PRESENTACIÓN DE LA VI EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CLIPMETRAJES DE MANOS UNIDAS

La sede de la Academia de Cine (C/ Zurbano, 3, en Madrid) será el escenario donde Manos Unidas celebrará el lanzamiento de la VI edición del Festival de Clipmetrajes, el próximo jueves 16 de octubre a las 11.30 horas. Contaremos con la asistencia de los directores Santiago Zannou, Imanol Uribe, Eduardo Chapero-Jackson y Daniel Chamorro.

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PARTICIPACIÓN EN EL COMUNICADO DE LA JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE: EL MUNDO DEL TRABAJO NECESITA LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO.

Ante la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, el día 7 de octubre, estas palabras recientemente pronunciadas por el Papa Francisco, adquieren un profundo significado y una llamada a toda la Iglesia y a toda la sociedad:

“Es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos, y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales. De esto se deriva que el trabajo no tenga sólo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida!”. (A los dirigentes y obreros de las fábricas de acero de Terni, 20 de marzo de 2014)

El problema es no llevar el pan a la casa, esto quita la dignidad. El problema más grave es la dignidad por esto tenemos que trabajar y defender la dignidad que nos da el trabajo”. (Encuentro con trabajadores y estudiantes del sector de la industria. Molise, 5 de julio 2014).

Estamos inmersos en una realidad que ha sufrido y está sufriendo profundas transformaciones en todos los ámbitos de la vida de las personas. Una de las mayores es la manera de entender y organizar el trabajo humano. La forma en que hoy se organiza el trabajo no es compatible con la vida digna a la que estamos llamados.

Tener o no trabajo, tener un salario suficiente para poder vivir, realizar el trabajo en condiciones dignas o no, son condiciones que posibilitan el crecimiento y el desarrollo de las personas o lo impiden.

Basta ilustrar esta realidad con algunos datos en el ámbito mundial:

  • más de doscientos millones de mujeres y hombres están desempleados.
  • casi mil millones de mujeres y hombres trabajan, pero sus ingresos no les permiten superar el umbral de la pobreza de los 2 dólares al día por persona en sus hogares.
  • más de doscientos millones de niñas y niños se ven obligados a trabajar en condiciones infrahumanas o de explotación.
  • el desempleo de los jóvenes alcanza niveles alarmantes en muchos países del sur de Europa y África.
  • se da de hecho una mercantilización e instrumentalización del trabajo y la negación práctica del derecho al mismo para millones de personas.

Si descendemos a nuestro país:

  • más de 5,6 millones de desempleados/as (EPA, 2º trimestre 2014)
  • más de 1.300.000 familias donde ninguno de sus miembros percibe ningún tipo de ingreso.
  • hoy de hecho, se puede tener trabajo y ser pobre.
  • las sucesivas reformas laborales han contribuido a la precarización del trabajo y a extenderla a todos los sectores de producción.
  • se han reducido enormemente los derechos laborales que tantos esfuerzos y luchas costaron a las trabajadoras y los trabajadores.
  • se han incrementado la pobreza y, mucho más que en el resto de los países de la UE, la desigualdad entre ricos y pobres.

Desde el año 1999, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con participación de gobiernos, y asociaciones empresarias y sindicales, impulsa el objetivo de lograr un trabajo decente como elemento fundamental para combatir el empobrecimiento y como camino hacia una sociedad decente, más justa y humana.

También la Iglesia, desde la Doctrina Social (DSI), llama la atención y promueve que se impulse el trabajo decente. Movimientos de creyentes, como el  MMTC (Movimiento Mundial de trabajadores cristianos), Caritas Internacionalis, Iustitia y Pax, Pax Romana y cientos de otros grupos representativos de congregaciones, asociaciones y movimientos, han hecho suya esta reivindicación como símbolo de la lucha contra el desempleo, la subocupación y la precariedad laboral.

También en nuestro país somos muchas las personas y organizaciones que nos preguntamos¿qué está pasando con el ser humano, con el trabajo y con la sociedad que se está configurando?

