HOAC Y JOC: Trabajando por la igualdad. Aportando esperanza

Trabajando por la igualdad. Aportando esperanza

Manifiesto 8 de marzo • Día Internacional de la Mujer Trabajadora • Hermandad Obrera de Acción Católica • Juventud Obrera Cristiana.

«Como mujer, siento que lo tenemos aún más difícil para que se reconozca nuestro protagonismo en la sociedad. Lo veo en nuestras madres a las que en muchas ocasiones se les exige una doble jornada (en la oficina y en casa); en una brecha salarial entre ambos sexos que sigue aumentando en pleno siglo XXI; y en todos los abusos que nos encontramos como trabajadoras precarias, poniendo especial énfasis en las mujeres migrantes que desempeñan una labor de cuidados» (Alba, 25 años).

Con Alba y con todas las mujeres y hombres que sueñan y luchan por la igualdad y la justicia, celebramos el 8 de marzo el Día de la Mujer Trabajadora. Una fecha que, desde 1911, simboliza la lucha de las mujeres trabajadoras por el reconocimiento de su dignidad, una lucha en la que, hoy más que nunca, nos tenemos que implicar mujeres y hombres.

El trabajo es el medio imprescindible de realización de la propia vocación, el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas, la construcción de la vida social y política. Si falta el trabajo, la dignidad humana está herida. Hoy la dignidad de la mujer trabajadora sigue estando herida:

• Porque sigue cobrando menos por igual trabajo que los hombres: un 8,9% inferior en menores de 25 años y hasta un 25,9% menos entre 55 y 64 años.
• Porque hay más mujeres en paro que hombres (según EPA 2015, 2.391.900 son mujeres desempleadas y 2.387.600 hombres).
• Porque en torno al 80% del total de la población activa femenina que es asalariada trabaja a tiempo parcial.
• Porque la violencia de género está lejos de desaparecer: 11 mujeres asesinadas en lo que va de año, son la punta del iceberg de este enorme problema social.
• Porque los mensajes que desde los medios de comunicación, el arte y la cultura se emiten, perpetúan los roles tradicionales de desigualdad.

Desde la JOC y la HOAC queremos denunciar las causas estructurales que dan lugar a estas situaciones. Identificamos como las principales:

• Un sistema económico en el que prima el crecimiento del capital y el beneficio sobre cualquier otro criterio que tenga en cuenta la dignidad de las personas, el bienestar de mujeres y hombres, familias y pueblos.
• El déficit democrático existente, las políticas neoliberales impuestas por los organismos internacionales que, exigiendo recortes presupuestarios de los servicios públicos y de las prestaciones sociales han producido un empobrecimiento de la población especialmente de las mujeres.
• La precariedad del trabajo y la de las condiciones de vida de las personas, en especial de las mujeres: salario, derechos y conciliación. La inseguridad pone en serio riesgo el derecho a la maternidad y al cuidado de la vida.
• La orientación mercantilista e inmoral que se está dando al trabajo humano, está produciendo la ruptura de los tiempos de vida (personal, familiar, social…) lo que dificulta gravemente la vivencia y realización de los derechos de las personas y dificultando el desarrollo de su humanidad.
• En nuestra sociedad los trabajos de cuidados recaen principalmente en las mujeres, dificultando y precarizando el acceso al empleo de las mujeres.

Esto se produce en un contexto global en el que el papel de la mujer en la sociedad y en el ámbito del trabajo, la familia y la política tiene dificultades de acceso a la igualdad de oportunidades.

Por todo esto, la HOAC y la JOC proponemos un cambio desde la raíz y a todos los niveles:

• Un cambio de paradigma cultural, educativo, social, político y económico que ponga en el centro el cuidado de la vida de las personas, especialmente de los que más sufren las consecuencias de este sistema.
• Un cambio en la aplicación de las políticas de igualdad que permita el justo reconocimiento social de la mujer y produzca un cambio de valores y parámetros que supere la visión del trabajo como mero factor productivo, favoreciendo su empoderamiento y protagonismo en la sociedad.
• Una orientación del trabajo humano que respete la inalienable dignidad del ser humano y el derecho a realizar la propia vocación, y un trabajo decente que posibilite la conciliación de la vida laboral y familiar de las personas
• El cumplimiento, por las empresas, de las normas legales sobre duración de la jornada laboral y horas extraordinarias, los períodos mínimos de descanso entre dos jornadas de trabajo.
• Una mayor implicación en el cambio de paradigma político, económico, social y cultural que haga posible el cuidado de la vida, y un acompañamiento de las mujeres trabajadoras que sufren.

Como Iglesia en el mundo del trabajo, nos sentimos llamados y llamadas a celebrar, reivindicar, reconocer, animar y acompañar este 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora.

«Por eso trabajadora, mujer, joven, soñadora, te escribo para romper con esta situación. Para que con nuestra fuerza nos hagamos oír y gritemos ¡Basta ya! ¡Esto no es normal! Por eso todos los días son 8 de marzo, ¡levántate y lucha conmigo! Sigamos aportando esperanza junto a todas las mujeres» (Alba).

Véase: https://www.hoac.es/2016/03/04/8m2016-trabajando-por-la-igualdad-aportando-esperanza/

 

JOC: La Juventud Obrera Cristiana denuncia la inestabilidad vital que sufren los jóvenes

“Manifiesto

La Juventud Obrera Cristiana (JOC) empezamos hace un año la Campaña “LUCHEMOS EL
PRESENTE PARA GANAR EL FUTURO”. Esta campaña surge como resultado de una reflexión de
todo el movimiento sobre la realidad de las/os jóvenes, contemplando nuestras vidas y las vidas de
aquellas/os jóvenes que nos rodean. Con ella pretendemos analizar la realidad juvenil, descubrir los
sentimientos que nos provoca como jóvenes, no normalizar situaciones de precariedad, poner
acento en lo colectivo como alternativa y camino de resistencia, todo ello desde una mirada creyente
y esperanzada con la que transformemos esa realidad injusta.

Constatamos que la realidad nos impide tener un proyecto de vida estable en el presente, y nos
hace difícil soñar con un futuro. Nos encontramos sin presente, y también sin futuro; es la hora de
luchar. Como Jóvenes Obreros y Cristianos sentimos que nuestro compromiso es actuar sobre
aquellas injusticias que nos oprimen, que nos precarizan, que rompen nuestras perspectivas de
futuro imposibilitándonos desarrollar nuestro proyecto de persona.

Durante todo este curso las/os militantes de la JOC, desde nuestras federaciones y zonas repartidas
por el país nos hemos puesto en acción. Diferentes medios y actividades que nos han hecho
acercarnos a las/os jóvenes y conocer qué vivencia y sentimientos provoca esta realidad.

