Han pasado ya algunas semanas desde la celebración de dicho Encuentro y en nuestros corazones sigue latiendo y creciendo el mensaje que, en aquellos días de febrero, tuvimos ocasión de compartir. Sin duda, podemos afirmar que no nos ha dejado indiferentes este espacio lleno de mensaje y vida, junto a 700 personas representantes de las Diócesis de España, Obispos, Movimientos y Asociaciones de Laicos y de la Vida Consagrada.

Queremos destacar algunos de los elementos esenciales que se manifestaron en el Encuentro como parte esencial del Primer Anuncio: VIDA COTIDIANA / COMUNIDAD / ACOMPAÑAMIENTO / PROCESO FORMATIVO / APERTURA / ESCUCHA ACTIVA / DIÁLOGO / TESTIMONIO / PRESENCIA / ESPÍRITU / AUTENTICIDAD / CREATIVIDAD / PACIENCIA / CONVERSIÓN (entre muchos otros) … En definitiva, compartimos la importancia del Primer Anuncio a través del PUEBLO DE DIOS UNIDO EN LA MISIÓN, una misión cargada del sentido y la luz del Espíritu.

Desde la acogida de la Organización del Encuentro, junto a las palabras iniciales del Señor Cardenal D. Juan José Omella, hasta hace unas semanas presidente de la Conferencia Episcopal Española, y del Nuncio Apostólico Mons. Bernardito Auza, que abrieron la puerta de las Jornadas y la de nuestros corazones para predisponerlos a la llamada de todo lo que el Espíritu nos iba a proponer; pasando por los espacios preciosos a compartir en forma de comida, de animación, de diálogo informal o de parada; y poniendo un enorme punto y seguido con la Eucaristía de clausura como gesto de envío a seguir construyendo comunidad y vida desde el mensaje más esencial del Evangelio, el AMOR.

La Comisión Permanente del Foro de Laicos quiere dar las GRACIAS de todo corazón a las Asociaciones y Movimientos que pudisteis participar y os formulamos un DESEO: poder devenir instrumentos de difusión del Evangelio, desde la sencillez de nuestros espacios cotidianos para sembrar, regar, cuidar, acompañar y compartir el mensaje más auténtico de Dios nuestro Señor, siendo ANUNCIO de comunión como Pueblo de Dios unido en la Misión.

Estos días de SEMANA SANTA pueden ser un buen momento para tomar conciencia de aquello que se nos mueve y re-mueve por dentro, de cuál es nuestro papel en nuestro día a día junto a aquellas personas que nos rodean y del sentido que la Palabra de Dios toma en nuestro cotidiano. Que la interiorización nos lleve al resurgimiento para seguir caminando de la mano de Aquel que da la vida por nosotros y nosotras.