Organizaciones sociales como sindicatos, asociaciones de todo tipo, asambleas de parados… organizaciones eclesiales como parroquias, comunidades, Cáritas, Justicia y Paz, y movimientos apostólicos…  estamos trabajando por construir un nuevo mundo donde el trabajo decente sea una prioridad que nos permita vivir con dignidad, construir nuestra humanidad y crear lazos sociales  tan necesarios para construir la fraternidad universal.

Como iglesia no podemos permanecer callados y pasivos cuando las condiciones sociales dificultan que el ser humano pueda vivir con arreglo a su dignidad de hijo de Dios.

Nuestra preocupación por la vida humana, y especialmente por los pobres en los que vemos a Jesucristo, nos debe llevar a ocuparnos y preocuparnos por la realidad del trabajo. No olvidemos que  “los pobres son en muchos casos el resultado de la violación del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación) bien porque se devalúan los derechos  que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y su familia” (Caritas in veritate, 63).

Como iglesia, nos comprometemos a asumir la llamada que nos hace el documento preparatorio del Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la Familia en su número 71: “En diálogo con el Estado y las entidades públicas, se espera de parte de la Iglesia una acción de apoyo concreto para un empleo digno, para salarios justos, para una política fiscal en favor de la familia, así como la activación de una ayuda para las familias y los hijos”.

Invitamos a las organizaciones sociales y eclesiales y a todas las personas de buena voluntad, a celebrar este año la Jornada mundial por el trabajo decentereflexionando sobre lo que está aconteciendo en el mundo laboral y descubrir y denunciar las causas que propician el sufrimiento de tantas trabajadoras y trabajadores, familias y pueblos.

Con esperanza invitamos a continuar detectando y apoyando las iniciativas que muchas personas, organizaciones y colectivos están desarrollando en el campo del trabajo cooperativo, de empresas de inserción laboral, del trabajo social, del reconocimiento del trabajo no productivo como trabajo necesario para la sociedad; la reivindicación de un ingreso familiar mínimo con el que poder vivir; la banca ética; la economía de comunión. Todas ellas son manifestaciones de que es posible organizar el trabajo desde otros valores y criterios donde las personas y las familias sean el centro y fin de la producción, de la actividad económica y de la sociedad y no meras herramientas de producción o mercancías a merced de los mercados.

Sigamos potenciando las que existen y construyendo otras experiencias nuevas que vayan tejiendo redes de solidaridad y formas de construir nuestra humanidad, donde la actividad humana y el trabajo decente posibiliten la realización de las personas y estén al servicio de la comunión social.

Como hombres y mujeres creyentes, creemos que la buena noticia del Evangelio pasa por ser buena noticia para el mundo del trabajo. La alegría del Evangelio debe ser también alegría del Evangelio para el mundo del trabajo, para los trabajadores y trabajadoras.

Firman: HOAC y JOC

Apoyan: Acción Católica General, Acción Católica Obrera, Acción Social Empresarial, CONFER, Cáritas Española, Foro de Laicos, Frater España, Hermandades del Trabajo, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica, Movimiento Rural Cristiano, Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, y Profesionales Cristianos .

3 de octubre de 2014

Las 10 de Septiembre

Recogemos las 10 entradas más vistas en nuestro blog (forodelaicos.wordpress.com) en el mes que hoy acabamos, Septiembre, siempre con el deseo de que sean de su interés y participen con las suyas propias.

1. Comunicado del Foro por la retirada del Anteproyecto de Ley del Aborto.

2. La Biblioteca del Foro de Laicos

3. XI Listado de la Biblioteca del Foro de Laicos (Septiembre 2014)

4. ¡Apúntate a la revolución de la ternura!

5. Movimiento de los Focolares: Y tú, ¿Qué crees?

6. CONCAPA exige responsabilidades a Rajoy por su incumplimiento electoral

7. Comunicado Cursos de Verano 2014: Oración y compromiso por el trabajo digno para una sociedad decente, fraterna y sostenible.

8. Hermandades del Trabajo: Jornadas de Formación.

9. I Concurso fotográfico: Mirada Scout. 

10. Carta de agradecimiento de Monseñor Juan Antonio Reig Plá. 

JMV: Carta del P. Gregory Gay con motivo de la fiesta de San Vicente de Paul.