Durante la etapa del VER hemos constatado que:

  • Las/os jóvenes nos encontramos perdidas/os ante tanta incertidumbre. Nos cuesta
    encontrar un camino de luz dentro de toda esta dura realidad. Encontramos una grave
    inestabilidad vital, tanto en nosotras/os como en las/os jóvenes que nos rodean.
  • Las reformas educativas excluyen a las/os jóvenes del mundo obrero al acceso de
    estudiar. Las subidas de tasas y eliminación de becas provocan que sólo la élite pueda
    formarse y desarrollarse.
  • No encontramos un ocio realmente alternativo al basado en el consumo, sea éste
    material o de experiencias. Existen pocos espacios públicos adaptados a las necesidades
    lúdicas de las/os jóvenes (juegos, música, pintura, cultura, baile, lectura…).
  • Toda esta lucha por sobrevivir basada en la competitividad está potenciando de forma
    directa la violencia simbólica: homofobia y racismo en el instituto o la universidad, en el
    trabajo, a la hora del reparto de los recursos de servicios sociales; machismo en casa, en
    las aulas, en la pareja…
  • El trabajo no es un derecho, es un privilegio precarizado. Como dice el Papa Francisco,
    “Sois una generación que no tiene la experiencia de la dignidad generada por el trabajo”.
    Encontramos trabajos precarios, temporales, no acordes a la formación y capacidades
    desarrolladas de la persona. La ausencia del trabajo provoca desestabilidad en las/os
    jóvenes.
  • Muchos jóvenes nos sentimos forzados a emigrar de nuestra tierra, a otra ciudad o a otro
    país. Nos sentimos obligados a aceptar cualquier trabajo, cualquier condición a costa de estar lejos de nuestra familia, amigos, pareja.
  • Nuestro acceso a la vivienda es tardío o imposible, con lo que todo se retrasa: la emancipación, ser autónomas/os en nuestras vidas, vivir en pareja, formar una familia. Como consecuencia, sentimos que nuestros procesos vitales se rompen.
  • Esta dura realidad nos va anulando, anula nuestra capacidad de pensar, reflexionar, cuestionar, identificar a los verdaderos responsables de esta situación, nos sentimos impotentes, inmóviles, indefensas/os ante este sistema atroz.
  • Estos últimos cuatro años han sido los más duros respecto a pérdida de derechos sociales, siendo las y los jóvenes de los colectivos más vulnerables. Hemos descubierto realidades realmente dramáticas y desesperantes, de familias rotas, hundidas ante tanta deshumanización.

Sin embargo esta situación no nos bloquea. “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.” (Corintios 2,4, 8-10) En este momento nos reafirmamos en nuestras convicciones más profundas como cristianos que creen en la trasformación de la realidad. La JOC nos situamos a lado del necesitado, del excluido, del humillado, del joven empobrecido o precarizado y manifestamos la necesidad de dar respuestas colectivas.

A partir de este momento comenzamos la 2º etapa, el JUZGAR, en la que reflexionaremos sobre cómo dar respuesta a estas realidades desde el Evangelio y desde nuestra condición de jóvenes trabajadores para después pasar a la acción y trasformar una realidad que nos parece imposible. En este camino, hemos conocido a muchas personas, hemos intercambiado palabras de apoyo, nos hemos dejado tocar por la vida, hemos aprendido en definitiva que en los tiempos en los que la tristeza es un mandato imperativo, la alegría de encontrarnos es la más bonita forma de desobediencia.

Por ello nos reafirmamos en la necesidad de que como jóvenes LUCHEMOS EL PRESENTE, PARA GANAR EL FUTURO.”

HOAC y JOC: Comunicado 1 de mayo de 2015 • Día internacional del trabajo

En twitter #1mayoTrabajoDigno

Celebramos un año más el 1º de mayo, día festivo y reivindicativo para el movimiento obrero en todo el mundo, y día también de celebración en nuestra Iglesia, fiesta de San José Obrero, trabajador que nos mostró la dignidad de ser un obrero, herencia que compartió con el propio Jesús.

Para la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), movimientos de militantes obreros cristianos, este día es especial por doble motivo. Como trabajadores, porque lo celebramos codo con codo con nuestros hermanospara que se realice de una vez la dignidad que no vemos reconocida, y como cristianos, porque en Jesús obrero tenemos el mejor fundamento de poder conseguir la utopía que anhelamos: una sociedad de hermanos donde todos y todas podamos tener un trabajo digno que nos permita nuestro sostenimiento y el de nuestras familias, nuestra realización personal y nuestra contribución a esa sociedad mejor (CV, 63).

Celebramos este 1º de mayo MIRANDO AL PASADO. Esta fiesta nació a finales del siglo XIX, en París. Se concibió como jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a aquellas y aquellos que murieron por reivindicar los tres 8 –8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 para la relación social– y marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial, de manera que el 1 de mayo quedó consagrado como día para manifestar la inalienable dignidad del trabajador frente al capital. Hoy nos seguimos preguntando ¿cuántas movilizaciones seguirán siendo necesarias para que se acaben aceptando las más justas reivindicaciones del mundo del trabajo? ¿Cuántas más para que recobremos la conciencia de la dignidad de las personas como lo más sagrado?

La Iglesia hemos ido acompañando a lo largo de la historia los procesos de cambio, intentando iluminar desde la fe los acontecimientos y la realidad social cambiante. Quizá muchas veces con nuestras sombras, en forma de tibieza, de confusión o de diagnósticos equivocados. A la vez también, con indiscutibles llamadas y manifestaciones en defensa de la dignidad de las personas: “Cuando la vida social –también el trabajo- pone en el centro al dinero, y no a la persona, negamos la primacía del ser humano sobre las cosas, negamos la primacía de Dios” (EG 55).

Hoy nos encontramos con graves situaciones de desempleo, desigualdad, pobreza y precariedad, en todo el mundo. Son signo y consecuencia de una forma de hacer y funcionar en la que la lógica prevalente es la del dinero, no la de procurar garantizar el bien-ser o bien-vivir de todas las personas.

El último informe Foessa indica cómo la crisis está causando un riesgo de falta de cohesión social en España que se ha fundamentado en estos últimos años en el incremento de la desigualdad, el aumento del desempleo, el descenso de los sistemas de protección social, el desgaste de los mecanismos de protección familiar, las desigualdades territoriales y las dificultades recaudatorias, debidas a la economía sumergida y el fraude fiscal.

Cuando observamos esta realidad, no podemos olvidar, como dice el Papa Francisco, que“el desempleo es consecuencia de un sistema globalizado en el cual el dinero es el ídolo y el único que manda”, o que “se descarta a los jóvenes y a los ancianos”.

