Abril y mayo han sido meses de elecciones. El reto de las candidaturas electas consiste en alcanzar la legitimidad en el ejercicio del cargo representativo y promover el bien común y los derechos humanos desde su responsabilidad y competencias. Como dijo el papa Francisco en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año: “La función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad” (n. 2).
El 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente y el 20 del mismo mes, el Día Mundial de las Personas Refugiadas. Ambas fechas están relacionadas como aprendimos de la encíclica Laudato si’ ya que todo está conectado. El cambio climático extrema la sequía, la desertificación, la salinización de aguas subterráneas y de las tierras o el aumento del nivel del mar, lo que contribuye al desplazamiento de personas a través de fronteras internacionales. El año pasado se cuantificaron 25 millones de personas desplazadas por estas causas y esta cifra no deja de crecer.
Durante los días 3, 4 y 5 de mayo, tuvo lugar en Copenhague un encuentro bajo el lema “El bien común y nuestros mares comunes”, organizado por Justicia y Paz de Europa junto a otras entidades colaboradoras. Los problemas identificados fueron la contaminación por fertilizantes, metales, plásticos y aguas residuales; las prácticas de pesca insostenibles; el calentamiento y la consiguiente pérdida de biodiversidad y de arrecifes de coral, la desoxigenación y la acidificación. La COP de este año en Santiago de Chile será azul y promoverá una mayor protección de los océanos. La estrategia de la UE consiste en fortalecer la gobernanza internacional, promover una economía azul sostenible y apoyar actividades de investigación.
Ante la celebración del 1º de Mayo, las entidades de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente recordamos que “el trabajo decente, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es un elemento imprescindible para la justicia social y la cohesión de toda la humanidad” y proponemos “un programa centrado en las personas y basado en la inversión en las capacidades de los individuos, las instituciones laborales y en el trabajo decente y sostenible”.
En la contraportada, además de actividades de los grupos de trabajo y campañas, se recoge la invitación a participar en la primera fase del Congreso del Laicado y alguna conclusión de la Trobada catalano-balear celebrada el primer fin de semana de junio en Terrassa.