Queridos miembros de la Familia vicenciana,

Con motivo de la fiesta de San Vicente de Paul, en nombre de la Familia vicenciana y de los responsables de nuestras diferentes ramas, les escribo para informarles que hemos decidido consagrar el próximo año a la “nueva evangelización”. Lo celebraremos como Familia vicenciana centrando nuestra atención en tres puntos claves de fidelidad en el seguimiento de Jesucristo, evangelizador y servidor de los pobres:
· La necesidad de una conversión personal y comunitaria;
· La necesidad de ir más allá de nosotros mismos, escuchando el grito de los pobres, sobre todo de aquellos que viven en la periferia de nuestras ciudades y
al margen de la sociedad actual;
· La necesidad de evangelizar y ofrecer nuevas formas de llevar a cabo la pastoral de la familia.
Del 5 al 19 de octubre de 2014, el Papa Francisco reunirá un Sínodo de Obispos para examinar “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Es un tema importante propuesto por nuestro Santo Padre para el bien de la Iglesia, como lo mostrará este Sínodo.
Al comienzo de su pontificado, el Papa San Juan Pablo II lanzó la llamada a “una nueva evangelización” para estimular a un nuevo fervor y buscar medios innovadores para encontrar a Jesús, ahondar en nuestra relación con Cristo y crecer en nuestra vida de fe. Esta llamada de Juan Pablo II llegó en un momento de malestar general entre los cristianos, en particular en los países del mundo desarrollado. Juan Pablo II pensaba que los cristianos estaban siendo menos fervientes en la vivencia de su fe, y por eso hizo una llamada a la conversión y a una nueva evangelización. Sus dos sucesores: el Papa emérito Benedicto XVI y el Papa Francisco, continúan y favorecen estas dinámicas en favor de una renovación.

Redescubrir y encontrar de nuevo a Jesús con amor en nuestros corazones, profundizando en nuestra relación con El para crecer como discípulos, es un aspecto esencial de esta nueva iniciativa. Se trata de una profundización personal de nuestra fe en el Dios de Jesucristo, un fruto del Espíritu Santo. Este amor nos guía en el camino de devoción a Dios y de entrega a los demás, sobre todo a los pobres. Como cristianos verdaderamente comprometidos y como discípulos de Jesús, compartimos la Buena Noticia del amor de Dios, que se encuentra en las Sagradas Escrituras y en los sacramentos. La misión de todo fiel católico bautizado es la de dar a conocer a Jesús a todos.

Para realizarlo, la Iglesia nos llama a la conversión, a una nueva manera de encontrar a Dios y de creer en El, y de compartir la Buena Noticia con los demás. Para vivir esta experiencia de conversión y seguir un nuevo camino para encontrar a Dios, debemos dejar nuestra propia comodidad y escuchar al Señor cuando nos habla en lo profundo de nuestro corazón. Como miembros de la Familia vicenciana, ¿cómo podemos responder a esta llamada a la conversión y a
la nueva evangelización? El carisma que san Vicente de Paúl compartía con santa Luisa de Marillac, que continuó con el beato Federico Ozanam, y con otros muchos en la tradición vicenciana, consistía en cuidar de los pobres y desfavorecidos. Pero también comprendía el “cuidado de las almas”, aspecto esencial de la misión. En la vocación vicenciana, la misión y la caridad son inseparables. Las obras de misericordia corporales y espirituales y el servicio van siempre unidos. Estas consignas dirigidas a las Hijas de la Caridad en su servicio de los pobres nos hablan de “la preocupación primordial de darles a conocer a Dios, de anunciar el Evangelio y hacer presente el Reino” (Constituciones de las Hijas de la Caridad, 10 a). El beato Federico Ozanam subrayó que, en la Sociedad, la ayuda material no era el único aspecto del servicio de los pobres. Más bien recordaba a los miembros de las Conferencias que su espiritualidad y su testimonio cristiano, lleno de la ternura del amor de Dios, ayudaban a muchos alejados a volver a la fe, y eran un medio de evangelización de numerosos no cristianos. Hacer más sólida y profunda nuestra relación con Dios y ayudar a los otros a encontrar a Cristo, es una virtud esencial de nuestra espiritualidad vicenciana. Es la fe en actos.