No vivimos tiempos de recuperación laboral y social en nuestro país cuando:

■ Hay más de 12 millones de pobres, mientras que la riqueza de los más ricos sigue aumentando.
■ Persisten tasas desempleo superiores al 23%, y la precariedad laboral es cada vez mayor.
■ El 90% de los empleos creados en los últimos años son temporales, y muchos a tiempo parcial
■ Los trabajadores pobres superan ya el 12%.
■ En 1.700.000 familias, ninguno de su miembros tiene empleo y más de 700.000 no tienen ningún ingreso.
■ Más de la mitad de los desempleados (55,71%) ya no cobra ningún tipo de prestación.
■ Los desahucios siguen siendo una lacra para tantas familias arruinadas. Según el INE, fueron 184 al día en 2013, y se incrementaron un 7,8% en 2014.
■ La mitad de los y las jóvenes están en desempleo, muchos abocados a la emigración forzosa, ocupando puestos de cualificación inferior a su nivel de estudios…
■ Las personas inmigrantes engrosan la bolsa de la economía sumergida y tienen los peores salarios.
■ La brecha salarial entre ambos sexos sigue aumentando, (…)

Esta situación, estos datos, son fuente de indignación y de dolor. También son una llamada a nuestra conciencia. No se puede construir un mundo que camine hacia la igualdad y la justicia desde las premisas sobre las que funciona nuestra economía nacional e internacional, nuestras relaciones laborales, nuestro funcionamiento social. No hay remedio si no empezamos a poner a las personas y a las familias, especialmente a las más empobrecidas y castigadas, en el centro. Por eso queremos LUCHAR EL PRESENTE, tratando de ser alza-voz del sufrimiento y las esperanzas de tantas personas trabajadoras y sus familias “He oído el clamor de mi pueblo” (Ex 6,5)

En el mundo obrero y del trabajo necesitamos que se promuevan políticas:

■ que recuperen el sentido humano del trabajo,
■ que promuevan trabajo digno,
■ que pongan sus objetivos en erradicar la pobreza y la desigualdad,
■ que fomenten una verdadera participación ciudadana,
■ que defiendan los derechos sociales como un deber de justicia,
■ que defiendan la vida en todas sus etapas.

Ante esta situación recordamos las recientes palabras del Papa Francisco: “No es suficiente con que los pobres recojan migajas que caen de la mesa de los ricos, hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa, además de servicios públicos como salud, educación, seguridad o medio ambiente, de los que ningún ser humano debería quedar excluido (…). Mientras no se logre una distribución equitativa de la riqueza, no se lograrán resolver los males de la humanidad”. (Acto inaugural de la VII Cumbre de las Américas).

Y como seguidores de Jesús de Nazaret en su Iglesia y como testigos de la resurrección,anunciamos la esperanza como programa de acción. Esperanza que nos ayude a cambiar la manera de sentir, pensar y actuar, superando los viejos planteamientos capitalistas del beneficio como único motor posible de la historia, para ir alumbrando yCONSTRUYENDO EL FUTURO, como ya ocurre en muchas partes, alternativas que vayan generando una nueva realidad desde la dignidad y la fraternidad donde la persona sea lo primero.

Comunicado 8 de marzo de 2015 – JOC y HOAC -: Mujeres dignas, mujeres trabajadoras #hartasdeprecariedad

Hoy, 8 de marzo de 2015, 104 años después de celebrarse por primera vez el día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos encontramos ante la necesidad de seguir reivindicando la igualdad y la no discriminación de la mujer en los distintos ámbitos de la sociedad, y especialmente en el mundo del trabajo.

Tal y como hicieron tantas mujeres durante todos estos años sigue siendo necesario hoy día luchar contra la injusticia, la  precariedad y la discriminación en el trabajo, sin el cual no podremos desarrollar una vida digna. El fuerte incremento del desempleo y los recortes en políticas públicas, en prestaciones y en servicios sociales de estos últimos años, han generado más desigualdad social y han hecho aumentar la pobreza en nuestro país.

A lo anterior se suma que no se han producido avances significativos en las distintas dimensiones de la igualdad entre varones y mujeres. Si bien las distancias han disminuido en tasas de paro, tasas de ocupación y de actividad, no es menos cierto que las diferencias siguen existiendo y que el acercamiento no ha sido por mejora de la situación de las mujeres sino por empeoramiento de la de los varones.

A la vez, los datos más recientes indican que, con diferencia, la mayor parte de los empleos creados en el último año han sido ocupados por varones, así como que la brecha salarial entre ambos sexos sigue aumentando hasta alcanzar cifras récord.

  • – Según la OIT, las tasas de desempleo de las mujeres son más altas que las de los hombres a escala mundial, y no se prevén mejoras en los próximos años.
  • – España se sitúa como 2º país de la UE con mayor tasa de desempleo. Según la EPA, 2014 cierra con una tasa de paro del 23,7% en total, siendo la tasa de paro femenino un 24,7%. Así mismo, respecto al desempleo juvenil femenino, se sitúa en un 52,1% en el caso de menores de 25 años ; y en un 22,7% si hablamos de mayores de 25 .
  • – En cuanto al desempleo entre las mujeres, según la EPA, se ha reducido en 192.800. Ahora bien, llama la atención que, durante la crisis, se está produciendo un incremento del volumen de personas que teniendo trabajo se sitúan por debajo del umbral de la pobreza. De ello tienen una larga experiencia las mujeres trabajadoras. Una de las causas del empobrecimiento de las mujeres asalariadas sigue siendo el resultado de la concentración de su actividad en ocupaciones con salarios más bajos. Además de desempeñar trabajos precarios y con peores condiciones laborales.
  • – Otra modalidad de empleo que afecta negativamente a las mujeres es la jornada a tiempo parcial. Esta, que se viene incentivando desde los poderes públicos y empresariales como una pretendida fórmula de conciliación familiar, supone en muchos casos menores ingresos, dificultades en el desarrollo de la carrera profesional y menor protección social. A todo estolos cuidados siguen recayendo fundamentalmente en la mujer, por lo que aún debe soportar la doble carga de trabajo (en el ámbito productivo y doméstico).

El Papa Francisco nos acaba de recordar que “la Iglesia es mujer” pero insiste: todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque «el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral» y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales”. (EG, 103)

Desde la JOC (Juventud Obrera Cristiana) y la HOAC (Hermandad obrera de Acción Católica), movimientos eclesiales de Acción Católica para la evangelización del mundo obrero, vemos necesario seguir defendiendo y promoviendo la dignidad de la mujer así como seguir denunciando este sistema injusto de raíz, creador de esta terrible desigualdad social.

