En el año 2015 tuve oportunidad de ser testigo del éxodo de refugiados que llegaron a Europa huyendo de de la guerra en Siria.
En uno de mis viajes para documentar para el periódico la llegada de miles de personas, fui a la localidad de Presevo, en la frontera de Serbia con Macedonia. Las personas que escapaban de la guerra cruzando Turquía, Grecia y Macedonia, llegaban en un tren a varios kilómetros de la frontera y caminaban por tierra de nadie hasta alcanzar este pequeño pueblo.
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