En nuestra vida diaria tenemos que hacer frente a numerosos desafíos. Pero ahora es el momento favorable para anunciar la Buena Noticia de la salvación en Jesucristo. Aunque vivamos en un entorno a menudo indiferente a la religión, la gente todavía tiene verdadera sed de valores transcendentes. Hay hambre de Dios en el mismo pueblo de Dios, sobre todo cuando éste aspira a una nueva manera de vivir que difiere de las normas dominantes de la sociedad. Podríamos adoptar la manera de vivir de la gente en este entorno de indiferencia religiosa, y habituarnos a aceptar la poca importancia que se concede a las cuestiones esenciales de la fe y del sentido de la vida en este mundo.

Pero, ¿somos conscientes de la realidad de lo que ocurre cuando la gente olvida a Dios? Muy a menudo es revelador de una verdadera pobreza espiritual y material. San Vicente estuvo profundamente impresionado por la situación en la que se encontraban las personas de su tiempo: las que vivían en la miseria y en la ignorancia y que no sabían nada de Dios, ni de su amor. Por esto, san Vicente dijo con fuerza y convicción: “Es cierto que yo he sido enviado, no sólo para amar a Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo”. (SV, Conferencia del 30 de mayo de 1659, Coste XI-4, p. 552).

Si tuviésemos tan solo un poco de este amor, ¿apartaríamos los ojos y nos quedaríamos con los brazos cruzados? ¡Nunca! La caridad no puede estar ociosa. La caridad nos impulsa a hacer todo lo que podamos para aportar consuelo y salvación a los que sufren. Nuestra vocación de vicencianos consiste en enardecer el corazón de los demás: hacer lo que el mismo Hijo de Dios hizo. Vino a traer el fuego al mundo, a encenderlo con su amor. ¡Qué otra cosa podemos esperar para nosotros mismos, sino solo arder de amor por el Señor y ser consumidos por este amor!

Como miembros de la Familia vicenciana, estamos llamados a ser agentes de la evangelización ofreciendo un servicio lleno de amor. La caridad es el valor principal de la vida, y el desafío de la comunidad cristiana consiste en hacerla activa en el mundo actual. Nunca debemos separar ni oponer la relación intrínseca entre la fe y la caridad. Somos discípulos de Jesús cuando extendemos el amor de Dios, y cuando nos comprometemos a participar plenamente en la vida y en la misión de la Iglesia. ¡El amor de Cristo nos ha conquistado! Por consiguiente, bajo el poder de este amor, estamos totalmente abiertos para amar concretamente a nuestro prójimo. Aquí podemos recordar la divisa de las Hijas de la Caridad cuyas palabras provienen de la Escritura: “El amor de Cristo crucificado nos apremia” (cf. 2ª Co 5, 14).

La fe nos permite reconocer los dones que nuestro Dios, bueno y generoso, nos ha confiado. La caridad los hace fecundos. Por la fe, entramos en amistad con el Señor. Por la virtud de la caridad, esta amistad es cultivada y puesta en práctica. La relación entre la fe y la caridad es ensalzada en esta unión intima entre ellas. Esto es lo que significa hacer efectivo el Evangelio en la vida de la gente. La encíclica Lumen Fidei habla de las repercusiones de la fe en el mundo, diciéndonos que “la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz” (LF, 2013, 51). La Exhortación apostólica Evangelii Gaudium habla del servicio de la caridad como un elemento constitutivo de la misión de la Iglesia, que refleja la esencia de quiénes somos como Iglesia.

Como la Iglesia es misionera por naturaleza, también está unida de modo indisoluble a la virtud de la caridad, principalmente prodigando una caridad efectiva a nuestro prójimo. Cuando aceptamos el desafío de la misión impregnada de la caridad de Cristo, podemos identificarnos con las personas que viven en la pobreza y servirlas. Nuestros corazones vicencianos aceptan con gozo la llamada de Evangelii Gaudium, a ser instrumentos de Dios para la liberación y la promoción de los pobres, para permitirles alcanzar una promoción integral en la sociedad (EG, 2013, 182).