Expresamos nuestro compromiso de seguir trabajando para superar las diferencias vergonzosas que hoy siguen persistiendo. Y lo haremos denunciando cualquier tipo de discriminación contra las mujeres y promoviendo y aportando “criterios y modalidades nuevas a fin de que las mujeres se sientan no huéspedes, sino plenamente protagonistas de los diversos ámbitos de la vida social y de la Iglesia” (Audiencia a participantes de la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura. 7 de febrero 2015)

Al mismo tiempo, convocamos a toda la sociedad, a las organizaciones e instituciones y a la propia iglesia para que posibilitemos y hagamos viable la igualdad, mediante el reconocimiento efectivo del papel de la mujer y su protagonismo decidido tanto en la sociedad como en la iglesia. Sigamos aportando esperanza junto a todas las mujeres.

BEATIFICACION DE JOSEPH CARDIJN, FUNDADOR DE LA JOC

Hoy, 13 de Noviembre, se celebra el día internacional de la JOC (CIJOC) y el aniversario del nacimiento de Joseph Cardijn (13 de Noviembre de 1882 – 24 de julio de 1967), quien intuyó la JOC como instrumento de liberación para todos los jóvenes del Mundo Obrero y la universalidad del mensaje de Jesús.

A comienzos de este año 2014, el 16 de enero, comenzó el proceso de beatificación del cardenal Joseph Cardijn, fundador de la Juventud Obrera Cristiana (JOC). El arzobispo de Malinas-Bruselas, Mons. André. Léonard, abrió oficialmente este proceso eclesiástico para analizar las virtudes del cardenal.

JOSEPH CARDIJN: EVANGELIZADOR DE LOS JÓVENES DEL MUNDO OBRERO.

Nacido en 1882 en una familia obrera en Schaerbeek (Bélgica), quedó marcado por los problemas vividos por los trabajadores en la época de la industrialización. En ese contexto social y eclesial Cardijn fue un profundo creyente que optó por los explotados y pobres, tuvo fe en los humildes y luchó por la justicia y la dignidad desde el trabajo. Fue un “profeta” de la modernidad: apostó por una Iglesia más al servicio del mundo, donde los laicos asumen su papel y se comprometen en la construcción de una sociedad más justa

La Juventud Obrera Cristiana (JOC) fundada por Cardijn en 1925, es, desde hace noventa años, un cauce –un don de Dios- en la evangelización y maduración integral de muchos jóvenes del mundo obrero; la JOC les ayuda a encontrarse con Jesucristo, a descubrir su vocación y dignidad personal, a comprometerse en la construcción de un mundo más justo, y a ser evangelizadores de los jóvenes de su entorno.

Joseph Cardijn fue uno de los principales  promotores del compromiso social de la Iglesia al comienzo del s. XX. Falleció al poco de concluir el Concilio Vaticano II, a los 84 años, y está enterrado en la Iglesia de Nuestra Señora de Laeken (Bruselas. Bélgica).

 

LA APORTACIÓN DE  JOSEPH CARDIJN A LA IGLESIA.

Cardijn no fue un intelectual que sistematizó su pensamiento; su aportación es su vida como pastor, pedagogo, misionero, sacerdote, y su obra y acción pastoral, la JOC; ejerció un influjo importante en el apostolado Seglar, la Acción Católica, la pedagogía de la fe y la espiritualidad seglar.

 

  • Fue un sacerdote de profunda espiritualidad centrada en Jesucristo.
  • Fue siempre un hombre de Iglesia, al servicio de la evangelización de los pobres, de los jóvenes trabajadores.
  • Dedicó su vida a la defensa de la dignidad humana:. “Los jóvenes trabajadores no son esclavos, ni bestias de carga, ni máquinas, sino personas e hijos de Dios”.
  • Colaboró decisivamente en el despertar de la conciencia social de los cristianos y el compromiso por la justicia.
  • Apostó por el protagonismo de los seglares en la Iglesia. “Los jóvenes trabajadores han de ser los evangelizadores de sus propios compañeros”, y
  • Defendió la presencia en medio de la masa, la pastoral de ambientes. Cardijn recoge y desarrolla esta gran intuición evangélica: encarnarse, actuar desde dentro, desde el corazón de la masa, ser uno de tantos, vivir la fe en medio de la gente… “ser levadura en medio de la masa” para transformarla. Un estilo humilde, sencillo y evangélico de hacer la misión.
  • Aportó la Revisión de vida que ha sido asumida, vivida y enriquecida por muchos otros grupos, movimientos y comunidades. A través del método “ver, juzgar-actuar”, ha ayudado a muchos jóvenes a reflexionar sobre su vida desde la fe. Hoy la Revisión de Vida es un método planamente acogido en la Iglesia.

 

Para la JOC, el proceso iniciado de beatificación  de Joseph Cardijn  es motivo de alegría y de gratitud a Dios, al ver que la Iglesia quiere reconocer y valorar la persona de Joseph Cardijn y  su propuesta evangelizadora, la JOC.

Muchas de estas ideas e insistencias de J. Cardijn las vemos expresadas hoy en las palabras, llamadas, propuestas del Papa Francisco:  partir de la vida, salir a las periferias, la opción por los pobres, Iglesia en misión y en salida, la dignidad sagrada de los trabajadores a menudo despreciada, el trabajo decente, la cercanía al pobre concreto, al que sufre… y sobre todo las palabras de esperanza  dirigidas a los jóvenes trabajadores que viven situaciones de precariedad. “Esta es la precariedad; pero después hay otra palabra: la esperanza. De modo que con la fuerza del Evangelio –les dice el Papa- seréis testigos de la esperanza en medio de la precariedad.”

13 de noviembre de 2014

Secretariado General de la JOC de España

La HOAC y la JOC acuden a Roma al encuentro del Papa Francisco con Movimientos Populares de todo el mundo

En el Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el que ha participado la JOC a través de su coordinadora Internacional, el Papa Francisco ha pedido tierra para los campesinos, casas para las familias y derechos para los trabajadores.

“Este encuentro nuestro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado… tienen los pies en el barro y las manos en la carne. ¡Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha! Queremos que se escuche su voz que, en general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda, tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman, pero sin su presencia, sin ir realmente a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino de la idea, es mi proyecto. (Deldiscurso del Papa Francisco a los participantes en el encuentro Mundial de Movimientos Populares).

consiliario-hoac-papaEl Foro ha sido convocado por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, con el apoyo explícito del papa Francisco, para «conocer la realidad de hoy». Junto a Amélie Peyrard, presidenta de la coordinadora internacional de la JOC (CIJOC), también han asistido desde España Charo Castelló, copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Mª Carmen Picón en representación de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), y Joaquín Sánchez, consiliario de la HOAC de Murcia y miembro del colectivo “En el nombre de Dios, ¡basta ya de desahuciar a las familias”

También puedes PINCHAR AQUÍ para ver a  Amélie Peyrard, la presidenta de la Coordinadora Internacional de la JOC (CIJOC), en la TV2000 en Diario del Papa Francisco, con motivo del encuentro de movimientos populares.

