Javier Villar, a tenor de su ordenación diaconal, ha explicado que “el diaconado te da la gracia para servir a imagen de como Cristo sirvió a su Iglesia”. En este sentido, señala que “la imagen clave del diaconado es Jesús lavando los pies a los apóstoles en la última cena, pues el diácono ha sido elegido para ser servidor de todos, para servir en la liturgia en el altar y para estar al servicio de la Palabra de Dios, proclamando el Evangelio y enseñando”.