El Equipo Ejecutivo Nacional de la LOC/MTC, Movimiento de Trabajadores Cristianos de Portugal, y la Comisión Permanente de la HOAC, Hermandad Obrera de Acción Católica de España, Movimientos de Acción Católica especializada, se han reunido en Lisboa del 3 a 5 de febrero para debatir conjuntamente sobre la situación del mundo del trabajo y de la Iglesia en nuestros países, y sobre la vida y acción de ambos movimientos.
Constatamos que las dificultades por las que pasan las trabajadoras y trabajadores, dominado y globalizado por el sistema de producción y consumo, muestra que las situaciones de injusticia y desigualdad que sufren, junto con sus familias, y las preocupaciones por su futuro son semejantes en Portugal y España.
Las altas tasas de desempleo y el empleo precario alcanzan niveles que generan grandes preocupaciones en la actualidad y para el futuro. Las últimas reformas laborales han causado destrucción de empleo, inestabilidad laboral y retrocesos en la negociación colectiva, que también han dado lugar a recortes de salarios, al empeoramiento de las condiciones de trabajo, y a un mayor empobrecimiento de los trabajadores. Los salarios injustos, empujan a muchas personas a la pobreza, a pesar de trabajar, lo que les obliga a renunciar a una vida mínimamente digna. Miles de jóvenes cualificados en ambos países están emigrando, dejando su tierra, su familia, sus amigos, para buscar una vida mejor.
Quienes nos gobiernan no piensan en una sociedad basada en el ser humano. Las fuerzas que tienen poder e intereses, sacan provecho financiero de las personas y las sociedades, lo que tiene como consecuencia que los ricos sean más y más ricos, y los pobres sean más y más pobres.
” El salario de los trabajadores que han segado vuestros campos, fue defraudado por vosotros y clama al cielo” (Carta de Santiago 5, 4).
“La remuneración es el instrumento más importante para lograr justicia en las relaciones de trabajo. El “salario justo es el fruto legítimo del trabajo”, comete una grave injusticia quien lo niega o no lo da en el tiempo debido y en proporción equitativa al trabajo realizado ” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , n º 302).
En casi todos los sectores de la sociedad, los trabajadores y la población en general, han reaccionado de diferentes maneras, contra las medidas de austeridad, la privatización de los servicios públicos, los recortes en salarios y pensiones y la reducción de los derechos sociales.
Como ha dicho Francisco el Papa: ” Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. El ser humano es considerado como un producto de consumo que se puede usar y luego tirar ” (La alegría del Evangelio º 53 ) .
A pesar de este contexto social, marcado por la injusticia y el empobrecimiento, hay acontecimientos que nos hacen mantener viva la esperanza, y nos invitan a promover y desarrollar acciones en favor de la justicia. Cuando los trabajadores y los trabajadores se unen con un objetivo común, es posible contener los abusos del capital.
A partir de esta realidad constatada, desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, nos sentimos llamados, como Movimientos de Trabajadores Cristianos, a actuar:
– Como Iglesia tenemos que denunciar proféticamente las situaciones de injusticia laboral y social a nivel local, nacional e internacional, apoyando a las personas, así como sus procesos de toma de conciencia, participando en la construcción de una sociedad donde podamos vivir con dignidad y justicia. En ocasiones somos una Iglesia adormecida o sorda, que no consigue ser evangelizadora. Cuando escuchamos el clamor de los pobres, cuando asumimos su sufrimiento, haciéndolo nuestro, y luchamos por cambiar las situaciones injustas desde la dimensión política de la fe, somos una Iglesia pobre y para los pobres, una señal de esperanza para el mundo.
– Exigimos a nuestros gobiernos que coloquen como prioridad irrenunciable en su agenda política, la necesidad de fortalecer las redes de solidaridad para las personas necesitadas y la búsqueda de soluciones consensuadas para la creación de trabajo digno y justamente remunerado.
– Queremos que nuestra Iglesia y nuestra sociedad continúen apostando por formas de organización social y económica, más justas y humanas, en las que la persona sea lo primero, especialmente las familias más empobrecidas del mundo de trabajo.
Estos encuentros entre la LOC/MTC y la HOAC, fortalecen y animan la misión confiada por la Iglesia de nuestros países. Con el papa Francisco, decimos a nuestros compañeros y compañeras del mundo obrero y del trabajo: “No dejemos que nos roben la esperanza”.
Lisboa 5 de febrero de 2014
Equipa Executiva da LOC/MTC y Comisión Permanente de la HOAC
Extraido de: https://www.hoac.es/2014/02/05/comunicado-del-encuentro-bilateral-locmtc-y-hoac-es-posible-contener-los-atropellos-del-capital/