 

Comunicado de prensa  de los Movimientos Populares. 

27, 28 y 29 de Octubre de 2014

Publicado en: víacampesina.org

Encuentro Mov populares2Diversos movimientos representativos de los más postergados y excluidos, junto al Pontificio Consejo Justicia y Paz y la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, con el apoyo explícito del Papa Francisco, impulsamos el Encuentro Mundial de Movimiento Popular que se celebra del 27 al 29 octubre de 2014.

Nos alegra enormemente la posibilidad de hacer oír la voz, de darle visibilidad a los excluidos en el mismísimo Vaticano. Le agradecemos profundamente al Papa Francisco esta posibilidad, una nueva muestra de su permanente acompañamiento y cercanía no sólo hacia los que sufrimos la injusticia sino también hacia los que nos organizamos y luchamos contra ella.

El Encuentro está destinado principalmente a las organizaciones y movimientos de los excluidos. Han participado unos 100 delegados de diferente procedencia, que reúnen a: a) los trabajadores precarizados, temporales, migrantes, y los que participan en el sector popular, informal y/o de autogestión, sin protección legal, reconocimiento sindical ni derechos laborales; b) campesinos sin tierra y los pueblos indígenas o las personas en riesgo de ser expulsadas del campo a causa de la especulación agrícola y la violencia; c) las personas que viven en los suburbios y asentamientos informales, los marginados, los desalojados, los olvidados, sin infraestructura urbana adecuada. Asimismo, han participado organizaciones sindicales, sociales y de derechos humanos que han acompañado los procesos de organización y lucha de los mencionados sectores.

Varios obispos y otros trabajadores de la Iglesia de varios países han estado también invitados, con el fin de estimular el diálogo y la colaboración con la Iglesia. La reunión se ha llevado a cabo en español, francés, inglés, italiano y portugués.

El encuentro concluirá con la promoción de una instancia internacional de coordinación entre los movimientos populares con el apoyo y colaboración de la Iglesia.

El trabajo durante los tres días estaba dividido en:

a) El objetivo del primer día: conocer la realidad de hoy, las luchas y los pensamientos de los movimientos populares.

b) El objetivo del segundo día: apreciar la enseñanza del Papa Francisco sobre la forma de avanzar juntos hacia un auténtico desarrollo humano integral.

c) El tercer y último día: construir y asumir  compromisos concretos para coordinar las organizaciones de los excluidos y su colaboración con la Iglesia.

Los objetivos centrales han sido:

  • Compartir el pensamiento social de Francisco, en especial los elementos que aporta en su Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio” y debatirlo desde la perspectiva de los movimientos populares.
  • Elaborar una síntesis de la visión de los movimientos populares en torno a las causas de la creciente desigualdad social y el aumento de la exclusión en todo el mundo, fundamentalmente la exclusión de la tierra, el trabajo y el techo.
  • Reflexionar colectivamente sobre las experiencias organizativas de los movimientos populares como formas de solución para las mencionadas injusticias poniendo en debate nuestras prácticas, formas de interacción con las instituciones y perspectivas futuras.
  • Proponer alternativas populares para enfrentar los problemas –guerra, desplazamientos, hambre, miseria, desempleo, precarización, exclusión- que genera el capitalismo financiero, la prepotencia militar y el inmenso poder de las transnacionales desde el punto de vista de los pobres y los pueblos pobres, con la perspectiva de construir una sociedad pacífica, libre y justa.
  • Discutir la relación de los Movimientos Populares con la Iglesia, y cómo avanzar en la creación de una instancia de articulación y colaboración permanente.

Encuentro Mov populares

Extraído de: https://www.joc.es/web/index.php?option=com_k2&view=item&id=264%3Ala-joc-acude-a-roma-al-encuentro-del-papa-con-movimientos-populares-de-todo-el-mundo

PARTICIPACIÓN EN EL COMUNICADO DE LA JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE: EL MUNDO DEL TRABAJO NECESITA LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO.

Ante la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, el día 7 de octubre, estas palabras recientemente pronunciadas por el Papa Francisco, adquieren un profundo significado y una llamada a toda la Iglesia y a toda la sociedad:

“Es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos, y que su principal valor es el bien de la persona humana, ya que la realiza como tal, con sus actitudes y sus capacidades intelectuales, creativas y manuales. De esto se deriva que el trabajo no tenga sólo un fin económico y de beneficios, sino ante todo un fin que atañe al hombre y a su dignidad. ¡Y si no hay trabajo esa dignidad está herida!”. (A los dirigentes y obreros de las fábricas de acero de Terni, 20 de marzo de 2014)

El problema es no llevar el pan a la casa, esto quita la dignidad. El problema más grave es la dignidad por esto tenemos que trabajar y defender la dignidad que nos da el trabajo”. (Encuentro con trabajadores y estudiantes del sector de la industria. Molise, 5 de julio 2014).

Estamos inmersos en una realidad que ha sufrido y está sufriendo profundas transformaciones en todos los ámbitos de la vida de las personas. Una de las mayores es la manera de entender y organizar el trabajo humano. La forma en que hoy se organiza el trabajo no es compatible con la vida digna a la que estamos llamados.

Tener o no trabajo, tener un salario suficiente para poder vivir, realizar el trabajo en condiciones dignas o no, son condiciones que posibilitan el crecimiento y el desarrollo de las personas o lo impiden.

Basta ilustrar esta realidad con algunos datos en el ámbito mundial:

  • más de doscientos millones de mujeres y hombres están desempleados.
  • casi mil millones de mujeres y hombres trabajan, pero sus ingresos no les permiten superar el umbral de la pobreza de los 2 dólares al día por persona en sus hogares.
  • más de doscientos millones de niñas y niños se ven obligados a trabajar en condiciones infrahumanas o de explotación.
  • el desempleo de los jóvenes alcanza niveles alarmantes en muchos países del sur de Europa y África.
  • se da de hecho una mercantilización e instrumentalización del trabajo y la negación práctica del derecho al mismo para millones de personas.

