La Presidenta del Movimiento de los Focolares responde en un modo original y audaz a una serie de cuestiones sobre la mujer en la Iglesia. En diciembre aparecerá publicada en Ciudad Nueva; en Ciutat Nova lo hará el año próximo. Adelantamos una larga entrevista –concedida originalmente a la revista italiana Città Nova- en la que María Voce augura papeles más decisivos para las mujeres.
Durante la misma, Maria Voce constata la gravedad de un prejuicio: «La mujer es escasamente considerada en su contribución de pensamiento». Deduce que el trato y el estilo del papa Francisco son los resultados de «contactos profundos y auténticos con las mujeres» y espera que «se confíe en estos, hoy, para sacar lo mejor de las mujeres en la Iglesia». «La mujer debe ser reconocida primero como mujer, no como sacerdote u obispo, porque no es eso lo que nos interesa». «¿Una emancipación que tome espacios a los hombres? Sería un desastre para las mujeres». ¿Las mujeres sacerdotes? «Esto significaría un papel de servicio». ¿Y cuotas color rosa? «No me entusiasma para nada».
El cardenalato sería un título honorífico, mientras que para Maria Voce se requiere “entrar en los órganos de consulta, de pensamiento o de decisión”. Y llega a imaginar no un G8 «exclusivamente femenino, sino un órgano del tipo que sea en el que estén representados hombres y mujeres, porque cada uno posee su peculiaridad, y es esa peculiaridad la que es útil para la Iglesia». En realidad, «hace falta que todo el conjunto eclesial esté dispuesto a aceptar la autoridad moral de las mujeres allí donde se toman las decisiones más importantes de la Iglesia».