A la Juventud Estudiante Católica también nos preocupa y nos duele que las mujeres nos veamos limitadas por el mero hecho de serlo. Queremos que nuestras aulas se conviertan en los laboratorios en los que ensayar una sociedad donde ninguna persona se sienta limitada por los estereotipos de género, que crezca sin sesgo y se desarrolle en la esfera privada y pública sin temor alguno. Queremos que el ámbito afectivo y del cuidado no sea exclusivo del género femenino, y el ámbito público y del éxito profesional del masculino. Entendemos que sólo esta educación con mayúsculas traerá consigo la prevención de la violencia y la discriminación por cuestión de género.
Como movimiento con vocación de trabajo y transformación dentro del ámbito estudiantil y educativo nos sentimos llamadas a la huelga feminista del próximo jueves 8 de marzo. La escuela, como entidad de peso en la transmisión de valores, comportamientos y espacio de socialización, tiene una responsabilidad fundamental en la construcción de una sociedad donde hombres y mujeres crezcan libres y cuenten con las mismas oportunidades para poder elegir y desarrollarse en equidad e igualdad social. Por ello apostamos por la coeducación en las aulas como modelo educativo, educando en común, en el respeto y en igualdad desde la diversidad.
También en la Universidad, espacio de histórica tradición de lucha por la igualdad de género, queda mucho camino por recorrer. Reivindicamos una apuesta por políticas estructurales de promoción de igualdad de género en todos los niveles del sistema educativo.
Esta llamada nos surge del Evangelio donde constatamos que el encuentro de Jesús con diferentes mujeres (La sirofenicia, la samaritana, la hemorroísa…) nos hablan de una dinámica de relación que subvierte los esquemas de un orden social, cultural, político y religioso que relega, margina y estigmatiza a las mujeres. Frente a eso, Jesús reconoce la dignidad y la igualdad de la mujer respecto al hombre y lucha por su empoderamiento y el ejercicio de su protagonismo en todas las facetas y dimensiones de la vida.
Nuestra Iglesia, si bien tiene un rostro fundamentalmente femenino tiene un camino que recorrer por que el protagonismo de la mujer y su desarrollo en los puestos sea una realidad.
Como grita el lema de la campaña de secundaria de la JEC para este curso 2017/2018:#NiRosaNiAzul #Violeta #8M
Más información: https://juventudestudiantecatolica.es/rosa-azul-violeta/
JEC: Ni rosa ni azul, violeta. Hacia la huelga feminista
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