Si descendemos a nuestro país:

  • más de 5,6 millones de desempleados/as (EPA, 2º trimestre 2014)
  • más de 1.300.000 familias donde ninguno de sus miembros percibe ningún tipo de ingreso.
  • hoy de hecho, se puede tener trabajo y ser pobre.
  • las sucesivas reformas laborales han contribuido a la precarización del trabajo y a extenderla a todos los sectores de producción.
  • se han reducido enormemente los derechos laborales que tantos esfuerzos y luchas costaron a las trabajadoras y los trabajadores.
  • se han incrementado la pobreza y, mucho más que en el resto de los países de la UE, la desigualdad entre ricos y pobres.

Desde el año 1999, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con participación de gobiernos, y asociaciones empresarias y sindicales, impulsa el objetivo de lograr un trabajo decente como elemento fundamental para combatir el empobrecimiento y como camino hacia una sociedad decente, más justa y humana.

También la Iglesia, desde la Doctrina Social (DSI), llama la atención y promueve que se impulse el trabajo decente. Movimientos de creyentes, como el  MMTC (Movimiento Mundial de trabajadores cristianos), Caritas Internacionalis, Iustitia y Pax, Pax Romana y cientos de otros grupos representativos de congregaciones, asociaciones y movimientos, han hecho suya esta reivindicación como símbolo de la lucha contra el desempleo, la subocupación y la precariedad laboral.

También en nuestro país somos muchas las personas y organizaciones que nos preguntamos¿qué está pasando con el ser humano, con el trabajo y con la sociedad que se está configurando?

Organizaciones sociales como sindicatos, asociaciones de todo tipo, asambleas de parados… organizaciones eclesiales como parroquias, comunidades, Cáritas, Justicia y Paz, y movimientos apostólicos…  estamos trabajando por construir un nuevo mundo donde el trabajo decente sea una prioridad que nos permita vivir con dignidad, construir nuestra humanidad y crear lazos sociales  tan necesarios para construir la fraternidad universal.

Como iglesia no podemos permanecer callados y pasivos cuando las condiciones sociales dificultan que el ser humano pueda vivir con arreglo a su dignidad de hijo de Dios.

Nuestra preocupación por la vida humana, y especialmente por los pobres en los que vemos a Jesucristo, nos debe llevar a ocuparnos y preocuparnos por la realidad del trabajo. No olvidemos que  “los pobres son en muchos casos el resultado de la violación del trabajo humano, bien porque se limitan sus posibilidades (desocupación, subocupación) bien porque se devalúan los derechos  que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y su familia” (Caritas in veritate, 63).

Como iglesia, nos comprometemos a asumir la llamada que nos hace el documento preparatorio del Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la Familia en su número 71: “En diálogo con el Estado y las entidades públicas, se espera de parte de la Iglesia una acción de apoyo concreto para un empleo digno, para salarios justos, para una política fiscal en favor de la familia, así como la activación de una ayuda para las familias y los hijos”.

Invitamos a las organizaciones sociales y eclesiales y a todas las personas de buena voluntad, a celebrar este año la Jornada mundial por el trabajo decentereflexionando sobre lo que está aconteciendo en el mundo laboral y descubrir y denunciar las causas que propician el sufrimiento de tantas trabajadoras y trabajadores, familias y pueblos.

Con esperanza invitamos a continuar detectando y apoyando las iniciativas que muchas personas, organizaciones y colectivos están desarrollando en el campo del trabajo cooperativo, de empresas de inserción laboral, del trabajo social, del reconocimiento del trabajo no productivo como trabajo necesario para la sociedad; la reivindicación de un ingreso familiar mínimo con el que poder vivir; la banca ética; la economía de comunión. Todas ellas son manifestaciones de que es posible organizar el trabajo desde otros valores y criterios donde las personas y las familias sean el centro y fin de la producción, de la actividad económica y de la sociedad y no meras herramientas de producción o mercancías a merced de los mercados.

Sigamos potenciando las que existen y construyendo otras experiencias nuevas que vayan tejiendo redes de solidaridad y formas de construir nuestra humanidad, donde la actividad humana y el trabajo decente posibiliten la realización de las personas y estén al servicio de la comunión social.

Como hombres y mujeres creyentes, creemos que la buena noticia del Evangelio pasa por ser buena noticia para el mundo del trabajo. La alegría del Evangelio debe ser también alegría del Evangelio para el mundo del trabajo, para los trabajadores y trabajadoras.

Firman: HOAC y JOC

Apoyan: Acción Católica General, Acción Católica Obrera, Acción Social Empresarial, CONFER, Cáritas Española, Foro de Laicos, Frater España, Hermandades del Trabajo, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica, Movimiento Rural Cristiano, Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, y Profesionales Cristianos .

3 de octubre de 2014

Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos: Reunión en España

Las organizaciones de inspiración católicas quieren contribuir a los debates promovidos por la ONU de cara a la agenda de desarrollo post- 2015 y defender el trabajo decente como una de las prioridades que debe asumir toda la comunidad internacional. El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos convocó a un grupo diverso de entidades católicas presentes en España, entre ellas la HOAC, para coordinar esfuerzos.
A la reunión celebrada el 19 de septiembre en la sede de la Comisión Permanente de la HOAC asistieron miembros del Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa, Cáritas España, Justicia y Paz, UNIAPAC, JEC, JOC y Acción Social Empresarial, con el objetivo del impulsar el debate sobre el trabajo decente en nuestro país y elevar las posibles conclusiones a las redes internacionales con las que trabaja cada organización. El delegado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en España, Joaquín Nieto, asistió como invitado para conocer de primera mano el compromiso de estas organizaciones católicas con la promoción del trabajo decente.


Ya en julio de 2013 las organizaciones internacionales católicas elaboraron una declaración en la que reafirmaban su apoyo a los esfuerzos de la OIT “para incluir el programa de trabajo decente en el marco de desarrollo post-2015”. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio se habían fijado 2015 como fecha para evaluar los resultados de la comunidad internacional por reducir la pobreza extrema y mejorar la vida de millones de personas en el mundo. La discusión sobre cómo continuar a partir de esa fecha fue lanzada por el Secretario General de las Naciones Unidas en 2012.
La promoción del “trabajo decente” ha sido un objetivo asumido por la Iglesia y se ha incorporado tanto a su magisterio social como a su práctica pastoral y sus esfuerzos por la promoción del desarrollo humano. En el año 2000 el Papa Juan Pablo II expresó el apoyo al objetivo planteado por la OIT y la necesidad de la implicación de todos, también de las comunidades cristianas, en la lucha por el trabajo decente: «Todos debemos colaborar para que el sistema económico en el que vivimos no altere el orden fundamental de la prioridad del trabajo sobre el capital, del bien común sobre el privado (…) Es muy necesario constituir en el mundo una coalición en favor del trabajo digno» (Discurso al Mundo del Trabajo, 1º de Mayo de 2000).
En “Caritas in Veritate”, de Benedicto XVI, en el número 63, se define así el trabajo decente: “significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación”.
También el papa Francisco se ha dirigido a la propia OIT para apoyar sus esfuerzos por defender el “trabajo decente” y combatir el trabajo esclavo y la trata de personas.

