Como miembro de una Asociación que tiene como Nota distintiva la Nota Laical, ¿qué retos crees que tiene hoy el laicado español y qué carencias?
Como bien diría nuestro consiliario del Foro de Laicos, Don Antonio Cartagena, el laico no puede ser aquel que está “al laíco” del cura. Y desde este sentimiento de responsabilidad y corresponsabilidad eclesial considero que hay que entender la labor del laicado español así como sus retos y carencias. Estoy convencida que la clave está en entender el laicado como el compromiso por parte de todos los bautizados de transformar el mundo a la luz del Evangelio. Y ante esto considero que se nos plantean tres retos:
• El primero sería algo tan sencillo y tan difícil a la vez como dar testimonio de vida evangélica allá donde estemos, en nuestros lugares de estudio, de trabajo, con la familia y amigos. Hacer de nuestra vida una verdadera misión.
• El segundo es avanzar en corresponsabilidad junto al clero, demostrando que podemos trabajar juntos con compromiso y responsabilidad formando una verdadera Iglesia unida. Esta corresponsabilidad entendida por parte de todos como una convicción más que como una necesidad por la falta de vocaciones a la vida consagrada.
• El tercer reto es seguir promoviendo la participación en la vida pública. Algunas asociaciones y movimientos parece que se trabaja casi en exclusiva a nivel interno con actividades y formaciones propias de la asociación o movimiento y nos olvidamos de compartir con otras realidades eclesiales y sociales. Para dar testimonio de nuestra vida de fe veo necesario utilizar todas las herramientas útiles que tenemos hoy en día a nuestro alrededor como las redes sociales (Facebook, twitter, Instagram, etc), plataformas sociales y civiles (Consejo de la Juventud de España y autonómicos) y plataformas eclesiales (Foro de Laicos, Delegación de Apostolado Seglar, etc). Entre las carencias destaco la formación de los laicos, no sólo a nivel litúrgico y bíblico sino también a nivel de laicado español. Son numerosas las formaciones que se realizan a nivel de diócesis y a nivel de distintos movimientos, pero en muchas ocasiones los laicos estamos sumidos en tantas actividades y servicios que se nos olvida que no se puede dar sin recibir. He de reconocer que yo misma, antes de entrar a formar parte de la Comisión Permanente del Foro de Laicos, documentos como CLIM (Cristianos laicos, Iglesia en el Mundo) era un gran desconocido para mí.
¿Qué te ha sido más satisfactorio en tu servicio prestado al Foro de Laicos?
Sin duda lo más satisfactorio en el servicio ha sido observar durante este tiempo la riqueza que aporta al Foro cada asociación y movimiento que lo formamos. Creo que en ese sentido el Foro ha avanzado mucho. Hemos aprendido que cada movimiento y asociación, desde su carisma, tiene mucho que aportar a la sociedad y a construir el Reino de Dios. Hemos aprendido que cada uno, desde su singularidad, somos parte de un todo, que todos vamos en la misma barca mirando a una misma dirección que es Cristo.
¿Crees que funciona la Comisión Permanente del Foro como organismo colegiado y plural? ¿qué destacarías de esta Comisión?
La verdad es que sí. La comisión, al estar compuesta por miembros elegidos por distintos movimientos y asociaciones da una riqueza a la marcha de la misma. En estos años he podido observar cómo en decisiones importantes todos hemos estado a una, pues nos hemos sentido una verdadera iglesia. Y ante otras decisiones, a pesar de las discrepancias siempre ha habido un clima de respeto por las opiniones de los demás y de aceptación ante las decisiones de la mayoría. Como parte de la comisión destacaría la grandeza humana de cada uno de sus miembros. Más allá de ser una comisión de trabajo que debíamos sacar adelante jornadas de reflexión, asambleas y comunicados de prensa, hemos sido una pequeña familia por la que nos hemos preocupado a nivel personal, profesional y familiar. Quiero agradecer desde aquí a Camino Cañón, que ha sido quien siempre desde la humildad y sencillez ha ido guiando a la Comisión.
¿Qué balance haces de tus años como Vocal de la Comisión Permanente del Foro de Laicos? ¿Qué te ha aportado a ti y qué crees que JMV ha aportado al Foro?
El balance de estos 5 años como Vocal de la Comisión Permanente ha sido tremendamente positivo. Han sido años de un compartir espiritual inmenso, de consensos y de compartir desde la fe. He de reconocer que los comienzos no fueron fáciles para mí. Al principio me sentía muy desubicada en la Comisión Permanente, pues los temas de los que se hablaban eran muy lejanos a mí. Se hablaba de documentos que desconocía y yo no hacía más que apuntar en mi libreta toda la nueva información que me llegaba (nombres de los nuevos obispos nombrados, nuevas modificaciones a nivel eclesial y un largo etc) que luego reunión tras reunión repasaba. Tenía la sensación de que podía aportar poco a la comisión. A pesar de esto, sabía que si Dios me había llamado a estar ahí por algo sería. Después de cada reunión mensual de los martes me iba a casa pensando… “Siervos inútiles somos, hemos hecho lo que debíamos hacer” (Lc 17,10). Supe ser paciente y pronto, poco a poco, fui encontrando mi lugar. He aprendido en estos años a poner los dones que Dios me ha dado al servicio del Foro y de la comisión en todo aquello que me han encomendado y a ser la voz de los jóvenes en la Iglesia. Para mí, estos años han sido un verdadero regalo de Dios, un enriquecimiento no sólo a nivel espiritual sino también a nivel personal. Como JMV hemos podido aportar nuestro carisma vicenciano a la comisión y al Foro, a través de las comunicaciones que hemos ofrecido en cada asamblea o jornadas de reflexión. Hemos tenido además la suerte y el regalo de participar en la comisión de jóvenes para preparar un panel para la Asamblea del Foro de Laicos Europeo del 2014 en Roma titulada “Futuro para los jóvenes en una perspectiva cristiana” a la que además pudo asistir Yancarlos Carrasco, actual Presidente internacional de JMV. Por otro lado, hemos puesto nuestro granito de arena en el avance que ha tenido el Foro a nivel de comunicación en redes sociales y a través de la nueva página web llevada a cabo junto con las secretarias técnicas, así como creando vídeos, folletos o todas aquellas herramientas más técnicas que la comisión nos ha solicitado. Por último también tuve la fortuna de representar a JMV en la XVI jornada diocesana de apostolado seglar el pasado 20 de febrero del 2016 en el panel de experiencias “Presencias evangelizadoras significativas en los diversos ambientes”, otra nueva experiencia que afianzó todavía más mi sentimiento de comunidad eclesial con otros movimientos y otras realidades eclesiales. Tan sólo me queda dar las gracias a Dios por este regalo que me ha dado durante estos años. Podéis contar con mi oración para la buena marcha de JMV así como de la nueva comisión del Foro de Laicos.
Información extraída de: La Revista JMV/DICIEMBRE 2016
JMV: En el adiós de Camino Cañón y Sonia Manzano
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