Sus 12 años de pontificado han marcado época y han sido un gran regalo del Señor para el “Santo Pueblo de Dios”, como le gustaba decir. Por ello, sentimos una enorme gratitud: agradecimiento por habernos ayudado a ir por la senda del Evangelio con alegría, orientándonos sólo a lo esencial de nuestra fe; por su ejemplo de vida entregada sin medida y hasta el final en favor de los más vulnerables y pequeños, por su incansable trabajo por “la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos”.
Desde nuestra vocación laical, nos hemos sentido acompañados y mirados con amor de predilección y no podemos dejar de recordar las palabras que nos dirigió con motivo del Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en salida”, animándonos a vivir nuestra “propia vocación inmersos en el mundo, escuchando con Dios y con la Iglesia, los latidos de sus contemporáneos, del pueblo”.
El Papa venido “del fin del mundo” ha sido peregrino cercano y constructor de la Iglesia como casa abierta para todos. Nos deja un legado enorme que queremos acoger, especialmente para seguir haciendo camino juntos, viviendo la sinodalidad con los demás miembros del Pueblo de Dios y con toda la familia humana.
Asimismo, deseamos expresar nuestra confianza en la asistencia de Dios Padre, Señor de la historia, a la Iglesia también en este tiempo de transición y que nuestra Madre María, a la que el Papa siempre se encomendó con confianza, nos acompaña en el camino.
Madrid, 23 de abril de 2025
Comisión Permanente del Foro de Laicos
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