Información extraída de: https://www.hoac.es/2014/09/22/la-hoac-en-la-agenda-post-2015/

JOC y HOAC: Comunicado 1º de Mayo

Ante un nuevo 1º de mayo, día internacional de los trabajadores  y las trabajadoras, fiesta del movimiento obrero mundial, la HOAC y la JOC, movimientos de Acción Católica especializada en el mundo obrero, queremos ofrecer nuestra reflexión.

Recordamos en este día a tantos trabajadores y trabajadoras que sufrieron y continúan sufriendo a lo largo de la historia condiciones precarias e inseguras de trabajo, lo que les ha llevado a perder la salud e incluso la vida. Trabajadores explotados por la usura de los empresarios, o de grupos multinacionales o financieros, que especulan y no dudan, en poner como centro de la actividad económica el beneficio y el dinero.

Así la persona y sus familias, son mercancía que se compra a cambio de un salario cada día menor. También recordamos a quienes, siendo un ejemplo de resistencia y lucha, han permitido que el colectivo obrero y la sociedad en general, avanzáramos hacia un mundo de justicia, igualdad, paz y desarrollo y nos implicáramos en la construcción de un mundo más fraterno.

Denunciamos que el Mundo obrero está sufriendo las consecuencias de una desigualdad cada vez mayor, entre países y dentro de cada país. El trabajo convertido en un factor más de la producción y al servicio del capital, está dejando de ser un elemento esencial para que las personas y las familias puedan vivir con dignidad. Un escenario nefasto para el desarrollo de la vida de tantas personas ¿Por qué no podemos vivir sin trabajo, y si trabajamos perdemos la vida? puede parecer exagerado… ¡pero no! Actualmente en España nos encontramos  con una escalofriante tasa de desempleo del 26% (5.896.300 de personas) [1],  del 56% si hablamos de jóvenes. Quienes encuentran trabajo, casi en su totalidad, obtienen empleos precarios e inestables [2] que también nos van quitando la vida, a veces incluso con salarios que no permiten salir de la pobreza.

Hay un ataque planificado y dirigido a redistribuir la riqueza desde la mayoría humilde obrera y trabajadora  hacia un grupo dominante minoritario, aplicando la despiadada ideología neoliberal en un mundo con fronteras para las personas, pero no para el dinero.

El reciente Informe Foessa “Precariedad y cohesión social”, presentado por Cáritas y cínicamente cuestionado por el gobierno, constata el empeoramiento de la situación laboral y social que se extiende a amplios sectores de la población.

En España la fractura social entre los más pobres y los más ricos se ha ensanchado un 45%. Cinco millones de personas se encuentran afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6% más que en 2007, en su mayoría familias trabajadoras. Las diferencias son mucho más claras según la edad: los jóvenes menores de 29 años representan el 44% de las personas excluidas, y la exclusión social en la infancia se está convirtiendo en un problema de primer orden.

Es evidente el empobrecimiento acelerado del mundo obrero, que día a día encuentra más dificultades en el acceso a sus necesidades y derechos más básicos (alimentación, salud, vivienda, educación…) Esto contrasta con el creciente enriquecimiento de las élites económicas y financieras.

Ante la situación de insolidaridad estructural que se vive en todo el mundorespecto a los trabajadores, y más si cabe respecto a jóvenes que quieren y no pueden trabajar, observamos que las condiciones de vida que ofrece nuestra sociedad no son decentes porque humillan a grandes cantidades de personas abocándolas al desempleo o a trabajos precarios permanentes y mal remunerados que no garantizan una vida digna; a la pobreza que impide un mínimo proyecto de vida personal y familiar sostenible y duradero.

¿Tiene sentido seguir hablando de trabajo digno? ¿Cómo mirar desde una perspectiva cristiana la realidad del trabajo? ¿Puede ser hoy Buena Noticia nuestra manera de comprender el trabajo a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)?

Ofrecemos la reflexión de la DSI, que establece el trabajo como la clave de la cuestión social. El Papa Francisco se ha referido repetidamente a la importancia del trabajo para tener una vida digna: “Donde no hay trabajo, falta la dignidad. Y esto (…) es consecuencia de una elección mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia; un sistema económico que tiene en el centro un ídolo, que se llama dinero.” [3]

La persona  debe ser y estar en el centro de la actividad económica, de la política, de las relaciones laborales, del trabajo. La forma en que se está organizando el trabajo y la sociedad nos deshumaniza, nos impide el desarrollo personal, familiar, social y nos condena, a vivir para trabajar, dispuestos a aceptar cualquier condición laboral. Se supedita al ser humano y a la familia a esta lógica.

Reconocemos que a pesar de esta situación, amigos, vecinos y familiares, voluntarios anónimos, movimientos y entidades sociales, organizaciones obreras, colectivos de Iglesia como Cáritas o Manos Unidas y otros muchos están ofreciendo experiencias de apoyo mutuo, de resistencia pacífica, de alegría en el compartir lo que no sobra. Experiencias que rechazan el individualismo, que mantienen viva la esperanza en que el tiempo dará la razón a los que ahora son olvidados por las estructuras.

Proponemos la Buena Noticia de Jesús de Nazaret, que sigue teniendo una extraordinaria fuerza profética y revolucionaria, pues la escala de valores que nos propone subvierte de raíz el orden establecido. El Evangelio anuncia que la vida humana no tiene otro sentido que dar vida, gastarse en la tarea de hacer posible que otros tengan vida. Por eso hoy debemos “convertir en actores a los que sólo son espectadores”, como decía Guillermo Rovirosa, promotor de la HOAC, o recordar nuevamente que “un joven trabajador vale más que todo el oro del mundo” como afirmaba Cardjin, fundador de la JOC.

Nos sentimos llamados y llamadas a repensar la economía y la política desde el carácter humanizador que tiene el trabajo, y sabiendo que el empleo fijo y para toda la vida probablemente ya no volverá, mientras perdure este sistema capitalista. Hemos de trabajar por garantizar una renta básica para que todas las personas tengan los mínimos para vivir con dignidad, sin renunciar a la defensa de un trabajo digno. Debemos poner nuestra mirada en los que no pueden esperar, no podemos conformarnos con que nuestro modelo de vida se caracterice por la precariedad vital que la crisis ha generado.