Debemos ser dóciles, estar atentos, escuchar el clamor de los pobres, dispuestos a correr en su ayuda. Lo hacemos dejando nuestra propia comodidad, yendo a la periferia y a los márgenes para encontrar a las personas que viven en la pobreza.

Salimos de nosotros mismos para ir hacia los pobres a toda prisa, animados por el amor de Dios. En el cuarto capítulo de Evangelii Gaudium, encontramos numerosas ideas que están en consonancia con nuestro carisma. Las palabras de este capítulo parecen describir la vida y las acciones de san Vicente y de santa Luisa, y de todos los santos y beatos. Veamos un ejemplo de lo que nos dice este capítulo cuarto: los pobres son los preferidos de Dios; los pobres ocupan un lugar
privilegiado en la Iglesia; y los pobres son nuestros evangelizadores. ¡Si estas ideas que provienen de Evangelii Gaudium les parecen familiares, no es nada extraño! La nueva evangelización es una iniciativa para ayudarnos a reconocer la fuerza salvífica que las personas que viven en la pobreza, poseen en Cristo, y a situarlas en el centro de la Iglesia.Descubrimos a Cristo en los pobres; defendemos sus causas; somos sus servidores; los escuchamos; y nos invitan a meditar en la sabiduría misteriosa de Dios, que a menudo se revela a nosotros por sus mismas vidas.

En el contexto de los sufrimientos y de las luchas que las familias soportan hoy, la nueva evangelización puede responder a una necesidad urgente, como lo muestra el documento preparatorio sobre la pastoral familiar publicado para la tercera asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos. La doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio debe presentarse de manera clara y comprensible para que llegue al corazón de muchos y transforme sus vidas, según la voluntad de Dios manifestada en Jesucristo. Otros documentos de la Iglesia evocan las necesidades pastorales de la familia como una dimensión esencial de la evangelización. Es una llamada a renovar nuestra comprensión del sacramento del matrimonio y de la vocación cristiana de las personas casadas y a consolidar la familia para el bien de la Iglesia y de la sociedad. Como miembros de la Familia vicenciana, deberíamos preguntarnos lo que podríamos hacer para evangelizar a las familias a las que servimos y a aquellas con las que entraremos en contacto. Me refiero a las familias que encontramos en nuestras parroquias, escuelas, servicios sociales y en numerosos otras actividades en las que colaboramos como Familia vicenciana, para servir a las personas que viven en la pobreza. La familia constituye, sin ninguna duda, un campo inmenso para la misión. Numerosas familias a las que servimos hoy, necesitan protección y sufren muchas calamidades. A menudo están amenazadas, incluso a veces de muerte. Como Familia vicenciana, podemos y debemos progresar para establecer unas “Líneas de acción” que den impulso al trabajo pastoral con las familias, y principalmente, con aquellas que viven en la pobreza.

Con toda la Familia vicenciana, roguemos, para que la Iglesia busque métodos pastorales que ayuden a las familias a hacer frente a sus realidades a la luz de la fe, y con la fuerza que viene del Evangelio. Cuando celebramos la fiesta de san Vicente de Paul nos proponemos dedicar este año a la nueva evangelización. Necesitamos respuestas creativas para poner de relieve los desafíos que representan la nueva evangelización y una conversión personal y comunitaria para responder a las necesidades pastorales de la familia, sobre todo de las personas que viven en la periferia de nuestra sociedad.

Su hermano en san Vicente

G. Gregory Gay, C.M.
Superior general

Comunicado de la Comisión Permanente del Foro de Laicos ante la retirada del Ante-Proyecto de Ley Orgánica de Protección del Concebido y los Derechos de la Embarazada

La Comisión Permanente del Foro de España ante los acontecimientos vividos en nuestro país el martes 23 de septiembre, desea expresar lo siguiente:

1.- Como laicos que representamos a un conjunto grande de organizaciones católicas de carácter nacional, no optamos públicamente por una u otra opción política a la que votar. Cada cristiano, según su conciencia iluminada por el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia, elige responsablemente cómo votar.

