] Justicia y Paz anticipa y espera que los Estados miembros de la UE puedan ponerse de acuerdo en 2017 con un único conjunto de normas para calcular los beneficios de las empresas, la denominada Base Tributaria Consolidada Común, que la Comisión Europea relanzó en noviembre de 2016. Es más, Justicia y Paz subraya la necesidad de abordar el problema del IVA no cobrado, cuya suma total fue de casi 160 mil millones de euros en la UE en 2014.
7. En su Carta Encíclica Laudato si’ el papa Francisco exigió una ‘revolución cultural’ [2] con respecto a nuestro estilo de vida y sus consecuencias para el medioambiente. Ciertamente, hoy gran parte de la ciudadanía europea apoya el progreso ecológico. Para apoyar el esfuerzo hacia un estilo de vida más sostenible para su ciudadanía esperamos que los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo lleguen a un compromiso sólido sobre el clima en 2017, que incluya necesariamente la reforma del Esquema de Comercio de Emisiones para después de 2020, la propuesta de una decisión de esfuerzo compartido en cuanto a emisiones originadas en sectores como el transporte, la agricultura, la vivienda y los residuos, además de la reciente propuesta sobre recursos renovables que ahorren energía.
8. En este contexto apoyamos la idea de un Plan Europeo de Inversión Externa como propuso el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en su Discurso del Estado de la Unión Europa en septiembre de 2016. Los Estados miembros y otras partes deberían elaborar su contribución a este plan para llegar a la cantidad de 88 mil millones de euros y para contribuir a implementar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
9. Para defender Europa contra el terrorismo y contribuir a prevenir y terminar con los conflictos armados en el mundo, y especialmente con los nuevos conflictos intra e interestatales de su vecindario geográfico, la Unión Europea necesita reforzar su política de defensa y seguridad común así como sus políticas de promoción de la paz. Además, necesita fortalecer su esfuerzo por el desarme, la no proliferación y el control de la exportación de armas.
10. A veces se ha tachado a las instituciones europeas de ser ser poco democráticas. Ciertamente podrían y deberían ser susceptibles de mejora. Así, una idea apoyada por la mayoría de los miembros del Parlamento Europeo es la de elegir al menos el 10% de sus miembros partiendo de listas de partidos transnacionales empezando en las elecciones de 2019. Apoyamos debates posteriores sobre esta propuesta.
La política es más que la persecución del propio interés por medios estratégicos y tácticos. En un mundo en trepidante cambio es necesaria una reinterpretación dinámica del papel y la responsabilidad de Europa. Esto es particularmente importante en una comunidad de Estados que están fuertemente interconectados. Por ello, Europa necesita mejorar su capacidad de “integrar, dialogar y generar [3] como lo dijo el papa Francisco. La Iglesia Católica, junto con otras iglesias y comunidades religiosas y por supuesto con todas las personas que luchan por el bien común, puede ayudar a reanimar el espíritu europeo de paz.