JUSTICIA Y PAZ: IGLESIA POR EL TRABAJO DECENTE URGE ” A CREAR EMPLEO DIGNO, SOSTENIBLE E INCLUSIVO”

Las entidades promotoras de ITD centrarán sus esfuerzos en 2021 en reclamar la adopción de políticas en favor de empleos decentes

Con el lema «Ahora más que nunca, trabajo decente», las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el trabajo decente centrarán sus esfuerzos, este año 2021, en señalar que ha llegado el momento de adoptar políticas y compromisos en favor de empleos dignos, sostenibles e inclusivos.

La pandemia ha agravado la ya difícil situación del mundo del trabajo y ha desvelado los límites del trabajo mercantilizado. El modelo de relaciones laborales actual no asegura a miles de trabajadores y de trabajadoras acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral o el confort energético, la participación social, etc.

 

Drama laboral

Más de seiscientas mil personas perdieron su empleo en 2020. Un drama que afecta a 3,7 millones de personas. Con mayor intensidad entre las mujeres y los jóvenes. La tasa de paro femenina es del 18,3%, frente al 14,2% de la masculina, mientras que tres de cada cuatro empleos a tiempo parcial son ocupados por mujeres (74,4%). El desempleo juvenil en menores de 25 años en España ya es del 39,6%, mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en torno al 15,7% (EPA 2020).

El total de ingresos de las personas asalariadas ha caído un 12,7% (1r semestre 2020), debido a la reducción de las horas trabajadas y las pérdidas de empleo. Llama la atención que el 16% de los trabajadores reciba una remuneración por debajo del salario mínimo (OIT).

Especialmente intensas son las consecuencias para la población más vulnerable, que tiene ocho veces más paro que el resto, presentando un índice de desempleo del 73% y un acceso al trabajo precario y discontinuo. Hay 7,8 millones de personas (el 16% de las familias) en hogares donde el sustentador principal carece de un mínimo de estabilidad en el empleo, sin olvidar que 615.000 personas tienen que conformarse con vivir de la economía informal (FOESSA). Continúa

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