Esta mañana nos ha sorprendido la triste noticia del fallecimiento del papa Francisco. Cuando creíamos que estaba mejorando se ha ido esta querida persona, con todo su carisma educador, pacífico y liberador. Una “preciosa vida”, según los propios adjetivos que él utilizaba.
La Comisión General de Justicia y Paz tiene en cuenta el momento de la Iglesia y ora para que el Señor acoja el sentido del trabajo del papa Francisco. Agradecemos profundamente su vida y su valiente esfuerzo comunicador. Lamentamos esta pérdida y esperamos que su semilla dé frutos en estos momentos de crisis de la historia en todos los ámbitos y niveles. Oramos por él, como siempre pedía, y por la Iglesia para que su gran labor pastoral tenga continuación.
Hacemos eco de uno de sus últimos deseos:
“Quisiera que volviéramos a esperar en que la paz es posible. Que desde el Santo Sepulcro —Iglesia de la Resurrección—, donde este año la Pascua será celebrada el mismo día por los católicos y los ortodoxos, se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero”. (Mensaje “Urbi et Orbi”. Pascua 2025).
En ti el Evangelio se ha acercado. Los márgenes y las periferias se han visto más acompañados. Has situado a las personas más pobres, a la paz y al cuidado del medioambiente en el centro de la Iglesia, entregando tu vida hasta la última hora.
Has elegido un significativo día para dar el paso a la Vida eterna. Tenemos seguridad de que el Padre Bueno te ha dado ya un gran abrazo ¡Feliz Pascua de Resurrección, querido Francisco!