JUSTICIA Y PAZ: DECLARACIÓN DE JUSTICIA Y PAZ EUROPA: “LA VERDAD Y LA JUSTICIA DEBEN SER LOS PILARES DE LA JUSTICIA TRAS LA GUERRA”

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Con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2022, la Conferencia Europea de Comisiones de Justicia y Paz ofrece una serie de reflexiones sobre la justicia tras la guerra (ius post bellum).

Desde hace muchos meses, la guerra de agresión de la Federación Rusa contra Ucrania hace estragos. Es contraria al derecho internacional. Con gran preocupación por las personas que sufren esta guerra brutal, la Conferencia Europea de Comisiones Justitia et Pax (Justicia y Paz Europa) se ha pronunciado en repetidas ocasiones sobre ella [1], no sólo condenando la agresión rusa, los crímenes de guerra y las innumerables violaciones de los derechos humanos, sino también pidiendo a líderes políticos que encuentren una solución a este conflicto. Un primer objetivo debe ser, sin duda, silenciar las armas; pero a partir de ahí, deben crearse las condiciones para una paz sostenible y justa. Una paz duradera y justa entre Rusia y una Ucrania independiente, y también entre Rusia y Europa.

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“La verdad y la justicia deben ser los pilares de la justicia de posguerra (juspax-es.org)

JUSTICIA Y PAZ: “DECLARACIÓN SOBRE LOS RESULTADOS DE LAS CONFERENCIAS DE DESARME NUCLEAR DE LA ONU”

Justicia y Paz Europa expresa su preocupación por el decepcionante resultado de la reciente conferencia sobre desarme nuclear
“El respeto a los acuerdos internacionales de desarme no es una forma de debilidad, sino una fuente de fortaleza”. Seguir leyendo en:

JUSTICIA Y PAZ: DECLARACIÓN DE LA REUNIÓN DE SECRETARÍAS GENERALE JP EUROPA: “LA PAZ ES FRUTO DE LA JUSTICIA”

El 24 de febrero de 2022, el gobierno ruso lanzó una invasión brutal y no declarada de Ucrania. Al igual que muchos actores de la sociedad civil, Justicia y Paz Europa condenó inmediatamente la agresión rusa[1]. Hoy, como secretarios generales de las Comisiones de Justicia y Paz en Europa reafirmamos, sobre la base de nuestros valores y convicciones cristianas, que si bien la diplomacia sigue siendo esencial, algunos principios no son negociables, en particular el respeto a la dignidad de todo ser humano, la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos y el imperativo de no agresión, que es la base de la coexistencia pacífica.

No se puede establecer una paz justa[2] privando a las víctimas de sus derechos y recompensando al agresor por violar los principios fundamentales del derecho internacional. Todos los crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional humanitario deben ser procesados de forma coherente como condición previa para la curación y la reconciliación. La doctrina social católica sobre la paz apoya explícitamente el derecho individual y colectivo a la autodefensa consagrado en el derecho internacional[3]. Esto también incluye el derecho del Estado agredido a solicitar el apoyo de terceros para asegurar su defensa. Por tanto, desde nuestra perspectiva, el derecho de Ucrania a defenderse es indiscutible y todas las entregas de armas que permitan su defensa en el marco de los imperativos de proporcionalidad y el derecho internacional humanitario son legítimas.