Caminar junto a la juventud
¡Es nuestro momento! Jóvenes cercanos y alejados de la Iglesia, jóvenes de barrio, estudiantes, trabajadores, en paro… todos y todas. ¡La Iglesia nos escucha!
Pero… ¿Qué es un Sínodo?
El Sínodo de los Obispos es una institución creada por el Papa Pablo VI el 15 de septiembre de 1965, en respuesta al Concilio Vaticano II. Etimológicamente hablando la palabra “sínodo”, derivada de los términos griegos syn (que significa “juntos”) y hodos (que significa “camino”), y expresa la idea de “caminar juntos”. Se trata de una reunión de obispos, habitualmente en el Vaticano, en la que tratan algún tema propuesto por el Papa y emiten su opinión. Sobre esa reflexión, el Santo Padre realiza una Exhortación Apostólica en la que indica las guías maestras sobre el asunto concreto.
¿Por qué un Sínodo sobre jóvenes?
Concretamente, “Jóvenes, fe y discernimiento vocacional”. No es una casualidad que el Sínodo de los Obispos esté centrado en los jóvenes, un gran porcentaje de ellos muestran descontento, apatía, incluso indiferencia más ante lo eclesial que ante lo espiritual. El papa Francisco ha elegido este tema con el objetivo de apostar con más intensidad y convicción por los jóvenes y su papel en la Iglesia. A pesar de que desde el inicio el Papa ha querido escuchar a todas las personas jóvenes sin filtros, la Iglesia necesita seguir aprendiendo a escuchar y entender el modo en que los jóvenes vivimos la fe. Para ello, los obispos han analizado qué está haciendo la Iglesia actualmente por los jóvenes y qué debe mejorar para ser capaz de seguir generando “lugares de encuentro” y desarrollo de la personal de manera integral.
Para ello, es necesario que, como Iglesia, salgamos al encuentro de los jóvenes y anunciemos el Evangelio en todos los rincones siendo valientes y proactivos. Sin embargo, esto supone salir de nuestras comodidades y esquemas, incluso, asumir riesgos. La JOC como movimiento misionero y de frontera, sabemos que es una responsabilidad dura, porque vivimos la injusticia en nuestra propia vida y junto a otros jóvenes, lo que supone un desgaste físico y emocional, a la misma vez que un caudal de esperanza y de renovación para la Iglesia y para la sociedad. Estamos convencidos que evangelizar es entrega, servicio y amor incondicional; y que vivir en Cristo supone tocar, acariciar y empoderar a las personas más empobrecidas señalando las causas que provocan su empobrecimiento.
Por lo tanto, animamos a que, ¡Cuenten con nosotros! Somos jóvenes que queremos formar parte de la construcción de un mundo nuevo, donde cada persona tenga oportunidad de desarrollarse y vivir con la dignidad que Dios tiene soñada para cada uno de nosotros. Somos jóvenes, y no nos resignamos a ser generación ignorada y sobrante. ¡La juventud no podemos quedar al margen! Somos el presente, somos la alegría y la fuerza, somos la esperanza que empuja otro mundo posible.
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https://www.joc.es/web2/index.php/publicaciones/revista-jo/item/106-n-46-febrero-2019