Justicia y Paz: Nota sobre la Cumbre Humanitaria Mundial 2016 en Estambul

Las necesidades humanitarias han aumentado en todo el mundo. Su alcance y diversidad ha generado un gran déficit de financiación. En 2016, se requerirá asistencia para 90 millones de personas. Dos tercios de ellas son desplazadas a causa de conflictos violentos. El otro tercio son víctimas de desastres naturales o pandemias [1]. Un informe de referencia sobre financiación humanitaria, publicado a principios de año por un grupo de alto nivel y copresidido por la Comisaria de la UE, Kristalina Georgieva, refiere la cifra de 40 mil millones de dólares como cantidad necesaria en 2015 para ayudar a 125 millones de personas que sufren guerras, terremotos, inundaciones y otras crisis. El total recaudado en el año 2015 para la ayuda humanitaria global fue de poco menos de  20 mil millones de dólares, por debajo de los aproximadamente 24 millones de dólares, en 2014. En este contexto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció en 2012 la organización de una Cumbre Humanitaria Mundial en Estambul durante los días 23 y 24 de mayo de 2016, con el fin de encontrar formas de abordar mejor las necesidades humanitarias en un mundo que cambia rápidamente marcado por el aumento de los flujos migratorios. Seis semanas después de la Cumbre, la presente nota trata de evaluar su resultado.

  1. Participación

La Cumbre pretendía reunir a todas las partes interesadas para debatir cómo reformar el sistema humanitario mundial, con el objetivo de desarrollar asociaciones más fuertes y buscar soluciones innovadoras. De hecho, se estima que estuvieron presentes alrededor de 9.000 cooperantes, funcionarios y activistas de ONG, pero con algunas excepciones, faltaron los altos representantes políticos. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, se quejó de que no estuviese presente ningún otro líder del G7 junto a la canciller alemana, Ángela Merkel. Ninguno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad estuvo representado al más alto nivel. De este modo, el programa oficial con sus compromisos vagos y siete mesas redondas de alto nivel generaron dinámicas mucho menos positivas que los múltiples eventos paralelos.

  1. Resultado

La Cumbre distribuyó un acuerdo «Grand Bargain» concluido entre entidades de peso del socorro humanitario -15 Estados y 15 agencias de la ONU, coaliciones de las principales ONG internacionales, y la Cruz Roja / Media Luna Roja. Su plan de 10 puntos cristalizó reformas que se han sido propagadas durante años, convirtiéndolas en un marco global compartido. Así, los países donantes y las instituciones que  ejecutan la ayuda acordaron impulsar fondos que se canalizan a través de proveedores humanitarios locales, que a menudo están mejor posicionadas para responder con éxito a las crisis. Se comprometieron a aumentar este apoyo desde la situación actual, a menos del 1% de la financiación global, al 25% en 2020. Sin embargo, el acuerdo «Grand Bargain» no tiene objetivos firmes para el uso ampliado de dinero en efectivo. Su lenguaje se mantuvo vago. La declaración enfática en la necesidad de respetar el derecho humanitario -una declaración específica que fue firmada por 48 Estados- no hará mucho para poner fin a los conflictos más devastadoras del mundo. En la declaración final, el Secretario General de la ONU calificó la Cumbre “no como el punto final, sino un punto de inflexión” en un proceso más largo de cambio. Sin embargo, no anunció de inmediato cómo continuar. Se espera una propuesta sobre cómo avanzar a escala mundial durante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2016.

  1. Participación de las instituciones europeas

Las instituciones europeas han participado activamente en la Cumbre y en todo el proceso que condujo a ella. En septiembre de 2015, la Comisión Europea adoptó un documento de política de la UE para la Cumbre, una comunicación denominada “Hacia la Cumbre Humanitaria Mundial: Una asociación global para la acción humanitaria eficaz y basada en principios” [2]. La comunicación establece la visión estratégica de la UE para reformar la acción humanitaria antes de la conferencia. Posteriormente, los Estados miembros de la UE acordaron una visión común para la Cumbre Humanitaria Mundial en las conclusiones del Consejo de 12 de mayo de 2016. El Parlamento Europeo adoptó su propia resolución en la preparación de la Cumbre, el 15 de noviembre de 2015. La UE apoya la totalidad de los compromisos básicos postulados por las Naciones Unidas.

  1. La implicación de la Iglesia

Más allá de la presencia de muchas organizaciones relacionadas con la Iglesia en la Cumbre, la Santa Sede ha enviado una importante delegación encabezada por el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, a Estambul. En su intervención en una mesa redonda destacó: “La persona humana debe ser el objetivo de cualquier y de toda acción humanitaria. Esto trasciende la política y es ipso facto indispensable, incluso, y sobre todo, en casos de desastres y conflictos en nuestro mundo altamente interconectado. El uso de la fuerza y los conflictos armados afectan, de diferentes maneras, a todas las naciones y los pueblos. Nadie está a salvo. Una cultura del diálogo y de la cooperación debe ser la norma para hacer frente a las dificultades del mundo. La excesiva confianza en la intervención militar y las políticas económicas egoístas son miopes, contraproducentes y nunca la solución adecuada para estos desafíos”. Con respecto a la migración ofreció el siguiente análisis: “La migración es en sí un elemento esencial de la vida internacional. Nos desafía a desarrollar una visión transnacional correcta que va más allá de la evaluación estrecha de los acontecimientos mundiales y desarrollar nueva visión cultural, económica y social en donde la movilidad humana podría desempeñar un papel positivo y central”.

  1. Conclusión

La globalización está entrando en una nueva fase. Los conflictos violentos, los desastres naturales y las epidemias empujan a las personas a abandonar sus hogares tradicionales. Las imágenes de los lugares más ricos del mundo están disponibles en todas partes gracias a la Internet y los teléfonos inteligentes. Funcionan como un factor de atracción. La migración a gran escala se convierte así en una característica importante de nuestro mundo globalizado y se añade al aumento del flujo mundial de información, bienes y servicios. La ayuda humanitaria se ofrece a los millones de personas en movimiento que están desesperadas por sobrevivir. El suministro de ayuda humanitaria de manera más amplia y más eficiente es, pues, necesario. Sin embargo, no es suficiente. La asistencia humanitaria debe ir acompañada de una ayuda al desarrollo más local con la con el fin de ofrecer perspectivas para una vida digna y sostenible en zonas donde esa vida es hoy peligrosa y poco atractiva.
 
[1] El Parlamento Europeo estima en su resolución de noviembre del año 2015 que mil millones de personas podrían ser desplazadas a causa del cambio climático para el año 2050, con más del 40% de la población mundial que vive en zonas de estrés hídrico severo. Las pérdidas económicas causadas por desastres naturales es probable que aumenten dramáticamente de los 300 mil millones de dólares perdidos anualmente en la actualidad.
[2] Cf. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=comnat:COM_2015_0419_FIN
 
Stefan Lunte, 6 de julio de 2016
Traducción de la Secretaría Técnica CGJP
Leer más: https://www.juspax-es.org/products/desafios-para-la-ayuda-humanitaria-en-un-mundo-globalizado/

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