Reivindicamos seguir luchando por la defensa y extensión de los derechos sociales y por la necesaria renovación y fortalecimiento del movimiento sindical. Es hora de seguir construyendo pequeñas alternativas en lo económico y en lo relacional, basadas en el incremento del compartir, a veces incluso lo que no sobra, a contracorriente y en contraposición de la cultura falsa e inhumana del “tener más para vivir mejor”. Pequeñas, pero imprescindibles experiencias para imaginar e ir viviendo desde ya un futuro mejor posible frente al “único” pretendido por los que nos han traído hasta la situación actual. Es imprescindible que los cristianos y cristianas trabajemos activamente, junto a nuestros hermanos de trabajo, en la radical “defensa del pueblo deshumanizado, empobrecido y crucificado” en palabras de Ignacio Ellacuría.

Animamos a seguir construyendo esa nueva sociedad, de relaciones humanas, sociales, laborales, que sean  camino de humanización, de fraternidad y vida de comunión.

Anunciamos que las tristezas y las angustias de los trabajadores y trabajadoras, sobre todo de quienes más sufren, son también las  tristezas y angustias de quienes seguimos al Cristo obrero, al carpintero de Nazaret, que proclamó el Reino de Dios y su justicia. Continuamos celebrando la lucha obrera y mientras, tenemos el reto de seguir mostrando el amor al mundo obrero  y la fuerza solidaria  que tiene Jesucristo.

1 de mayo de 2014

[1] Datos de la EPA (1Trim. 2014)

[2] El 92,3% de los contratos registrados durante 2013 fueron de carácter temporal según el informe Foessa “Precariedad y cohesión social”.

[3] Discurso del Papa en su encuentro con el mundo del trabajo en Cagliari, 22-9-2013
Para abrir directamente, pinche aquí

Comunicado de la JOC y la HOAC en el Día de la Mujer Trabajadora

En 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, una jornada de reivindicación que nació a favor del derecho al voto, al trabajo, a la no discriminación laboral, familiar y social.

En este 8 de marzo queremos tener presente a todas las mujeres trabajadoras, especialmente a las que día a día luchan contra la incertidumbre económica y vital a la que llamamos crisis, y que viene sirviendo de excusa para precarizar nuestras condiciones de vida y de trabajo, mientras se prioriza dedicar los recursos económicos a la rentabilidad económica de unos pocos creando más pobreza y más desigualdad (INFORME FOESSA 2013 Cáritas, una sociedad fracturada a causa del aumento severo de la desigualdad).

Nosotras, mujeres y hombres de la HOAC y la JOC, vemos como el actual modelo social, político y económico, patriarcal y capitalista, nos sigue sometiendo a las personas, y especialmente a las mujeres:

  •  A nivel mundial, la crisis incrementó la disparidad entre las tasas de desempleo de hombres y mujeres y destruyó 13 millones de empleos para las mujeres en todo el mundo, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo).
  • Además, las mujeres representamos las dos terceras partes de la población mundial en situación de pobreza, sufriendo una mayor desventaja en el acceso a la tierra, a la educación, al empleo, a la vivienda, a la cuantía de las pensiones y muriendo más por enfermedades curables. Las mujeres sufrimos el hambre en el mundo de manera más sangrante.
  • El 2013, España cerró el año con una tasa de paro femenino del 26,9% (EPA), siendo uno de los países de Europa con más desempleo entre las mujeres. Pero los datos son más espeluznantes entre los grupos de edad más jóvenes: la cifra de paro alcanza el 75,6% en las mujeres entre 16 y 19 años, y es del 50,5% en las mujeres entre 20 y 24 años.

Las mujeres trabajadoras sufrimos doblemente las consecuencias de esta situación, por la propia situación que afecta al conjunto del mundo obrero y del trabajo, y por nuestra condición de mujer. Las mujeres con poca cualificación, pertenecientes a familias de barrios obreros, muchos de exclusión social, con empleos poco remunerados y sin derechos, con importantes responsabilidades familiares, muchas de ellas inmigrantes, son el eslabón más débil y que soporta mayor discriminación y mayor explotación por ser mujeres trabajadoras y trabajadoras pobres. Además nuestra sociedad todavía no ha dado respuesta al rechazo de la maternidad o paternidad al que hoy día asistimos, ni a la contradicción entre el sistema productivo y la estructura familiar.

La liberación de la mujer de toda forma de abuso y de dominio tiene un mensaje de perenne actualidad, el cual brota de la actitud misma de Cristo hacia las mujeres. ¿Y qué dice la Iglesia ante estas situaciones?

  • Ante los recortes que ya han dejado a unas 136.000 personas sin la posibilidad de cotizar a la seguridad social por cuidar un familiar, y de las cuales la gran mayoría son mujeres. El Papa Francisco recuerda que: “entre las mujeres encontramos constantemente los más admirables gestos de heroísmo cotidiano en la defensa y el cuidado de la fragilidad de sus familias”(Evangelii Gaudium, (EG) 212).
  • Ante la menor representación en los órganos de decisión sociales y eclesiales, nos dice que «el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral» y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales(EG, 103).
  • Ante los asesinatos sufridos por razón de nuestro sexo. “Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos”(EG, 212).

Hoy persisten muchas formas de discriminación que ofenden la dignidad y vocación de la mujer en la esfera del trabajo, por lo que hemos de seguir luchando en pro de la igualdad y la justicia, desde nuestra fe, recordando a todas las mujeres, muchas anónimas, que entregaron su vida para que la situación de la mujer y de la sociedad avanzara, liberándonos de muchas de nuestras esclavitudes. “Mujeres, que han sido y son todavía olvidadas en sus anhelos, marginadas frecuentemente e incluso reducidas a esclavitud” (Compendio DSI, 236). Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres nos plantean, a la Iglesia y a la sociedad, profundas preguntas que nos desafían y que no se pueden eludir superficialmente.

La HOAC y la JOC, como cristianos y cristianas, sensibles a las condiciones de vida y de trabajo opuestas al Proyecto de Dios y que atentan contra la dignidad de toda mujer y de toda persona, hacemos una llamada a la reflexión, la acción, el compromiso y a la denuncia profética. Y lo hacemos desde la capacidad que las personas tenemos para organizar la vida social desde la igualdad y desde el respeto a la diversidad de cada hombre y mujer.

Queremos vivir todas estas situaciones con ilusión y esperanza, desde la corresponsabilidad en esta tarea. Así, la JOC y la HOAC queremos seguir dando pasos para cumplir nuestra misión de acercar más Iglesia y Mundo Obrero. Jesús siempre estuvo atento a las personas, en especial a quienes menos contaban, desde el amor y la cercanía, buscando devolver a cada persona su dignidad negada.