2.- Pero como cristianos y siguiendo las enseñanzas de los Papas más recientes, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, tenemos la obligación de manifestarnos en la vida pública cuando las circunstancias lo exigen. No admitimos reducir lo religioso a la esfera de la vida privada.

3.- Siendo esto así, consideramos nuestra obligación alzar nuestra voz ante la retirada del ante-proyecto de Ley Orgánica de Protección del Concebido y los Derechos de la Embarazada, que anunció ayer el Señor Presidente del Gobierno, D. Mariano Rajoy Brey.

4.- Defendemos la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, en los términos de la Doctrina de la Iglesia Católica. Por lo tanto, no podemos apoyar las legislaciones que van contra esos derechos.

5.- Expresamos nuestro pesar y profunda decepción por la incoherencia que supone esta renuncia a un punto fundamental del programa electoral del partido que hoy gobierna.

Pedimos al Consejo de Ministros que reflexione sobre este tema desde una perspectiva constitucional y de principios y no meramente de cálculo electoralista, pues son los derechos que están en juego se encuentran recogidos en la Constitución.

6.- Con el Papa Francisco afirmamos que: “entre los débiles que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo”.(EG213)

7.- A María, la madre de Jesús, pedimos que los gobernantes y la sociedad misma nos abramos a propuestas activas que faciliten en derecho de las mujeres a la maternidad en condiciones dignas y despertemos la responsabilidad de los varones que han engendrado al concebido.

La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España

Madrid, 24 de septiembre de 2014

 

Descargar pdf aquí: Comunicado Cancelación Reforma Ley del Aborto

CONCAPA exige responsabilidades a Rajoy por su incumplimiento electoral

CONCAPA expresa su decepción, disgusto y disconformidad con la decisión del presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, que con la retirada de la llamada Ley del Aborto -cuyo finalidad era aumentar la protección de la mujer embarazada y del nasciturus- ha decidido cambiar principios por eventuales votos, incumpliendo un aspecto medular de su programa electoral y, por tanto, engañando a muchos de sus votantes que, lógicamente, no volverán a confiar en él.

CONCAPA considera la defensa de la vida y la maternidad como valores no negociables. El aborto nunca podrá ser un derecho porque nadie tiene derecho a matar a otro ser humano y, por tanto, la ley resultaba necesaria porque mejoraba la protección de la mujer permitiéndole llevar a buen término su embarazo y, en consecuencia, defendía la familia y la sociedad.

CONCAPA aplaude el comportamiento honesto, coherente y ejemplar del ministro de justicia, Ruiz Gallardón, que tras implicarse en el anteproyecto, ha planteado su dimisión como consecuencia del incumplimiento del programa electoral en un tema tan medular como la defensa de la vida, pero considera que el verdadero responsable de este incumplimiento es el presidente del gobierno Mariano Rajoy, que realizó unas promesas para salir elegido y luego las incumple con la excusa de conseguir consensos o para evitar la derogación de la ley cuando se produzca la alternancia política.

Con la decisión del Mariano Rajoy, el PP se convierte en un partido que modifica sus principios a conveniencia, incapaz de cumplir sus compromisos y, por tanto, de generar confianza en su electorado. Nuestro país necesita regeneración política y esta empieza básicamente por el cumplimiento de los compromisos adquiridos en los programas electorales frente a la sociedad, y porque los ciudadanos exijan responsabilidad, honestidad y coherencia a los políticos, que deben anteponer su labor de servicio a la sociedad por encima de sus intereses personales, o dimitir.

Los recortes sufridos en educación y sanidad; la enorme cifra de desempleados, jóvenes y adultos y el empobrecimiento de la clase media, está recayendo fundamentalmente en la labor asistencial de la familia, a la que Rajoy ha olvidado irresponsablemente desde el principio de la legislatura primando la defensa de otros colectivos e intereses en lugar de apoyarla, como se había comprometido. A este olvido de los ciudadanos se suma ahora la retirada de la ley del aborto y, sin duda, la sociedad exigirá responsabilidades.

Olimpia García Calvo

                                                              Gabinete de Comunicación de CONCAPA

Madrid, 24 de septiembre de 2014.

Comunicado del Consejo Nacional de la ACdP ante la retirada de la Ley del Aborto

El Consejo Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) lamenta profundamente la decisión del Gobierno de retirar el Anteproyecto de Ley Orgánica de Protección del Concebido y los Derechos de la Embarazada, al tiempo que reconoce los esfuerzos realizados por el Ministro de Justicia, D. Alberto Ruiz-Gallardón -coherentes con los compromisos electorales del Partido al que pertenece- por modificar una legislación a todas luces incompatible con el derecho a la vida que recoge la Constitución Española en su artículo 15.

En plena comunión con el Magisterio de la Iglesia Católica y tal y como ha venido expresando en sucesivos comunicados desde 1985, año en que se aprobó la despenalización del aborto en España y 2010, cuando salió adelante la denominada “Ley de plazos”, la ACdP considera que la vida humana es un bien supremo que merece la pena ser protegido jurídicamente desde la concepción hasta su fin natural, como base del desarrollo y del progreso de nuestra sociedad, nunca sujeto a transacciones parlamentarias. Asimismo, reivindica la grave responsabilidad ética de quienes ejercen la actividad pública de cumplir con sus programas electorales, sobre todo cuando éstos afectan a la protección de la vida humana en todas sus fases y a los derechos de los más débiles, imperativo antropológico que desborda el marco de las convicciones religiosas.

Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos: Reunión en España

Las organizaciones de inspiración católicas quieren contribuir a los debates promovidos por la ONU de cara a la agenda de desarrollo post- 2015 y defender el trabajo decente como una de las prioridades que debe asumir toda la comunidad internacional. El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos convocó a un grupo diverso de entidades católicas presentes en España, entre ellas la HOAC, para coordinar esfuerzos.
A la reunión celebrada el 19 de septiembre en la sede de la Comisión Permanente de la HOAC asistieron miembros del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, Cáritas España, Justicia y Paz, UNIAPAC, JEC, JOC y Acción Social Empresarial, con el objetivo del impulsar el debate sobre el trabajo decente en nuestro país y elevar las posibles conclusiones a las redes internacionales con las que trabaja cada organización. El delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España, Joaquín Nieto, asistió como invitado para conocer de primera mano el compromiso de estas organizaciones católicas con la promoción del trabajo decente.


Ya en julio de 2013 las organizaciones internacionales católicas elaboraron una declaración en la que reafirmaban su apoyo a los esfuerzos de la OIT “para incluir el programa de trabajo decente en el marco de desarrollo post-2015”. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio se habían fijado 2015 como fecha para evaluar los resultados de la comunidad internacional por reducir la pobreza extrema y mejorar la vida de millones de personas en el mundo. La discusión sobre cómo continuar a partir de esa fecha fue lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas en 2012.
La promoción del “trabajo decente” ha sido un objetivo asumido por la Iglesia y se ha incorporado tanto a su magisterio social como a su práctica pastoral y sus esfuerzos por la promoción del desarrollo humano. En el año 2000 el Papa Juan Pablo II expresó el apoyo al objetivo planteado por la OIT y la necesidad de la implicación de todos, también de las comunidades cristianas, en la lucha por el trabajo decente: «Todos debemos colaborar para que el sistema económico en el que vivimos no altere el orden fundamental de la prioridad del trabajo sobre el capital, del bien común sobre el privado (…) Es muy necesario constituir en el mundo una coalición en favor del trabajo digno» (Discurso al Mundo del Trabajo, 1º de Mayo de 2000).
En “Caritas in Veritate”, de Benedicto XVI, en el número 63, se define así el trabajo decente: “significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación”.
También el papa Francisco se ha dirigido a la propia OIT para apoyar sus esfuerzos por defender el “trabajo decente” y combatir el trabajo esclavo y la trata de personas.

Información extraída de: https://www.hoac.es/2014/09/22/la-hoac-en-la-agenda-post-2015/

Justicia y Paz: Isabel Cuenca en “Testimonio”

Isabel Cuenca Anaya, Secretaria General de Justicia y Paz de España fue entrevistada en el programa “Testimonio” de tve2. En él habla  de la naturaleza y objetivos principales de Justicia y Paz, en particular de la gran labor que desarrollan sensibilizando en las escuelas en favor de una educación por la paz.